¿Qué es la midorexia?
La edad y la concepción que tengamos de ella -si nos sentimos más viejos o más jóvenes- influye en nuestra forma de pensar y de actuar, así como en la forma en la que nos vemos. Ante esto, la midorexia se presenta como un problema según el cual algunas personas sufren una crisis de autoestima que las lleva a tratar de conservar su juventud.
Según Daniela Carrasco, profesora de la Universidad Diego Portales, la midorexia no surge de manera aislada, sino en un contexto que la fomenta. Así, probablemente por los prejuicios de la sociedad occidental, este trastorno afecte más (o de una forma más llamativa) a las mujeres de entre 40 y 50 años que tratan de vivir una segunda juventud volviendo la mirada a su aspecto físico.
La midorexia y los planes de ocio
La midorexia hace que una persona trate de conservar su juventud tanto como le sea posible. Esta actitud hace que, en muchos casos, los cambios que trata de implantar sobre su vida vayan más allá de su aspecto físico.
Por tanto, estas personas pueden dedicarse a hacer planes asociados a gente más joven, como el tipo de bares y restaurantes que frecuenten, la forma de relacionarse con sus amigos o la organización de un viaje con muchas actividades o improvisación.
Los aspectos positivos de la midorexia
Aunque, en principio, la midorexia puede parecer algo negativo, como un trastorno propio de una persona que no acepta su propia edad y que se resiste a envejecer, también tiene algunos efectos secundarios más favorecedores.
En este sentido, la midorexia puede hacer que una persona pueda vivir una segunda juventud, al no dejar que la edad sirva como excusa para dejar de disfrutar de su día a día. Por tanto, esforzarse por seguir un estilo de vida más juvenil puede ayudarnos a no quedarnos estancados en un estilo de vida demasiado estable y, quizás, aburrido.
Así es como la midorexia puede ayudarnos a superar algunas barreras psicológicas asociadas a la edad, embarcándose en experiencias que muchas personas no se atreverían a probar por considerarse a sí mismas demasiado mayores.
En este sentido, podemos, por ejemplo, disfrutar de viajes a lugares exóticos o practicar deportes de riesgo, sin darle importancia a si tenemos la “edad adecuada” para ello.
Por otro lado, otro interesante beneficio de caer en la midorexia es la posibilidad de entablar amistades entre generaciones. Practicar hábitos propios de gente más joven puede ayudarnos a descubrir las cosas que tenemos en común con las personas que pertenecen a generaciones distintas a la nuestra.
Esto, además, nos permitirá conocer mejor a estas personas, pudiendo así comprender mejor a los más jóvenes de nuestra familia, como nuestros hijos, sobrinos e incluso nietos.
Los beneficios de la midorexia en la tercera edad
Finalmente, hay algunos interesantes beneficios relacionados con la midorexia en las personas más mayores. Cuando una persona mayor quiere sentirse más joven, una práctica habitual es que empiece a practicar algún deporte.
Esto, por supuesto, podrá aportarle grandes beneficios a nivel de salud, ya que muchas personas mayores caen en el sedentarismo, lo que puede aumentar sus limitaciones físicas reales, así como hacerles más vulnerables ante algunas enfermedades.
Por otro lado, muchas personas mayores deciden pasar por una transformación digital e integrar en su día a día a las nuevas tecnologías. Esto los lleva a utilizar redes sociales o a contar con Internet como una herramienta habitual de consulta.
Por tanto, aunque es importante ser conscientes de la edad que tenemos, también es importante saber que, en verdad, la edad no deja de tener un punto de relatividad. Excepto por las posibles limitaciones que puedan deberse al deterioro físico, tener 50 o 60 años no debe suponer una barrera para disfrutar de nuestra vida con independencia de lo que diga nuestra fecha de nacimiento.
Además, también debemos considerar que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en los últimos años, por lo que debemos tratar de mantener un espíritu joven durante tanto tiempo como nos sea posible. La midorexia, por tanto, puede aportarnos más beneficios que aspectos negativos al permitirnos disfrutar de los atractivos de la juventud y evitar las barreras de la edad.
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