Quiero ser madre, pero no puedo
Para muchas personas, criar a un hijo es un sueño, una ilusión, un objetivo. Hay mujeres que tienen claro que quieren ser madres, pero en ocasiones no es posible, ya sea por causas biológicas o del medio, y en esos momentos se produce un dolor emocional similar al duelo.
Porque, al final, lo que desaparece es la capacidad de elegir, de encaminarse hacia la vida que se desea y cumplir sueños que bien podrían ser vitales. ¿Qué hacer en estos momentos? ¿Seguir intentándolo, desistir? ¿Cómo procesar todo esto? Vamos a verlo en detalle en las siguientes líneas, así que no te lo pierdas.
La dificultad de la maternidad en los tiempos modernos
Todo el mundo estará de acuerdo en que ser madre es un rol que ha cambiado en los últimos tiempos, así como la concepción propia de la familia y la educación. A esto se le suma un modo de vida que, en ocasiones, resulta muy complicado de conciliar con la parte laboral y familiar.
Esto es especialmente problemático para aquellas personas que querrían pasar los primeros años de vida del pequeño centradas en su crianza. Por lo general, los permisos de maternidad terminan cuando los niños salen de la guardería. Es lógico, entonces, que surjan dudas a la hora de dar el paso, pues no existen garantías de poder disfrutar de los primeros años del hijo.
Y qué decir de las familias monoparentales, que pasan por todo ello sin la ayuda de otro adulto responsable.
Por otro lado, aquellas personas que están abiertas a adoptar lo tienen complicado. Los procesos de adopción son largos, costosos y en ocasiones obligan a los padres a hacer viajes largos. Por eso, muchas personas optan por tratamientos in vitro en lugar de darle hogar a alguien que aún no lo tiene.
¿Cómo afrontar estas dificultades?
Para quien la maternidad era un sueño, la imposibilidad de realizarlo puede llegar a suponer una herida emocional que se arrastra toda la vida. Es importante saber aceptar la realidad, aunque sea dolorosa, y centrar los esfuerzos en reorientar la propia vida, en lugar de seguir luchando y sufriendo por lo imposible.
Por supuesto, no es un camino sencillo. Implica una serie de cambios dentro de la persona que se alcanzan a través de la introspección, el autocuidado y, de ser necesario, en la ayuda de un profesional de la psicología. Vamos a ver algunos consejos útiles para este proceso.
1. Céntrate en tu día a día
Es fundamental mantenerse activo y no descuidar las actividades diarias. Además, este movimiento te ayudará a no rumiar la idea de que ser madre es complicado o imposible. Por otro lado, siguiendo con tus tareas diarias, no perderás tus reforzadores más habituales.
2. Comparte tu carga de no poder ser madre
Cuando tienes a tu alrededor personas que te quieren y te apoyan, recuerda que están ahí para hacer tu vida menos dolorosa. Disfruta de su presencia y déjate cuidar: tu dolor es solo tuyo, pero nunca está de más que alguien te ayude a sobrellevarlo.
3. No descuides la intimidad con tu pareja
Si tu elección de ser madre era en compañía de una pareja, es posible que hayáis dedicado parte de (o todas) las relaciones a tratar de conseguir el embarazo. No obstante, ante la realidad de no poder serlo, no descuides la parte más social de tu vida.
4. Estudia tu dolor por no poder ser madre
Como se decía arriba, aceptar una realidad no deseada, como una vida sin hijos, es necesario, pero duro. Parte del proceso de recuperación consiste en focalizarnos en el dolor emocional, analizarlo y enfrentarlo para poder dejarlo atrás.
Los sentimientos de culpa, los pensamientos de inferioridad o la ansiedad forman parte de este entramado emocional que no debe quedarse enquistado.
5. Planifica tu futuro
La tarea de aceptar determinadas limitaciones del presente pasa por empezar a reorientar el futuro. Cuando le habías reservado un espacio muy importante a tu hijo, es normal que parezca que todo se desmorona.
Por eso, un buen ejercicio para superarlo es visualizar una línea temporal en la que otras prioridades adelantan, de momento, a esa.
La importancia de la ayuda profesional frente a la imposibilidad de la maternidad
La imposibilidad de tener hijos puede ser una carga que requiera de una intervención profesional. No tanto por la situación en sí, sino por todo aquello que se puede derivar de ella, como trastornos de ansiedad o depresión.
Por tanto, si crees que esta situación de no poder ser madre está pesando mucho en tu estado de ánimo, no dudes en acudir a consulta. Aceptar tu realidad no tiene que ver con la resignación, sino con el valor de lidiar con aquello que te hace daño, pero tampoco es necesario caminar en soledad.
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