Depresión postparto: tengo un hijo y no puedo estar triste

La depresión posparto no ocurre por algo que una madre hace o deja de hacer. Después de dar a luz, los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) en las mujeres bajan rápidamente.
Depresión postparto: tengo un hijo y no puedo estar triste
Fátima Servián Franco

Escrito y verificado por la psicóloga Fátima Servián Franco.

Última actualización: 20 enero, 2019

Tengo un hijo y no puedo estar triste. Esta frase, que no es de las más asociadas al embarazo, se repite en la cabeza de un gran número de mujeres, aunque no suela ser verbalizada ni expresada. Las connotaciones que conlleva el embarazo no siempre cumplen las expectativas que las madres tienen sobre este periodo. En nuestra sociedad predomina una imagen del embarazo algo idealizada y sesgada debido a la enorme alegría que produce la llegada de un nuevo miembro a la familia.

Tanto el embarazo como el período después del parto son momentos de gran vulnerabilidad para la mujer. Durante este tiempo no sólo aparecen sentimientos de alegría y gozo, sino que también pueden presentarse sentimientos de ansiedad y síndromes depresivos. De hecho, según los estudios, entre un 10 y un 25% de las mujeres presentan sintomatología depresiva tras dar a luz.

“Sé que muchos de ustedes probablemente están pensando por qué publicaría esta imagen, pero me tomó 18 meses llegar aquí, 18 meses para no llorar cuando me miro en el espejo, 18 meses para finalmente sentirme hermosa en mi propia piel otra vez”.

-Alexandra Kilmurray- (Madre que sufrió depresión postparto pionera en publicar en las redes sociales imágenes reales de su cuerpo tras el embarazo)

Mujer triste apoyada en una cuna

Derribar los tabúes acerca de la depresión posparto

La depresión es una alteración patológica del estado de ánimo, con descenso del humor y tristeza, acompañada de síntomas vegetativos, emocionales, del pensamiento, del comportamiento y de los ritmos vitales que persisten por lo menos dos semanas.

La gestación es una etapa de alta incidencia de trastornos depresivos y el puerperio es el periodo de mayor riesgo de depresión en la vida de la mujer. Según Jadresic, los desórdenes mentales puerperales más frecuentes son: disforia posparto, depresión posparto (DPP) y psicosis posparto (Jadresic,2005). 

La depresión posparto no tiene una sola causa, sino que es consecuencia de una combinación de factores físicos y emocionales. La depresión posparto no ocurre por algo que una madre hace o deja de hacer. Después de dar a luz, los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) en las mujeres bajan rápidamente.

Los subniveles de estrógeno y progesterona genera alteraciones químicas en el cerebro que pueden provocar cambios en el estado de ánimo. Además, muchas mujeres no pueden descansar tanto como deberían para poder recuperarse totalmente del parto. La falta constante de sueño puede generar incomodidad física y agotamiento, factores que pueden contribuir a los síntomas de la depresión posparto.

“Nadie te advierte sobre los aspectos oscuros de la maternidad y el embarazo. Nadie te dice que cambiarás mental y físicamente después de que te conviertes en madre”.

-Alexandra Kilmurray-

Mujer triste con depresión postparto

¿Cómo puede ayudar la familia y el entorno a las mujeres que sufren depresión posparto?

Es probable que los familiares y amigos sean los primeros en reconocer los síntomas de la depresión
posparto en una mujer que acaba de dar a luz. La depresión postparto no solo afecta a la persona que la sufre, tanto el núcleo familiar como la relación de pareja pueden verse afectadas.

Las personas más cercanas deben entender el estado de ánimo de estas madres aunque ellas estén felices y pletóricas por el nacimiento del bebé. La familia debe proporcionar a las mujeres que padecen depresión postparto un contexto donde ellas puedan hablar sin temor a no ser entendidas.

Expresar las emociones de la situación por la que están pasando, aunque se consideren inadecuadas, les ayuda a no sentirse culpablesEntender que les sucede es un punto de inflexión para que la situación mejore, y no depende solo de la persona que sufre el trastorno, sino de toda la familia.

Si a pesar del apoyo familiar aún persisten los síntomas, lo aconsejable y necesario es acudir a un profesional. El primer paso para que estas madres entiendan que les sucede va ligado a la aceptación de las emociones que están experimentado, aunque sean displacenteras. Cuando se obligan a estar bien y tanto el cuerpo como el estado de ánimo les dice todo lo contrario, la situación empeora, añadiendo a la ecuación emocional sentimientos de frustración.

Aplausos para las madres que están luchando contra la depresión posparto y tienen que levantarse todos los días para sus hijos.


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  • Jadresic E. Trastornos depresivos posparto. En: Correa E, Jadresic E, eds. Psicopatoiogía de la Mujer. Santiago: Editorial. Mediterráneo, 2005; 159-75

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