Quererse embellece
La belleza es una cualidad sumamente subjetiva. Aunque existen unos cánones estéticos considerados socialmente deseables, esto no resulta determinante. Y es que, ¿cuántas veces te has sentido atraído por una persona que no se ajustaba a esos patrones? ¿Cuántas veces te has quedado prendado del carisma de alguien, de su actitud o de su personalidad? En efecto, la belleza interior y exterior están más relacionadas de lo que parece; y de esto queremos hablarte a continuación.
Los medios de comunicación, las redes sociales y las firmas de moda han implantado un culto al cuerpo que nos lleva a buscar frenéticamente modos de mejorar nuestro aspecto. Cremas, cirugías, retoques fotográficos, dietas, ejercicios extenuantes… Sin embargo, con frecuencia descuidamos nuestro interior, sin saber que allí radica una gran parte de nuestro atractivo y, por supuesto, de nuestro bienestar.
Belleza interior y exterior: ¿cómo se relacionan?
Acerca de gustos no hay nada escrito; sin embargo, existe una realidad ineludible que ha sido comprobada en diversas investigaciones a lo largo del tiempo: la confianza en uno mismo es una de las cualidades que resultan más atractivas para ambos sexos. Es decir, una persona que se quiere, que se acepta y que se muestra de forma auténtica y genuina tiene una gran parte del camino recorrido.
Estos individuos llaman la atención por su talante positivo y abierto, sus buenas habilidades sociales y su gran carisma. No malgastan su energía en tratar de disfrazarse, exagerar o fingir ser quienes no son; tampoco se desviven por lograr la aprobación externa. Se limitan a ser, con la convicción de que son suficientes, y esto se refleja en su lenguaje no verbal y verbal.
Sus gestos, posturas y ademanes transmiten seguridad y su conversación suele ser rica y variada. Y es que quien se quiere, ha dedicado tiempo a explorarse, a conocerse y a desarrollarse y se ha transformado en un ser humano interesante y con mucho que aportar.
Una cara bonita o un cuerpo escultural pueden ser buenas cartas de presentación, pero su efecto es efímero. A largo plazo, nos sentimos atraídos por personas amables, positivas, con un buen sentido del humor y una conversación interesante. Ni la vanidad ni la inseguridad, ni el narcisismo ni la sumisión son buenos aliados en el largo plazo.
Quererse embellece
Además de lo anteriormente comentado, existe otro punto clave que juega a favor de quienes han desarrollado una sólida autoestima: y es que quien se quiere, se cuida. Es decir, toma las decisiones y acciones necesarias para garantizar su propio bienestar físico y emocional.
La belleza interior y exterior se relacionan de forma que la primera se ve reflejada en la segunda; pues el autocuidado implica escoger bien los alimentos con los que nutrimos nuestro cuerpo, mantenernos activos y aseados, cuidar nuestra piel o escoger prendas que nos favorezcan y nos hagan sentir cómodos.
Al igual que un entorno sucio o desordenado puede ser indicativo de caos y desorganización mental, un aspecto descuidado generalmente también refleja dificultades emocionales. Así, cuando sanas, trabajas en ti y te priorizas, esa evolución se manifiesta también en tu imagen externa.
Trabaja tu autoestima para verte bien y sentirte mejor
Así, recuerda que la belleza interior y exterior son un conjunto indivisible y que la autoestima es la clave para poder sacar a relucir tu mejor versión. Por ello, deja de preocuparte por lo que otros esperan de ti, por cómo deberías verte o por el modo en que deberías actuar para ser amado y reconocido, y comienza a amarte y reconocerte a ti mismo.
Háblate con amor y respeto, selecciona cuidadosamente las personas con quienes te relacionas y trabaja en tus metas y propósitos para diseñar la vida que deseas vivir. No hay persona más bella que una persona feliz, auténtica y en paz. No hay nadie más atractivo que quien se acepta y no teme mostrarse como es.
Quererse embellece porque el amor propio impregna tus palabras, tus gestos y actitudes, porque la serenidad y el optimismo se transmiten y se perciben desde el primer instante. Quiérete porque eres la persona más importante de tu vida, y no dudes en buscar ayuda profesional si no sabes por dónde comenzar. Tus emociones, tus relaciones e incluso tu apariencia se transformarán cuando logres reconocer tu propio brillo.
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