¿Quién controla tus fantasías?

¿Quién controla tus fantasías?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 agosto, 2023

Uno de los terrenos donde el ser humano alcanza la plenitud de su libertad es la creación. Creación que a su vez está condicionada por la capacidad de imaginar. Por eso resulta paradójico plantearse una pregunta como la del título: “¿Quién controla tus fantasías?” Se supone que este es un espacio tan autónomo que, aparentemente, nadie tendría injerencia en él. Sin embargo la realidad prueba otra cosa.
¿Sabías que el entretenimiento y los psicoactivos son las industrias que mayor cantidad de dinero mueven en el mundo? Este solo hecho pone en juego tres imaginarios: el dinero, el entretenimiento y los psicoactivos. Veamos con mayor detalle cada uno de ellos.

El dinero

A veces pareciera que no hay nada más real que el dinero. Que no lo tengas a final de mes, a ver cómo haces para pagar las cuentas. Y, sin embargo, el dinero mismo es una abstracción sostenida únicamente por nuestro pacto imaginario de otorgarle valor.

Hace apenas un siglo el asunto funcionaba diferente. Los Estados respaldaban el dinero circulante con lingotes de oro o con valores físicos. No podía emitirse un billete sin que existiera ese soporte. Con el tiempo cambió el concepto. Ahora cada gobierno o grupo de gobiernos emiten el efectivo sobre la base de una determinada política. Si les parece conveniente, emiten dinero y lo ponen a circular. Y viceversa. Gran parte de la crisis económica actual se explica por ello.

El dinero controla tus fantasías

Por lo tanto, el dinero es solamente un símbolo. Domina muchas vidas, pero no deja de ser una abstracción. El sistema sobrevive gracias a que aceptamos formar parte de ese pacto aunque jamás lo hayamos firmado. Algunas comunidades han decidido decir “no” a esa realidad. O a esa fantasía. Crean sus propias monedas, sus propias reglas, y pueden seguir comprando, vendiendo y viviendo sin problemas. Así de frágil y de maleable es el concepto del dinero.

El entretenimiento

No es accidental que se llame “industria del entretenimiento”. Etimológicamente, esta última palabra se forma con las partículas  “inter” y “tenere”. “Inter” significa “situación entre dos puntos”. Y “tenere” es “dominar o retener”. Esto nos lleva a una definición de “entretenimiento” como el proceso por el cual se ubica la mente en un punto intermedio, desde donde es “retenida”. O dicho de otro modo, se trata de un mecanismo por el que se captura la atención.

Por eso lo que comúnmente se llama “entretenimiento” habitualmente alude a situaciones en las que la persona es pasiva. Está capturada. Y lo más problemático: lo disfruta.

De hecho, muchas veces el entretenimiento no facilita o estimula procesos de creación o re-creación de la realidad. Más bien se limita a generar una especie de paréntesis. A este universo corresponde toda la televisión y el cine comercial; todos los espectáculos que exigen consumidores quietos y atentos. Todos los esquemas de disfrute que se repiten incesantemente y no exigen un aporte creativo del sujeto.

Esto, indudablemente, modela una manera de ver el mundo. Y también de imaginarlo. Traza unas fronteras precisas para la creación. Otorga un sentido predeterminado para la fantasía. Así se asegura el control sobre un terreno en el que debería habitar la libertad.

Los psicoactivos

¿Has oído hablar de la “toxicomanía inducida”? Finalmente, cualquiera que sea tu vicio, o tu compulsión, alguien llenará sus bolsillos por tu cuenta. A los productores de psicoactivos les beneficia, y les interesa, que dejes de ser un consumidor ocasional y te conviertas en drogodependiente.

Hombre tomando psicoactivos

En el caso de drogas legales, como el alcohol o la nicotina, los medios para garantizar un consumo sostenido son clásicos: Publicidad a granel. Prohibiciones parciales para estimular el deseo (que todo lo prohibido se hace más deseable). Promover arquetipos que asocian estas drogas con el poder, el éxito o el encanto.

A veces usan instrumentos menos ortodoxos. Hay una importante cantidad de denuncias sobre adición de componentes al tabaco para incrementar la adicción. En algunos países circulan también las “drogas naturistas”.  No son más que psicoactivos. La puerta de entrada a un mundo en donde no siempre hay salida.

Todas estas drogas también cumplen el papel de inducir una determinada manera de imaginar. De fantasear. Allí también el sujeto se va volviendo progresivamente más y más pasivo. ¿Qué es la dependencia sino precisamente la imposibilidad de salir de una cárcel mental?

Las preguntas para concluir serían entonces: ¿Qué imaginas? ¿Cómo creas? ¿Hasta qué punto tus fantasías responden a lo que otros desean que imagines? ¿Tus sueños te liberan o te esclavizan? En una pregunta: ¿De qué va tu imaginación?


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.