Quizás estés en tu área de confort
A todos nos gusta sentirnos seguros y tranquilos con nuestra vida. Nos gusta tener estabilidad y sentir que todo lo tenemos controlado.
Pero a veces, sobrevaloramos esta situación por miedo al cambio y perdemos un montón de oportunidades, de vivencias y de experiencias. Seguramente nos encontremos en nuestra área de confort.
Vivencias que si nos atreviéramos a experimentarlas seguramente nos ayudarían a sentirnos más seguros y más contentos con nosotros mismos. ¿Por qué? Porque…
Cada vez que superamos nuevos retos por pequeños que sean, nuestra autoestima se eleva, aprendemos, crecemos y maduramos como personas.
Es algo así como estar al borde de una piscina en la que todo el mundo está disfrutando y que nosotros no nos atrevamos a saltar porque el agua está demasiado fría… hasta que quizás alguien nos empuja y decimos ¡Pero que bien estoy, como no me he metido antes!… Pues eso es salir del área de confort.
¿Cómo puedes saber si estás en tu área de confort?
Te da miedo asumir nuevos retos
Si no te apetece hacer puenting ¿por qué lo vas a hacer? Pero si te apetece ¿por qué no lo vas a hacer? Esa es la diferencia entre estar en el área de confort y no estar en ella.
Cuando nos apetece hacer algo pero no lo llevamos a cabo por miedo y nos privamos de lo que nos gustaría a cambio de seguir tranquilos donde estábamos, nos encontramos ubicados en nuestra área de confort.
“La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original”
-Albert Einstein-
Quieres avanzar en algo pero tú mismo te lo impides
Te gustaría hacer un viaje solo, sueñas con ello o te gustaría intentar hablar con esa persona que tanto te atrae pero el miedo y la seguridad que tienes en tu vida te paralizan. Entonces, sin duda estás en tu área de confort.
Tu cuerpo te muestra evidencias físicas
Cuando lo intentas, cuando tratas de hacer algo nuevo que te gusta y te atrae, te sudan las manos, se te coge un pellizco en el estómago, sientes cierta sensación de mareo…
El cuerpo también nos avisa de los cambios, incluso a veces es tan egoísta que colabora en paralizarnos. Aunque siempre puedes cambiar la visión y tener al cuerpo como un informador.
Te sientes mal contigo mismo
Cuando no te lanzas, luego te sientes mal contigo mismo, te sientes culpable por no haber sido capaz de enfrentarte al reto.
La culpa se asocia al pasado y en ocasiones al victimismo. También puede ser un indicador de que nos encontramos en nuestra área de confort.
¿Cómo salir de tu área de confort?
1. Asume nuevos retos
Por pequeños que sean márcate pequeños retos.
¿Quieres viajar pero te da miedo porque tienes una pequeña enfermedad, alguna dificultad, nunca has montado en avión? Pues haz un pequeño viaje, el próximo un poquito más grande, el siguiente un poquito más… verás como poco a poco vas superando ese obstáculo.
2. Arriesga sin miedo
Todos tenemos que tener ciertas precauciones eso está claro, pero también es cierto que la vida está para vivirla no para pensarla.
Atrévete a que esa persona que tanto te gusta te diga “no”, intenta ese puesto de trabajo que te han ofrecido aunque creas que no vas a dar la talla, aunque te despidan…
Luego cuando todo eso pase y aunque pienses que has fracasado por todos esos “no”, piensa que realmente no es así, no han sido fracasos, han sido triunfos.
Has salido reforzado, ahora eres más capaz de enfrentarte a nuevos retos. Ahora puedes enfretarte al rechazo, porque éste forma parte de la vida. Saber acogerlo como a un amigo, ya es todo un reto, más que superado.
3. Lee sobre inteligencia emocional
Muchas veces estamos anclados en nuestros viejos y obsoletos pensamientos. Leer nos abre horizontes nuevos y sobre todo si lo haces sobre inteligencia emocional.
Empezarás a ver muchas cosas de otra manera. Quizás empieces a no darle tanta importancia a cosas que realmente no la tienen, quizás te sientas ahora más afortunado etc.
4. Aprende de gente con inteligencia emocional
Hay muchas personas que tienen una inteligencia emocional innata. Tan solo estar un ratito con ellas y terminas diciendo “Me voy como nuevo”. No pierdas el contacto con ellas y empápate de sus experiencias.
5. Y sobre todo, no te agobies… Ve poco a poco
Márcate tu tiempo. No tengas prisas, cada uno lleva un ritmo en la vida. Lo importante es que avances en lo que quieras y desees.
Y recuerda, la estabilidad puede ofrecerte tranquilidad pero llegará un momento en el que te limitará y no te permitirá avanzar. Asume riesgos y lánzate a conseguir tus sueños, ¡sal de tu zona de confort!