Paul Pugh, un caso de risa patológica
Paul Pugh es un galés que un día cualquiera fue atacado brutalmente por unos desconocidos. Uno de ellos le dio un fuerte golpe en la cabeza. Con el tiempo, Paul desarrolló un incómodo síntoma: la risa patológica. La risa patológica es una disfunción cerebral. Se expresa como una risa incontenible, que no guarda relación con la situación en la que se produce. En principio, parece una patología hilarante. Sin embargo, se trata de una enfermedad muy dramática.
A esta afección se le conoce con varios nombres. El más técnico es “epilepsia gelástica”. Sin embargo, también se le llama “sonrisa demoniaca”, o “enuresis risosa” o “incontinencia de la risa”. El caso de Paul Pugh hizo que se popularizara el nombre de risa patológica.
“El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”.
-Friedrich Nietzsche-
El caso de Paul Pugh
Uno de los casos más conocidos es el de Paul Pugh. Su tragedia comenzó una noche del año 2007. Estaba de fiesta con amigos. Iba para su casa cuando se topó con cuatro hombres que inexplicablemente comenzaron a golpearlo.
La paliza fue tan fuerte que le fracturaron el cráneo. Paul, que entonces tenía 27 años, quedó en coma. Permaneció así por dos meses. Le tocó volver a aprender cómo se hacían las tareas más sencillas. A caminar, a comer, a hablar. Parecía ya recuperado de sus traumas, cuando ocurrió algo inesperado.
Durante una reunión con sus médicos, estos comenzaron a hablarle de las secuelas que había dejado la golpiza. Paul se impresionó terriblemente. Sintió grandes deseos de llorar y, en su mente y su corazón, comenzó a hacerlo. Sin embargo, externamente, solo podía reír. Tenía una risa patológica. Su interior lloraba , pero su exterior reía.
Al principio solo obtuvo un gran rechazo social. Con el tiempo, los médicos comprendieron lo que le sucedía. Lo denominaron “afección pseudobulbar” (APB). Una parte de su cerebro se había desconectado. Cuando esto sucede, una persona puede tener ataques de risa patológicos. También de llanto. Con los años, Paul ha logrado controlar cada nueve de 10 ataques de risa patológica.
La risa patológica y sus causas
Quienes padecen de este problema sufren mucho. Su vida se convierte en una angustia constante. Debido a su conducta “inapropiada”, tienden a aislarse. Describen lo terrible que es sentir intensamente una emoción y expresar otra que no tiene nada que ver con ella.
La risa patológica o el llanto patológico aparecen por diversas razones. Lo más usual es que surjan después de un traumatismo, como en el caso de Paul. Sin embargo, también pueden ser provocadas por diferentes condiciones neurológicas anormales.
Se sabe de personas con problemas de esclerosis múltiple que también han presentado este tipo de síntomas. También se han reportado casos de risa patológica en quienes padecen la enfermedad de Alzheimer. Toda condición que afecte directamente el cerebro puede dar como resultado este molesto síntoma.
Los tumores cerebrales también pueden dar como resultado este problema. Al parecer, lo que interviene allí es una desconexión entre el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo. También se sabe que el hipotálamo tiene que ver en esta patología.
Otros tipos de risa patológica
La psiquiatría también registra casos de risa patológica que obedecen a causas diferentes. Lo llaman genéricamente “incontinencia emocional”. Se debe a condiciones mentales en las que las emociones se manifiestan de una manera exagerada. La persona no es capaz de reprimir la risa, el llanto ni otras emociones. También lo asocian a casos de demencia originados en problemas vasculares.
Hay algunos tipos de esquizofrenia que dan como resultado estos episodios de risa patológica. También es usual que se presenten debido al consumo de psicoactivos. Es de común conocimiento que el consumo de marihuana provoca risa incontrolable en muchas personas. Así mismo, algunas enfermedades del espectro autista dan como resultado síntomas similares.
Lo más triste de todo es que quienes padecen de este problema generalmente también presentan otros efectos secundarios. Según una investigación llevada a cabo en el Instituto de Psicología de la Universidad de Freiburg (Alemania), más de la mitad de estos pacientes presentan otros problemas. Generalmente disminuye el cociente intelectual y aparecen diferentes problemas de tipo cognitivo.
Los tratamientos para este problema son muy limitados. Básicamente, no existe cura. Sin embargo, personas como Paul Pugh han dado un buen ejemplo. Él ha logrado detectar el instante previo a un ataque de risa patológica. De inmediato, trae a su mente escenas molestas. Esto evita que se ría. Sin embargo, su vida se mantiene altamente limitada por este problema.