¿Por qué tengo tanto sueño? Causas y soluciones

Tener sueño no es motivo de alarma porque casi siempre es causado por malos hábitos. Sin embargo, también puede ser un síntoma del comienzo de algunas enfermedades.
¿Por qué tengo tanto sueño? Causas y soluciones
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por María Hoyos

Última actualización: 20 marzo, 2024

Nuestras dificultades para dormir pueden apoyarse en diferentes factores, al igual que esa necesidad continua de cerrar los ojos que tienen algunas personas o nosotros mismos en algunos periodos. Así, la sensación de tener mucho sueño de manera persistente puede ser el síntoma de una enfermedad o la consecuencia lógica de no descansar bien durante los periodos destinados a ello.

Hablamos de exceso de sueño cuando la necesidad de dormir se presenta fuera de las horas destinadas a esta actividad y, ya de por sí, este tiempo supera las ocho horas. Tener sueño a todas horas puede estar motivada por una depresión o por haber pasado por una etapa de mucho estrés. En este artículo profundizaremos en las causas de este malestar.

¿Por qué duermo y sigo con sueño?

La somnolencia puede estar causada por muchos trastornos del sueño. Entre ellos se encuentran la hipersomnia, la narcolepsia y el síndrome de Kleine-Levin, también denominado «síndrome de la bella durmiente». Veámoslos un poco más a detalle:

Hipersomnia

La hipersomnia se subdivide en diferentes clases, pero todas hacen referencia a la abundancia de sueño durante el día. Este problema no impide el descanso nocturno, por ende, las personas que la padecen duermen sin mayores dificultades.

En ningún momento este sueño diurno es reparador, por lo que los pacientes ven frustrado su día a día por esta sensación. Los síntomas que se acompañan de esto son los siguientes:

  • Dormir 10 o más horas seguidas.
  • La fase de sueño profundo es excesivamente larga.
  • La persona tiene problemas para permanecer despierta durante el día.

El síndrome de Kleine-Levin

El síndrome de Kleine-Levin se caracteriza por una hipersomnia recurrente y por perturbaciones cognitivas (confusiones y alucinaciones) y conductuales (irritabilidad, hipersexualidad y agresividad). Los episodios de sueño extremo en esta enfermedad ocurren con una frecuencia de 1 a 10 veces por año y su duración oscila entre días y semanas. Estas personas pueden dormir de 16 a 18 horas.

Narcolepsia

Los pacientes que padecen la narcolepsia pasan inusualmente rápido de la fase de alerta a la fase REM, por lo tanto, sufren «ataques de sueño» en situaciones inesperadas. Estas «siestas» duran unas horas y, aunque el efecto es reparador, la necesidad de dormir se presenta de nuevo a las 2-3 horas. Esta condición es muy peligrosa, ya que pueden quedarse dormidas mientras caminan o conducen.

Otras causas del sueño excesivo

En muchas ocasiones las causas del exceso de sueño suelen encontrarse en las llamadas hipersomnias secundarias, es decir, aquellas en las que la somnolencia diurna aparece como resultado de otras alteraciones médicas, el consumo de medicamentos u otros trastornos del sueño. Entre ellas podemos mencionar las que tienes a continuación:

Apnea del sueño

Se trata de un trastorno del sueño en el que la respiración se detiene poco a poco y recomienza de manera repetida y abrupta. Este trastorno suele estar asociado con la presencia de fuertes ronquidos, con sueño interrumpido durante la noche y con sensación de cansancio durante el día.

Insomnio

Por otro lado, el insomnio es un trastorno relacionado con la dificultad para conciliar el sueño o para dormir la cantidad de horas necesarias que garantizan un descanso reparador.

Las causas del insomnio pueden ser fisiológicas o psicológicas, pero, en cualquier caso, es importante prestarle atención a este problema del sueño para evitar que nos cause somnolencia durante el día.

Otras alteraciones médicas

Enfermedades como la diabetes, la anemia o la fibromialgia, por citar solo algunas, suelen provocar cuadros de somnolencia diurna, ya sea por la poca calidad del sueño, como en el caso de la fibromialgia, o por la carencia de hierro, como en la anemia.

Medicamentos

Algunos medicamentos producen hipersomnia. Ejemplos de ellos son algunos antidepresivos, antihistamínicos, opioides o algunos relajantes musculares. Asimismo, la quimioterapia también es una causa frecuente de exceso de somnolencia.

Ansiedad

La fatiga mental y física de lidiar con estados de ansiedad pueden estar vinculados con las ganas de dormir en exceso. El problema es que como la persona vive asediada por sus preocupaciones, temores y pensamientos intrusivos, no puede quedarse dormida.

Estrés

Los estados de alerta que se encienden ante situaciones estresantes perturban la calidad del sueño y propician la aparición de somnolencia por la ausencia de un buen descanso. La persona con altos niveles de estrés puede tener dificultades para dormir, lo que su vez puede incrementar el sueño durante el día.

Pesadillas

Estos sueños atemorizantes tiene la capacidad de interrumpir el ciclo del sueño. Cuando son muy persistentes, impiden que la persona descanse y que reponga su energía física y mental, lo que puede provocar sueño excesivo en las horas del día.

Abuso de drogas

El consumo de drogas depresoras (alcohol, sedantes, opioides, entre otras) pueden provocar mucho sueño durante el día. Además, puede también perturbar la calidad del sueño.

Estilos de vida y hábitos de sueño

No solo los trastornos están asociados a las ganas de dormir excesivas, también están conectados a la forma en que la persona vive y sus costumbres al momento de irse a la cama. Veamos algunos de los hábitos y estilos de vida más influyentes.

Exposición a pantallas antes de dormir

La desregulación de la melatonina producto de la luz azul emitida por las pantallas electrónicas puede perturbar el ritmo circadiano. Esta exposición antes de ir a la cama puede afectar de manera negativa la calidad del sueño y, en consecuencia, generar más sueño durante el día.

Falta de alimentación saludable

Una publicación de Sleep Education señala que el consumo de grasas está asociada con mayor somnolencia diurna. En otro estudio se encontró que la insuficiencia de nutrientes y el sueño corto están asociados. Ese hallazgo es clave porque entre menos horas se duerma, más sueño se sentirá por la mañana.

Inconsistencia en el horario del sueño

Este mal hábito podría perjudicar los ritmos del reloj biológico. Tener un horario errático donde el cuerpo no pueda recuperarse de manera cómoda y consistente, podría generar fatiga diurna y sueño.



Cuándo visitar al médico

Una de las principales señales de que debes consultar a un profesional de la salud es que tu bienestar físico y emocional se está deteriorando. Experimentas dolores de cabeza u otros malestares orgánicos y la mayor parte del tiempo estás de mal humor, irritable y sensible.

También debes analizar el impacto que tiene la somnolencia en tu cotidianidad. Si genera una perturbación significativa en diversas áreas de funcionamiento (social, familiar, laboral, académico, etc.), entonces, es hora de visitar a un médico.

Otra señal para tener en cuenta es cuando duermes las horas necesarias y tienes hábitos sanos, pero te levantas por la mañana cansado y pasas somnoliento todo el día. Busca apoyo profesional porque es probable que algo esté fallando a nivel orgánico.

¿Qué tengo que hacer si tengo mucho sueño?

Detectada la necesidad anormal de dormir, lo primero será consultar a un especialista. Por otro lado, adquirir unos buenos hábitos relacionados con el descanso siempre nos beneficiará, independientemente de que padezcamos o no una patología. Estas son algunas pautas que podemos seguir:

  • Beber suficiente agua. Una mala hidratación hará que nos sintamos más cansados. Si realmente padecemos una enfermedad del sueño, no deberíamos agravarla con el mal hábito de no beber agua. Es más, con esta costumbre estaremos ayudando al buen funcionamiento del total de nuestro cuerpo.
  • Alejarse del estrés. Las situaciones que generan en nosotros estrés afectan a la calidad de nuestro sueño y lo alteran. Puede que tengamos la sensación de haber dormido profundamente durante muchas horas, pero haber tenido un sueño demasiado ligero.
  • Rodearse de emociones positivas. Las emociones negativas influyen en la fatiga y afectan de muchas otras maneras a nuestro organismo. Cuando estamos bajos de ánimo o angustiados, es normal que solo nos apetezca dormir.
  • Crear patrones saludables. Un buen método para controlar nuestro sueño es mantener una rutina clara: irnos a la cama siempre a la misma hora, evitar las siestas largas y a horas variadas y dormir siempre una cantidad saludable de horas. De esta manera, nuestros ritmos circadianos estarán en perfecto estado de salud.
  • Hacer ejercicio. La actividad física tiene una influencia positiva sobre la calidad del sueño. Si duermes bien por la noche, es poco probable que al día siguiente estés con sueño excesivo.


Tener sueño todo el día: una señal de alarma

La hipersomnia, el insomnio, la apnea del sueño y los otros problemas de salud son algunas de las causas subyacentes que propician la somnolencia a cada instante. Los malos hábitos de vida y una inadecuada higiene del sueño también ejercen su influencia.

Es importante que ante esta situación se busque ayuda especializada para encontrar la raíz del problema y tratarla. De este modo, se evita que el problema se cronifique y que tenga un perjuicio mayor sobre la salud mental y física.


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