
El bienestar abarca diferentes campos, uno de ellos es la salud social. Precisamente de ella, nos ocuparemos en este artículo. Te iremos mostrando de qué se trata, cuáles son los efectos de la socialización para mejorar nuestra calidad de vida…
“Vivimos en un mundo maravilloso que está lleno de belleza, encanto y aventura. No hay un límite para las aventuras que podemos tener siempre y cuando las busquemos con los ojos bien abiertos”
-Jawaharial Nehru-
Eres un ciudadano del mundo, si pudieras estarías constantemente viajando y te consume la idea de no poder ver bastantes lugares de este planeta. Pero más allá de descubrir mundo, viajar también aporta numerosos beneficios.
Viajar te hace sentir bien, pero sobre todo viajar es bueno para el cerebro y te hace especial.
A continuación te contamos los efectos más sorprendentes de viajar en tu cerebro.
Un reciente estudio realizado por la «Academy of Management Journal» ha descubierto que las personas que han trabajado y vivido experiencias profesionales en el extranjero son más imaginativas y creativas que las que permanecieron en su país de origen.
¿Por qué? Es debido a la inmersión cultural, al descubrimiento de nuevas perspectivas.
Girar el mundo aumenta tu confianza en la humanidad. Comprobar que en el mundo existe mucho bien, hace que nos resulte más fácil fiarnos de las personas.
Un estudio realizado por el «Journal of Personality and Social Psychology» concluyó que los estudiantes que han vivido en el extranjero tienen un 20% más de probabilidades de resolver una tarea en un PC, que aquellos que no han viajado.
¿Por qué? El simple hecho de vivir en otra cultura durante un período de tiempo prolongado abre tu mente y te ayuda a entender que una cosa puede tener múltiples significados diferentes.
Este mismo estudio, también descubrió que los niños que suelen viajar al extranjero son más humildes que los que no viajan.
¿Cómo no ser humilde ante un gigantesco mundo
que siempre nos ofrece espectáculos maravillosos?
Aprovechar un viaje para probar cosas nuevas, nos predispone a probar nuevas experiencias también en nuestra vida cotidiana.
Además, viajar con cierta frecuencia hace que tus miedos se disipen y seas una persona mucho más valiente.
Se han realizado numerosas investigaciones que demuestran cómo la naturaleza puede mejorar tu memoria.
La razón es obvia: al aire libre se refrescan los sentidos de una forma que no se consigue en otros contextos.
Un nuevo estudio publicado en la revista Environmental Psychology descubrió que las personas que simplemente miraron una fotografía de la naturaleza, durante tan solo 40 segundos, mejoraban el enfoque y la actuación en su siguiente tarea. Lógicamente el efecto se amplifica si te sumerges en la naturaleza.
Viajar ayuda a las personas a redescubrir el significado de sus vidas, embarcarse en un nuevo comienzo o concentrarse en un propósito.
Viajar nos ayuda a ver nuestra vida desde la distancia, tanto física como metafóricamente. Y cuando lo haces, eres capaz de verlo todo mucho más claro.
Ya sean unas vacaciones, un viaje o un picnic, te relajan y bajan tu nivel de estrés. Esto ocurre incluso antes de que salgamos de casa, es decir, notamos esta felicidad ya desde que reservamos nuestro viaje.
Un estudio reciente realizado por la «U.S. Travel Association» descubrió que los trabajadores que disfrutan todos sus días de vacaciones, tienen un 6.5% más de probabilidades de conseguir un ascenso en el trabajo que aquellos que permanecen pegados a sus escritorios.
Desconectar es necesario para renovarnos.
¿Con qué frecuencia te enfadas porque su tren se ha retrasado? Por lo general, las esperas ponen a prueba nuestra psique, pero gestionar nuestras reacciones en estos casos es buen entrenamiento de resistencia mental.
Tratar con retrasos, contratiempos y diferentes culturas mientras viajas, te hace una persona mucho más paciente y generalmente más comprensivo. La paciencia es la virtud de los fuertes.
Cuando perdemos algo (un trabajo, una relación o un ser querido), sentimos que perdemos una parte de nosotros mismos, una parte de nuestra alma.
Emprender un viaje puede ayudarte a restaurar tu sentido del «Yo«, porque viajando no puedes poner el piloto automático y ser apático.
Esa sensación al bajar del avión sabiendo que vas a experimentar cosas nuevas.
Respirar profundamente por la nariz el aire nuevo y pensar que la vida es tan impresionante y maravillosa.
Entonces, ¿a qué estas esperando? ¡Es hora de partir!