¿Puede un ascenso profesional suponer un problema?
“Es incorrecto e inmoral tratar de escapar de las consecuencias de los actos propios”. Así hablaba Mahatma Gandhi. Es obvio que generalmente un ascenso profesional es una consecuencia de tus actos, sean los que fueren. Ahora bien, antes de aceptar, tal vez te debas preguntar si de verdad deseas afrontar este nuevo reto.
En general, un ascenso profesional siempre es una buena noticia. El cambio suele llegar cargado de consecuencias positivas. Lo normal es que se logre acompañado de un aumento de sueldo, reconocimiento al trabajo bien hecho, carga de autoconfianza y reafirmación, etc.
Sin embargo, no todo son buenas noticias cuando se logra un ascenso profesional. Entre tanta alegría, a veces olvidamos algunas consecuencias. Y estas pueden ser muy negativas a corto, medio o largo plazo. Todo dependerá en realidad de nosotros y de nuestra actitud para afrontar los nuevos retos.
Qué supone un ascenso profesional
Muchos especialistas han analizado qué supone un ascenso profesional. Más allá de la mejora de la autoestima, existen otros asuntos importantes ante esta nueva asunción de responsabilidades. Es un desafío que puede provocar miedo.
“Acepta la responsabilidad de tu vida. Debes saber que eres tú el que te llevará a donde quieres ir, no hay nadie más”
-Les Brown-
La preparación es importante
Puede que profesionalmente no estés preparado para un ascenso, pero mentalmente sí has de estarlo. Así lo estima la catedrática en sociología de la Universidad de Alcalá de Henares, Alicia Kaufmann, que establece una recomendación a través un cuento protagonizado por dos ranas.
Dos ranas desean alcanzar un bote de nata, pero ninguna sabe nadar. No obstante, una se dedica a lamentarse por lo que ha hecho, así que se hunde sin remedio. Mientras, el otro batracio no deja de mover sus patas hasta que aprende a nadar y logra su objetivo.
Puede que no te sientas con la preparación suficiente para un ascenso profesional, pero el victimismo y la lamentación no son soluciones. Has de trabajar, estudiar y esforzarte, para lo que es necesaria una fuerza mental enorme y una gran voluntad.
Situaciones singulares del nuevo puesto
Otro asunto muy a tener en cuenta ante un ascenso profesional está relacionado con las situaciones que el nuevo puesto genera. En este sentido, pueden ir asociadas a una falta de compensación real, un desplazamiento de tu lugar de residencia, un aumento de las horas de trabajo, etc.
Ignacio de Jorge es director de Moebius Consulting. Este directivo estima que puede ser positivo decir no a un ascenso cuando este no se ajusta a las nuestras verdaderas necesidades, talentos y búsquedas vitales. Es cierto que puede suponer más dinero, pero no tiene por qué suponer más reconocimiento o unos horarios tan flexibles como los que teníamos en nuestro puesto “inferior”.
No obstante, siempre está la posibilidad de la negociación. No te veas en la obligación de aceptar un ascenso profesional si este no te compensa. Hacerlo te puede traer más problemas añadidos. Sin embargo, si hablas con tus superiores, tal vez encontréis puntos de acuerdo que resulten positivos para ambas partes.
La nueva situación
Cuando ocupas un puesto en un organigrama empresarial durante un tiempo, lo normal es que llegues a desempeñar tu trabajo con cierta destreza. Estás en situación cómoda. No obstante, un ascenso profesional romperá toda esa comodidad y tu zona de confort personal cambiará.
Es más, tu situación personal puede cambiar tanto, que este ascenso podría suponer nuevas situaciones complejas con las que tratar. Por ejemplo, las envidias en otros compañeros. Tal vez no todo el mundo en la empresa vea bien tu nueva posición o considere justo el ascenso.
Además, tus antiguos compañeros se convierten en colaboradores a tu servicio. Es decir, que ahora tienes un puesto de autoridad y debes hacerte respetar. Todo ello, si no se enfoca de forma correcta, puede dificultar las tareas precisamente orientadas a este mando.
Cómo evitar que un ascenso profesional se convierta en un problema
Sea como fuere, un ascenso puede ser un problema, pero no hay razón para que sea necesariamente así. Algunos autores, como la catedrática Alicia Kaufmann, recomiendan ante todo humildad. Lo mejor es aceptar el cargo y trabajar con pasión para evitar que se levanten envidias.
La paciencia es otra gran virtud en este caso. Con tiempo y buen esfuerzo, finalmente todos somos capaces de demostrar que nos hemos ganado cada ascenso recibido. Quizás te cueste adaptarte al principio, igual que cuando llegaste a la empresa, pero lo más probable es que a este puesto también te adaptes igual que al inicial.
“Hay dos opciones principales en la vida: aceptar las condiciones existentes o aceptar la responsabilidad de cambiarlas”
-Denis Waitley-
Así que no te amilanes ante un ascenso profesional. Demuestra que eres una persona válida que ha llegado hasta ahí por trabajo, humildad y méritos propios. Con el esfuerzo adecuado, los resultados positivos no tardan en aparecer y la posibilidad de disfrutar o amoldar las nuevas condiciones a tus necesidades personales también llegará.