La psicología analítica de Carl Jung
Carl Jung fue uno de los primeros partidarios de Freud debido a su interés por las motivaciones menos conscientes de nuestros comportamientos. Sin embargo, su relación alcanzó un punto crítico en 1912, cuando durante una gira de conferencias por Estados Unidos, criticó fuertemente la teoría de Freud sobre el complejo de Edipo y su énfasis en la sexualidad infantil.
Gran parte de los postulados de la psicología analítica de Jung reflejan las diferencias que él tuvo con Sigmund Freud. Por ejemplo, mientras Jung estaba de acuerdo con Freud en que el pasado y las experiencias de la infancia de una persona determinaban el comportamiento futuro, también creía que el futuro tiene el potencial de moldear y determinar a las acciones presentes.
Principios de la psicología analítica
La psicología analítica es una corriente psicoterapéutica que confiere un papel protagonista a la vida humana, adoptando un enfoque prospectivo de los temas o problemas que trae el paciente a consulta. Esto quiere decir que, aunque las experiencias pasadas son importantes para comprender las circunstancias actuales, el presente también es relevante, puesto que contiene las semillas para el crecimiento y desarrollo futuro.
A continuación, examinaremos los principios fundamentales de la psicología analítica de Carl Jung.
1. La autorregulación de la psique
Para entender la realidad del mundo, nuestra mente comprende las diversas formas de vida que existen como una lucha entre fuerzas opuestas que causan tensiones. El alivio de esta tensión interna permite que podamos desarrollarnos como seres humanos.
Jung creía que la psique era un sistema capaz de autorregularse y que se esforzaba por conservar el equilibrio entre tendencias antagónicas. Instrumentos para mantener este equilibrio serían los sueños y fantasías.
2. La estructura de la psique
El modelo junguiano de la psique se puede representar como una estructura circular compuesta por tres partes básicas: la consciencia, el inconsciente personal (formado por nuestros complejos) y el inconsciente colectivo (conformado por los arquetipos).
En este modelo, el yo se ubica entre la consciencia y el inconsciente personal. Para Jung los complejos fueron siempre una personificación de los arquetipos.
3. El inconsciente personal
En la psicología analítica, el yo es siempre el centro de nuestra conciencia y hace su aparición a partir del arquetipo del sí mismo, el cual es comprendido como el verdadero y auténtico fundamento de nuestra personalidad. De esta manera, el yo deja de ser un ente rector y pasa a ser un complejo más que, a diferencia de otros, tiene una identidad.
El inconsciente personal es el resultado de la interacción entre la sociedad y el inconsciente colectivo. A diferencia del inconsciente de Freud, este es mucho más amplio, ya que no alberga solo lo reprimido, sino también lo que no se piensa, lo que ha sido olvidado, lo subliminal…
4. Los complejos
A diferencia del psicoanálisis de Freud, la psicología analítica de Jung no entiende a los complejos como patológicos, sino como partes fundamentales de la mente. Así, estos están presente tanto en las personas sanas como en las enfermas.
Una característica clave de los complejos es que parece que actúan con independencia del yo, es decir, como si tuvieran una personalidad propia. En condiciones normales, esta autonomía produce los lapsus que tenemos en nuestra cotidianidad, sin embargo, en condiciones patológicas, generan alucinaciones auditivas y visuales.
Para Jung los complejos son una parte ineludible de la existencia humana y provocan tanto nuestros sufrimientos como nuestras más gloriosas alegrías.
5. El inconsciente colectivo
Jung profundiza en el concepto de inconsciente colectivo gracias al desconcierto que le generaron algunos fenómenos que identificó en sus pacientes y que no podían ser explicados por la acción del inconsciente personal. Muchos de los contenidos de estos fenómenos tenían similitudes con temas mitológicos y religiosos del pasado de los pueblos. Esto llevó a Jung a creer que era el eco de un componente colectivo que se manifestaba de manera simbólica.
6. Los arquetipos
Dentro de la visión de Jung, podemos pensar en los arquetipos como imágenes en potencia, como contenedores temáticos sin contenido. Ellos, en sí mismos, no son más que tendencias y entes potenciales. Jung (como se citó en Sharp, 1994) los define como «factores y motivos que ordenan los elementos psíquicos en ciertas imágenes… pero de tal forma que solo se pueden reconocer por los efectos que producen».
Diferencias entre Jung y de Freud
La psicología analítica de Jung tiene muchas diferencias con la de Freud. Veamos algunas de ellas.
La libido como energía neutra
En sus primeras formulaciones, Freud comprendió la libido como una energía psíquica de carácter sexual, mientras que Jung la entendió como una fuerza vital neutra que podía manifestarse de distintas formas dependiendo del contento de cada persona.
La naturaleza del inconsciente
Para Jung el inconsciente almacena las memorias reprimidas tanto de la persona como de sus ancestros. En cambio, para Freud el inconsciente es el almacén de la represión de los deseos inaceptables que habitan en el individuo.
Otra diferencia es que para Jung el inconsciente era también una fuente positiva que puede generar beneficios. Mientras que para Freud tenía una connotación negativa que representa lo inaceptable, aquello que la persona repudiaba en su consciencia.
La dimensión transracional
Jung, a diferencia de Freud que se ceñía al método científico, estaba interesado en aquella dimensión del ser humano que está más allá de lo racional. Siempre tuvo su mente abierta a lo que la ciencia ignoraba, pues creía que dejarlo de lado era sacrificar una parte esencial de la personalidad.
El principio finalista
Otra diferencia crucial entre ambos pensadores es que para uno (Jung) las actividades de la mente tendrían un objetivo (principio finalista y teleológico), mientras que para el otro (Freud) estaría muy condicionadas por determinadas experiencias del pasado, cobrando un papel protagonista las de la infancia.
Para Jung, el pasado es importante y determinante, pero acepta también que la vida humana está proyectada hacia el futuro y que no está regida únicamente por el pasado.
Etapas del tratamiento en la psicología analítica
Jung diferencia cuatro fases por la que pasa una persona en el tratamiento analítico: confesión, explicación, educación y transformación.
1. Confesión
Busca que el individuo tome conciencia de lo reprimido que le causa culpa y lo lleva a distanciarse de la sociedad. Esta etapa conlleva la aceptación de la sombra, que no es más que ese lado oscuro de nuestra personalidad.
2. Explicación
En esta etapa el terapeuta ayuda al paciente a ser consciente de la transferencia al revivir la relación reprimida que tuvo con sus padres. A diferencia de la fase anterior, en esta se intenta traer a la consciencia fantasías que nunca han estado allí, mediante técnicas como la interpretación de sueños.
3. Educación
Consiste es enseñarle al paciente a continuar con el trabajo terapéutico de manera independiente. Para Jung esto era de vital importancia porque le brinda la posibilidad a las personas de continuar en su cotidianidad con el proceso de autoeducación continuo que los llevará a transformarse en verdaderos sujetos sociales.
4. Transformación
Jung no recomendaba esta fase para todo el mundo; según él, existirían personas para quienes el logro de una adaptación social no es más que una neurosis colectiva insatisfactoria. De manera que esta etapa estaría dirigida a individuos muy específicos, basándose en una transformación ética ante la vida que los lleve a encontrar sus propias metas en el plano moral.
Para terminar, la psicología analítica de Jung es una alternativa al psicoanálisis freudiano que reconoce la existencia de un inconsciente colectivo en nuestra psique, de manera que nuestra consciencia no solo se ve enfrentada a las tensiones de los contenidos de nuestro inconsciente personal, sino también al contenido transpersonal y colectivo que yace en nuestro interior.
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