¿Es posible reducir los prejuicios?
Los prejuicios se entienden como una ideología o conjunto de creencias que tienen como objetivo principal mantener o justificar las relaciones entre grupos. Básicamente, los prejuicios son las actitudes que tenemos hacia los miembros de otros grupos. Además, para describir mejor su efecto vamos a dividirlos en tres partes o componentes: los estereotipos, la discriminación y las emociones.
En ocasiones, para referirnos a un grupo, usamos estereotipos. Por ejemplo, los españoles son vagos. Estos estereotipos van a servir para describir a todos los miembros de un grupo y responde a imágenes mentales sobre los miembros de un grupo. Por su parte, la discriminación es la parte comportamental, las acciones negativas que realizamos sobre miembros de otros grupos. Como mi amigo es español y es un vago no voy a proponerle para un puesto de trabajo. Por último, las emociones conforman el componente afectivo. Los demás grupos van a despertar diferentes emociones en nosotros según la imagen que tengamos de ellos.
Estos tres componentes dan forma a nuestros prejuicios. Vamos a tener imágenes mentales simplificadas que van a despertar en nosotros ciertas emociones y que, en conjunto, nos llevarán a tener unos comportamientos en las interacciones con los miembros de esos grupos. El objetivo final va a ser definir a nuestro grupo como el mejor, mantener su superioridad o elevar su status. Como los españoles son vagos, yo, que no soy español, no soy vago. Por tanto, yo soy mejor que ellos. Las personas de mi país -trabajadoras- son mejores que los españoles.
¿Cómo reducir los prejuicios?
Reducir los prejuicios es posible. Aunque a lo largo de los años se han propuesto varias formas de reducir el prejuicio, una de las teorías más asentadas es la hipótesis del contacto. Esta teoría sostiene que la reducción del prejuicio se da cuando se incrementa el contacto entre miembros de varios grupos sociales. Nuevos desarrollos de esta teoría indican que la reducción del prejuicio también se da al saber que miembros del propio grupo han establecido relaciones estrechas con miembros de otros grupos.
Sin embargo, la hipótesis del contacto solo parece tener éxito cuando se dan unas condiciones específicas que favorecen el contacto entre los miembros de los diferentes grupos sociales. Estas condiciones son cuatro:
- Debe existir un apoyo tanto social como institucional a la hora de promover el contacto.
- El contacto debe ser prolongado. Debe haber tiempo suficiente para que las relaciones entre los miembros de los grupos sean significativas.
- Los participantes, las personas entre las que se da el contacto, deben tener un estatus similar. La condición de los grupos debe la misma.
- Los grupos implicados deben tener objetivos en común, de manera que estos interesen compartidos generen relaciones de cooperación.
Un ejemplo de cómo reducir los prejuicios
Para ejemplificar la reducción del prejuicio, vamos a proponer una película. Esta película se estrenó en 1998 y muestra que reducir los prejuicios por medio del contacto es posible. Dicha película es “American History X”. En esta película, el protagonista es neonazi y no puede oír hablar de cualquier otro tipo de personas que no sean americanos blancos y de “pura” raza. Cuando descubre a dos afroamericanos tratando de robar su coche, los asesina, por lo cual acaba en la cárcel.
Durante su estancia en la cárcel entra en contacto con una persona de “raza” negra. Esta relación es apoyada por una institución, la cárcel; se dan durante un tiempo prolongado; ambos tienen un estatus similar, dentro de la cárcel están en la misma situación. Además, comparten un objetivo común: salir de la cárcel. El resultado es que los prejuicios disminuyen y, cuando sale de la cárcel, acaba por alejarse del grupo neonazi porque no sigue compartiendo su ideología.
Pero, ¿de verdad se pueden reducir los prejuicios?
El problema, cuando nos planteamos reducir un prejuicio, son los factores que los generan o los mantienen. Por ello, mientras no se eliminen esos factores, los prejuicios van a seguir reproduciéndose. El problema reside en que esos factores, en ocasiones, no se pueden eliminar. Algunos profesionales sugieren que, sin grandes cambios en estas causas generadoras de prejuicios, las acciones a favor de reducirlos van a ser inefectivas a gran escala.
Entre estas causas, destacan tres (presentes en casi todas las sociedades):
- La primera de ellas es la desigualdad económica. Se ha comprobado que en los países con más desigualdad existen más prejuicios. Esto, al menos en parte, se debe a las relaciones que se establecen a partir del capitalismo. El individualismo es promovido frente al colectivismo y la competición es la base de las relaciones.
- La segunda causa es el colonialismo. Las relaciones entre colonos y colonizados se siguen reproduciendo. Se sigue considerando que unas “razas” son inferiores.
- La tercera causa la podemos ver más de cerca en nuestro día a día. Vivimos en sociedades patriarcales donde el hombre es considerado superior a la mujer. Esto genera una desigualdad de género que afecta, principalmente, a las mujeres.
Pero, esto, ¿qué margen de maniobra nos da? Lo ideal sería cambiar estos factores antes nombrados. Eliminarlos. Para ello hay diferentes vías.
Estos factores se pueden eliminar o modificar por la vía legal. Mediante la política se pueden crear leyes que reduzcan el impacto de estos tres factores. Otra forma es cambiarlos desde fuera de las instituciones. Existen grupos que han creado zonas libres. Estos son espacios donde todas las personas son tratadas igual, donde todos comparten un objetivo y se apoyan mutuamente. La convivencia en estas zonas es prolongada y se basa en la cooperación. ¿Os suenan estas condiciones?