¿Qué es el daimon?
Decía Thomas Carlyle que la persona sin propósito es como un barco sin timón. Nada es tan cierto y pocas cosas revierten tanto a nuestra felicidad como tener una meta. De este modo, una forma idónea de hallar un rumbo en medio del vaivén de la vida es despertando a nuestro daimon, invocarlo desde el fondo de nuestro ser para que nos permita desarrollarnos, impulsarnos…
Se dice que Sócrates estuvo poseído por un demonio que, en un momento dado, le susurró cuál iba ser su vocación. Lo mismo le ocurrió a Goethe, quien explicaba en su libro Poesía y verdad, que debía agradecerle a su criatura demoníaca sus proezas poéticas y también científicas. Ahora bien ese “daimon” tenía en realidad poco de malévolo y sí mucho de inspirador.
Este concepto hunde sus raíces en la tradición griega y define la fuente más elevada de inspiración y creatividad. Es, por decirlo de manera aún más metafórica, el refugio de las musas y esa voz interna que no solo nos susurra ideas, sino que nos ilumina. La figura que recogió este término y lo incluyó dentro de las bases de su psicoterapia fue Carl Jung.
Así, en su libro El desarrollo de la personalidad nos indica algo importante. Si queremos descubrir nuestra vocación estamos obligados a escuchar la voz de nuestro Daimon, porque cada uno de nosotros tenemos un demonio privado que nos aconseja, que nos ofrece ideas y perspectivas sobre dónde deberíamos dirigir nuestra atención…
“Cuando tu Daemon esté a cargo, no trates de pensar conscientemente. Déjate llevar, espera y obedece”.
-Rudyard Kipling-
¿Qué es el daimon realmente?
Un daimon, en realidad, no es un demonio, aunque en la tradición griega lo traducían de este modo. Es una entidad que podemos concebir casi a modo de genio, de ser divino que para los egipcios era el Ba. En la ética de Aristóteles, el daimon simbolizaba la virtud y la sabiduría, la esencia más iluminada del ser humano, ahí donde se esconde el potencial.
El problema de esta entidad es que yace oculta. Todos nosotros la tenemos en el interior, todos venimos a este mundo con esa presencia en las profundidades de la mente, la cual contiene la voz de la creatividad, la intuición y la capacidad para innovar. Sin embargo, la sociedad no siempre es propicia para que el daimon se sienta libre.
A veces, la educación, el estrés, la ansiedad y un enfoque algo rígido y sobre todo la rutina encarcelan a esa entidad, a ese genio tan necesario. El doctor James Hillman, uno de los representantes más importantes de la psicología junguiana, nos señala algo interesante en su libro The Soul’s Code: In Search of Character and Calling.
Despertar el daimon requiere conocernos a nosotros mismos. Solo cuando crecemos hacia el interior (como las raíces de un árbol), logramos alcanzar a esa entidad para escuchar su voz. Hacerlo, revierte además en nuestra felicidad, de ahí el término eudaimonia.
Claves para entrenar tu “daimon”
Carl Jung nos recuerda que a veces el daimon quiere cosas que el entorno no entiende. En ocasiones, tenemos ideas tan revolucionarias e innovadoras que no encajan con aquello que nos rodea. Ese genio interno suele ser muy revoltoso, nos puede susurrar ideas a veces contradictorias, extrañas y atrevidas. Sin embargo, no siempre las atendemos o simplemente las dejamos de lado porque nos parecen infundadas o imposibles de llevar a cabo. Todo esto genera malestar.
Rollo May, psicólogo y psicoterapeuta existencialista, señalaba que vivir de acuerdo con el daimon no es fácil, pero si nos atrevemos, la vida puede volverse muy gratificante. Analicemos por tanto qué claves nos pueden permitir darle voz.
Conócete y te descubrirás
El daimon no quiere personas inseguras o cambiantes. Esa voz está vinculada a nuestras auténticas esencias y solo cuando nos conozcamos de verdad, asomará ese genio singular para susurrarnos cosas que revertirán en nuestro crecimiento.
Así, la persona que avance aún por el mundo sin haber trabajado su autoconocimiento no comprenderá aquello que le dice su “demonio” particular. Será como si este le hablara en otro idioma.
El daimon quiere que seas disciplinado
El daimon requiere que transformemos nuestros monstruos en musas. ¿Qué significa esto? La creatividad emerge con la disciplina cotidiana, con la persona que sabe lo que quiere, que sitúa metas en el horizonte y que trabaja a diario siendo escrupuloso.
Escúchate, la necesidad de una mente en calma
A menudo se asume la idea de que las mentes más tormentosas son las más creativas. Ahí tenemos como ejemplo figuras como Virginia Wolf, Vincent Van Gogh, Gustave Courbert… Ahora bien, los atormentados del arte tuvieron un trágico final y el daimon lo que nos trae es felicidad. El bienestar de quien usa su potencial creativo para alcanzar una vida plena.
Por tanto, tengámoslo claro. La creatividad más productiva emerge de una mente en calma y un corazón en armonía. Recordemos lo que señala el director, guionista y artista David Lynch tan a menudo: prácticas como la meditación o la relajación son los mejores canales para la innovación. Emociones como la ira o el estrés son disruptores temibles.
Hay muchos canales donde el daimon te habla
Cada uno de nosotros debemos encontrar el mejor canal creativo y esto requiere explorar. Hay quien necesita pasear, otros hallan su inspiración con la música, compartiendo experiencias con otras personas. Algunos prefieren su soledad y muchos se vuelcan en el arte para dejar que las ideas fluyan… Abrámonos a nuevas prácticas para escuchar su voz.
Agradece su presencia
Nunca está de más que agradezcamos sus ideas, su energía y su voluntad por hacernos mejores y guiarnos en la conquista de la felicidad. Él, al fin y al cabo, es parte de nosotros y amar ese rincón de nuestro ser es también reconocernos como seres extraordinarios, como personas capaces de trazar los más increíbles sueños y hacerlos realidad.
“La felicidad es vivir en armonía con el daimon de uno”.
-Aristóteles-
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- Hillman, James (1996)The Soul's Code: In Search of Character and Calling. BALLANTINE BOOKS
- Jung, Carl Gustav, and Jorge Navarro Pérez. 2009. La vida simbólica: escritos diversos. Madrid: Trotta.
- Reynolds, F. C., & Piirto, J. (2005). Depth psychology and giftedness: Bringing soul to the field of talent development and giftedness. Roeper Review, 27(3), 164–171. https://doi.org/10.1080/02783190509554311