Las personas calladas poseen las mentes más interesantes

Las personas calladas son exploradoras de los detalles y ven el mundo desde el prisma de la sensibilidad.
Las personas calladas poseen las mentes más interesantes
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 01 junio, 2022

Las personas calladas suelen pasar desapercibidas. Rara vez se tiene en cuenta lo que hay tras esa apariencia serena, cauta y silenciosa. Son personas observadoras, exploradoras de los sentidos que conectan de forma más intensa con la realidad, con los pequeños detalles y con esos mundos sensibles que esconden universos variados y apasionantes.

Cada uno de nosotros procesamos la información de forma distinta, eso es algo que ya sabemos. Sin embargo, en ocasiones, se nos escapa que esas diferencias van ligadas sobre todo a nuestro estilo de personalidad. Según Marti Olsen Laney, autora del libro “The Introvert Advantage“, las personas calladas, las que responden a un perfil introvertido, lo hacen de un modo más pausado, más meticuloso y profundo.

“El silencio es el gran elemento en el que se forman las grandes cosas”

-Thomas Carlyle-

El procesamiento mental de los introvertidos

Esto es así por una razón muy concreta, a la vez que fascinante. Todo estímulo en el cerebro de la persona introvertida hace un complejo recorrido vinculado a la memoria emocional, al análisis y la planificación. Por su parte, las personas más extrovertidas tienen un umbral de sensibilidad un poco menor a los estímulos y son muchos más rápidos a la hora de emitir una respuesta o iniciar una conducta.

No se trata ni mucho menos de ensalzar un estilo de personalidad por encima de otro. De hecho, la mayoría de nosotros podemos tener rasgos de ambas dimensiones, aunque nos encontremos más cerca de una de ellas. Lo que queremos exponer con esto es que, a día de hoy, ese silencio en la persona introvertida sigue siendo mal entendido e incluso descuidado en los centros educativos. Te hablamos de ello.

Personas calladas, aves extrañas en un mundo de extrovertidos

Cada día, maestros y profesores ven en sus aulas a esos alumnos que, sentados en las últimas filas, se pasan toda la clase en silencio, absortos en un punto de la clase o garabateando secretamente en sus cuadernos. No les agrada responder en voz alta las preguntas ni interactuar en las lecciones. No funcionan de ese modo. Sin embargo, los centros educativos, e incluso las universidades, siguen valorando al alumno que participa, que diserta, que levanta la mano y contagia entusiasmo e interés con su actitud.

Ese estereotipo que vincula extroversión con éxito o eficacia, sigue muy arraigado en nuestras mentalidades y en nuestra sociedad. Los especialistas en psicología social, por ejemplo, nos indican algo interesante. Dicen que el perfil de la persona extrovertida, carismática pero a la vez egocéntrica y poco sensible a las necesidades ajenas, sigue encumbrando con mucha más fuerza nuestros entornos laborales y nuestras élites políticas.

Introversión y liderazgo

Es como si el ideario colectivo valorara esos rasgos comportamentales y de personalidad como eficaces sin llegar a ver realmente el desempeño productivo, o la capacidad de crear un clima de armonía entre los grupos de trabajo. Sin embargo, y aquí llega lo más contradictorio, las actuales investigaciones sobre liderazgo nos revelan que las personas introvertidas, calladas, reflexivas y pacientes, propiciarían un rendimiento mucho más elevado y un entorno humano más satisfecho.

Por otro lado, la profesora e investigadora Francesca Gino, de la Universidad de Harvard, realizó un trabajo donde demostró que los líderes con un perfil de personalidad introvertido no abundan demasiado en nuestra actualidad. Son aves extrañas en un mundo donde sigue triunfando la extroversión.

Sin embargo, en aquellos entornos laborales donde el departamento de dirección cuenta con un líder de estilo pausado, cuentan con un gran facilitador a la hora de potenciar las aptitudes de sus trabajadores. Los empleados son mucho más proactivos, más creativos y se sienten más felices, porque ese líder introvertido les aporta confianza y nuevas oportunidades.

Las personas calladas y sus mentes

Las personas calladas no son necesariamente tímidas. Son pausadas, tienen otro ritmo, otros tiempos y otras necesidades. Para ellas, el mundo, va a veces demasiado rápido y no alcanzan a poder analizar tal y como desean cada aspecto, cada detalle. Porque cada matiz de su realidad debe pasar primero por el filtro de las emociones, y tal delicadeza, tal meticulosidad lleva su tarea, su lenguaje, su artesanía.

Hay quien encuentra el silencio como algo incómodo e insoportable, tal vez sea porque tienen demasiado ruido en su interior.

Las personas calladas no se sienten cómodas siendo el centro de atención. No son el satélite de nadie y prefieren orbitar en espacios privados, a veces hasta solitarios. Este estilo comportamental puede suscitar cierta extrañeza ante las miradas ajenas, de ahí que muchas veces las personas más silenciosas sean etiquetadas de tímidas, apocadas, reservadas o faltas de interés. Sin embargo, es importante saber que este estilo de personalidad esconde sus tesoros y sus bellezas en las profundidades y es ahí donde se halla su inconmensurable belleza.

 

personas calladas

 Características de la persona silenciosa e introvertida

Antes que nada, es importante resaltar aquí la abundante bibliografía que contamos al respecto de este tema. Libros como El líder introvertido: aprovecha tu talento silencioso, de Jennifer B. Kahnweiler, son interesantes ejemplos con los que ampliar nuestro conocimiento.

No obstante, y a grandes trazos, estas serían algunas características básicas sobre la mente de las personas más reservadas, más silenciosas:

  • Piensan antes de hablar. Son considerados a la hora de comunicar, saben escuchar, reflexionan y más tarde responden.
  • El silencio les ayuda a encontrar soluciones y a resolver problemas de forma eficiente e ingeniosa. Es posible que las personas que hablan poco sean, a la vez, muy creativas e imaginativas, pues aunque se encuentren en silencio, su cerebro no descansa.
  • No les agrada la superficialidad. Su foco de interés navega en las profundidades de la realidad, son imaginativos, les gusta relacionar ideas, conceptos, son soñadores y suelen hablar con ellos mismos todo el tiempo.
  • Tienen pocos y selectos amigos. De manera general, las personas calladas suelen tener pocos amigos y estos han sido rigurosamente seleccionados a lo largo de la vida, ya sea porque comparten intereses o aficiones o porque tienen en común el disfrute del silencio.
  • Las personas calladas suelen caracterizarse por una buena autoconfianza. No se dejan llevar tampoco por opiniones ajenas, tienen unos valores sólidos y unas ideas claras.
  • Prefieren escribir a comunicar. Se sienten más cómodos con la palabra escrita.
  • Escuchan con atención. Al no estar aguardando siempre su turno para hablar, estas personas suelen ser buenos escuchas y confidentes.

La soledad como refugio, no como aislamiento

Por último, tal y como hemos señalado con anteriormente, la soledad es un refugio común en la persona introvertida. Sin embargo, cabe señalar que no la buscan como mecanismo de huida, sino como espacio para recuperar la energía y la claridad. Porque, al fin y al cabo, las personas calladas son cómplices de esa sabiduría que nace de la reflexión, la imaginación y ante todo, del tranquilo silencio.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Laney, M. O. (2002). The introvert advantage: How quiet people can thrive in an extrovert world. Workman Publishing.
  • Helgoe, L. A. (2013). Introvert power: Why your inner life is your hidden strength. Sourcebooks, Inc..

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.