¿Qué es el sistema nervioso autónomo?
El sistema nervioso es un conjunto de células especializadas en la conducción de señales. Está formado por distintas neuronas y células gliales, siendo su objetivo captar señales del ambiente o internas y coordinar los comportamientos y respuestas fisiológicas.
Aunque el objetivo de este artículo es el sistema nervioso autónomo (SNA), es necesario nombrar que existen cuatro tipos de sistema nervioso:
- Sistema nervioso (SN) central (encéfalo y médula espinal) frente a periférico (células que conectan el sistema nervioso central con el resto del cuerpo).
- SN somático (hacen efectivas las acciones voluntarias) frente al SN autónomo (encargado de funciones involuntarias).
Sistema nervioso autónomo
También se le conoce como sistema nervioso vegetativo y es el encargado de gestionar los sistemas viscerales del cuerpo. Principalmente, su función consiste en mantener el equilibrio, llamado homeostasis, del organismo y llevar a cabo respuestas de adaptación ante posibles cambios en el medio externo interno.
El SNA pasa por el músculo cardíaco, los músculos lisos de todos los otros órganos y las glándulas endocrinas y exocrinas. Así, el Sistema nervioso autónomo es el encargado de coordinar la respiración, circulación, metabolismo, temperatura corporal, reproducción, etc.
Todos estos sistemas son traspasados por el SNA mediante sus tres componentes: sistema nervioso simpático, parasimpático y entérico. Los dos primeros están constituidos por dos neuronas: la primera neurona preganglionar envía su axón desde el sistema nervioso central a una neurona posganglionar. Esta neurona tiene su soma en un ganglio autonómico y enerva los órganos diana.
Aunque por vías diferentes, la mayoría de órganos recibe inervaciones de ambos sistemas (simpático y parasimpático), ya que uno tiene un efecto contrario al otro.
Sistema nervioso simpático (SNS)
Este sistema tiene situada la neurona preganglionar en la médula espinal, por lo que las fibras posganglionares son relativamente largas. Estas fibras van saliendo de la columna y se pueden distinguir cuatro vías simpáticas:
- Fibras que se unen a nervios periféricos somáticos y enervan vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas y músculos piloerectores.
- En las raíces superiores, los nervios hacen sinapsis por los ganglios cervicales y se distribuyen para llegar a estructuras craneales, nervios viscerales, cardíacos y pulmones.
- Por debajo del diafragma pasan otras fibras que se distribuyen a las vísceras abdominales y pélvicas.
- Por otro lado, fibras que forman sinopsis directas con células neurohormonales de la médula suprarrenal.
El sistema nervioso simpático cuenta principalmente con los neurotransmisores adrenalina y noradrenalina. Ha sido durante la evolución el encargado de generar respuestas de lucha o huida ante estímulos externos.
Por ello, es el encargado de aumentar la frecuencia cardíaca, dilatar los bronquios del pulmón, las pupilas, provocar erecciones, aumentar la presión arterial, etc.
Sistema nervioso parasimpático (SNP)
Este sistema tiene fibras posganglionares mas cortas que tienen sus núcleos en el tronco encefálico o en la columna lateral de la médula espinal sacra. Estas distribuyen sus fibras mediante cuatro nervios craneales: el ocular-motor común, facial, glosofaringeo y vago.
Los ganglios terminales están formados por agrupaciones neuronales que están sobre las paredes de las vísceras, donde hacen sinopsis con las neuronas preganglionares. Su principal transmisor es la acetilcolina, que actúa sobre receptores muscarínicos y nicotínicos.
Así, la activación de este sistema provoca que disminuya la frecuencia cardíaca, que se contraiga la pupila, congestión del clítoris y lubricación, relaja los esfínteres y vejiga urinaria y provoca broncoconstricción.
Sistema nervioso entérico
Esta subdivisión del SNA se encuentra únicamente en el aparato digestivo; en concreto, el sistema nervioso entérico es el encargado de dar señales sobre hambre y saciedad. Tiene una red de más de cien millones de neuronas, una milésima parte de las que tiene el encéfalo y están repartidas a lo largo de los 10 o 12 metros que tiene el intestino.
Esta red es tan compleja que, al parecer, tiene su propia capacidad para recordar, aprender y actuar de forma independiente al encéfalo, habiéndosele llamado incluso el “segundo cerebro”.
Principalmente, se encarga de la secreción de bilis y del páncreas. Lo que no quita para que asuma otras, como la coordinación de reflejos, movimientos peristálticos y masivas (por ejemplo, vómitos) y es sensible a hormonas.
Disfunciones en el sistema nervioso autónomo
Cuando hay alteraciones del SNA suelen presentarse síntomas como la hipotensión posturas, molestias digestivas, alteraciones intestinales, sexuales o vesicales. Así como alteraciones de la sudoración, de las mucosas o de la temperatura, e incluso coloración corporal.
Estas manifestaciones a menudo son ignoradas o infravaloradas en la práctica clínica. Es así porque resultan algo subjetivas y pueden darse de forma transitoria en personas sanas, teniendo una evolución lenta y de poca gravedad.
No obstante, han de tenerse en cuenta por su implicación diagnóstica y por la repercusión sobre el paciente, así como en el pronóstico de esperanza de vida.
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- Navarro, X. (2002). Fisiología del sistema nervioso autónomo.
- Revista de Neurología, 35
- (6), 553-562.