¿Qué precauciones has de tomar antes de aceptar un consejo?
Existen diversas situaciones en las que podemos sentimos incapaces de tomar una decisión sin hacer una consulta. Otras en las que, simplemente, deseamos contar con diferentes puntos de vista. En cualquier caso, antes de aceptar un consejo, hemos de conocer ciertas realidades que afectan a su validez.
No todos los consejos nos resultarán beneficiosos. Algunos pueden conducirnos al camino equivocado. Y dado que solo nosotros experimentaremos las consecuencias de nuestros actos, lo más sabio sería ser críticos con la información que nos llega.
Así, cuando pidas una opinión externa, con independencia de la confianza que nos pueda inspirar la persona que nos la da, no olvides pasarla por el filtro de tu pensamiento crítico.
Cada persona ve el mundo a través de sus propias gafas
Un mismo hecho objetivo se presta a mil interpretaciones subjetivas diferentes. Cada uno de nosotros interpretamos la realidad en base a nuestros propios patrones de pensamiento. Hay quienes siempre encuentran el lado amable de la situaciones y quienes sólo perciben la dificultad y el riesgo.
Asó, para el mismo comportamiento, unos pueden encontrar naturalidad y otros malas intenciones. Antes de decidir a quién vas a acercarte en busca de consejo, analiza qué tipo de gafas utiliza esa persona, cuál es su visión del mundo. Presta atención a la forma en que da significado a lo que ocurre en su vida y decide si deseas ese patrón para la tuya.
Si escuchas a quien porta las gafas del optimismo, será más fácil que encuentres respuestas que hablen de aprendizaje, de fortaleza y de nuevas oportunidades. Por el contrario, si acudes a quien mira tras un cristal borroso y gris, lo más probable es que obtengas opiniones basadas en el miedo, la limitación y la negatividad.
Cada quien carga con su mochila
Otro de los aspectos que más influye a la hora de generar una opinión en cada persona es su pasado. Sus experiencias, sus vivencias y sus aprendizajes condicionan la forma en que ve la vida, especialmente si estas no han sido sanadas e integradas. Los seres humanos tenemos la tendencia a comparar las situaciones actuales con aquellas circunstancias pasadas que han sido similares.
De este modo, has de tener en cuenta que el consejo que recibas siempre vendrá impregnado por la propia historial personal de tu interlocutor. Si, por ejemplo, te encuentras indeciso ante la posibilidad de dejar tu empleo y emprender, la opinión de quien lo intentó y tuvo éxito será diferente de quien falló en su intento. Y también diferirá de quien nunca se atrevió a intentarlo.
Igualmente, si consultas un problema de pareja con varios amigos, aquel que mantiene una relación de dependencia emocional te aconsejará algo distinto a quien halló la felicidad por sí mismo. Y también algo diferente de quien logró salvar su matrimonio tras una crisis o de quien ha experimentado siempre una vida en pareja estable y sin altercados.
Recuerda filtrar sus opiniones y trata de averiguar de que forma se relacionan estas con sus propias vivencias. Toma sus consejos pero entiende que estos reflejan gran parte de su historia, y que no están únicamente enfocados en tu situación actual.
¿Debo aceptar un consejo de cualquier persona?
A la vista de esta información, habrás comprendido la necesidad de ser cauteloso antes de aceptar un consejo de otros. Uno de los puntos más significativos que diferencian la labor de un psicólogo del consejo que pueda proporcionarte un ser querido es la limpieza y la objetividad de los puntos de vista del primero.
Los profesionales de la salud mental cuentan con una amplia formación que les permite aportar una visión objetiva y con base empírica a los problemas que abordan. Pero, además, muchos de ellos han llevado a cabo su propio proceso personal de terapia, que les ha permitido vaciar su mochila, depurar sus creencias y sanar sus heridas. Así, se encuentran en una mejor posición para guiar a otros sin que su propia historia influya en su trabajo.
Pero, dado que muchas de nuestras indecisiones son puntuales y no requieren la intervención de un profesional, trata de acudir a personas de tu entorno que reúnan estas características. Pide opinión a quienes hayan atravesado situaciones complicadas y hayan logrado salir fortalecidos.
Rodéate de personas que se hayan atrevido a mirarse, con su luz y su oscuridad. Que sean conscientes de sus heridas y que las hayan sanado. Y, sobre todo, recuerda: nadie tiene una opinión más válida que la tuya cuando hablamos de tu propia vida.
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