Hay personas en este mundo que están puestas para dar felicidad
Voy a decirlo alto y claro: hay personas en este mundo que están puestas para dar felicidad y yo tengo la suerte de contar con algunas de ellas. Son estas personas que ponen patas arriba tu mundo, le dan la vuelta a las cosas y te matan a carcajadas; pero también son esas personas que te tienden la mano sin dudarlo, si es eso lo que necesitas. En definitiva, esas personas son los verdaderos amigos.
Esas personas que pase lo que pase siempre saben que hacer, qué decir y dónde estar. Esas personas con las que parece que tienes una conexión mágica en el momento preciso que te lleva a vivir aventuras surrealistas que siempre tendrán un rinconcito de tu corazón. Son los amigos del alma, esos que enseñan y, sobre todo, que marcan.
Son tu punto de anclaje si todo lo demás se derrumba, al igual que son tu mayor sonrisa cuando todo va bien. Son los que te echan la bronca sin complejos y sin pelos en la lengua cuando creen que te estás equivocando, pero también los primeros que te aplauden en el momento que haces algo bien.
“La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”
-Aristóteles-
Son tu bastón y a la vez tus alas
Son esas personas que marcan, pero no hieren, porque las señales que la amistad deja en la piel son tan profundas como las cicatrices, pero tan invisibles y placenteras como las caricias. Son esos abrazos sinceros que te erizan la piel y te dejan sin aliento cuando los necesitas.
Son esas personas que se convierten a la vez en tu bastón y tus alas, porque son las primeras que te animan a volar y las que siempre te servirán de apoyo si decides que solo vas a caminar. Porque son tu brújula, la guía ante tus miedos y la luz en tu oscuridad. Son los que sacan la mejor parte de ti misma y te ayudan a luchar contra cualquier adversidad.
Son amigos de verdad y por eso son la familia que se escoge. La que escucha tus historias, se mete contigo por estupideces y te da la mano junto con un sonoro “tranquila, saldremos de esta” si es eso lo que necesitas.
Son las noches de fiesta y las tardes de café. Son las conversaciones más serias junto con las lágrimas más sentidas en los momentos que quisieras poder olvidar. Son, en definitiva, las personas que te han ayudado a ser como eres, a sacar lo mejor de ti y a lograr, en parte, lo que te has propuesto.
Porque tanto los peores como los mejores momentos de la vida siempre se viven mejor en compañía. Son esas personas con las que aprovechas cada segundo cuando las tienes cerca, con las que vives la vida como si cada minuto fuera a ser el último. Son lo mejor de cada día.
Son esas personas que marcan, pero no hieren, porque las señales que la amistad deja en la piel son tan profundas como las cicatrices, pero tan invisibles y placenteras como las caricias.
Son las personas que se cuentan con los dedos de una mano
Son las personas que elijes y por eso las elijes bien. Se cuentan con los dedos de una mano, pero valen más de lo que puedas imaginar. Son amigos, amigos del alma y compañeros de batallas. Y por eso son los que más se merecen que les reconozcas todo lo que valen cada vez que puedes.
Por eso escribo estas líneas, para que puedas dedicárselas a esas personas que forman parte de tu vida y hacen de tu mundo un mundo mejor. Porque soportan tus caídas y te hacen pensar que son solo un traspiés. Te hacen ser el héroe de tu propia historia porque ellos te dan los superpoderes, la confianza, para ser quien eres.
Son esas personas que sabes que siempre están ahí. Que se comunican contigo con solo mirarte puesto que sobran las palabras después de todo lo vivido. Son esos te quiero que dices sin miedo al rechazo porque sabes que la amistad es el único amor que no se aleja a pesar de los errores, en todo caso, se vuelve más fuerte. A todos vosotros gracias, gracias siempre.