Qué es el refuerzo intermitente y cómo nos afecta

Todos disfrutamos cuando nuestra conducta es premiada. Por otro lado, que sea premiada aumenta la probabilidad de que la repitamos. Ahora, no tiene que ser premiada siempre para que la repitamos de manera frecuente. Hablamos de los efectos del refuerzo intermitente.
Qué es el refuerzo intermitente y cómo nos afecta
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 23 agosto, 2022

Pese a que no siempre nos demos cuenta, nuestra conducta está condicionada por las circunstancias ambientales. Los comportamientos que repetimos suelen estar premiados o alentados de algún modo, mientras los que evitamos suelen estar penados o castigados. Estas contingencias positivas o negativas a veces son sutiles y no llegamos a percibirlas, pero tienen gran influencia. Entre ellas, una de las más potentes es el refuerzo intermitente.

Este tipo de dinámica media en muchas adicciones (por ejemplo, en la ludopatía), pero también en nuestras relaciones personales, en nuestro desempeño laboral o en nuestros hábitos de consumo. Y es que es bien conocido por las empresas el efecto que tiene en el cerebro recibir recompensas de forma discontinua. Si quieres saber más al respecto, te invitamos a seguir leyendo.

Persona jugando a las máquinas tragaperras
El refuerzo intermitente favorece la repetición de ciertas conductas para mantenerlas a largo plazo.

Refuerzos y castigos para la modificación de conductas

Para entender el reforzamiento intermitente hemos de remitirnos al trabajo de B.F. Skinner sobre el conductismo. Esta corriente postula que el comportamiento está controlado por las contingencias ambientales; y, por tanto, es posible modificar la conducta aplicando refuerzos o castigos.

Los refuerzos son aquellos que constituyen una consecuencia positiva para la persona y, por ende, hacen que la conducta emitida se repita y se mantenga. Pueden ser de dos tipos:

  • Refuerzos positivos: se aporta un premio o una recompensa a raíz de la conducta emitida. Por ejemplo, cuando nos elogian o nos agradecen por un trabajo bien hecho.
  • Refuerzos negativos: se retira un estímulo aversivo o desagradable después de emitir la conducta. Por ejemplo, si en una empresa los empleados que consigan mejores ventas quedan libres de acudir a trabajar los viernes por la tarde.

En el caso del castigo, se busca reducir o eliminar una conducta concreta. Así, puede darse el castigo positivo cuando otorgamos un estímulo desagradable (por ejemplo, cuando regañamos a un niño por su mala conducta). O también puede darse un castigo negativo cuando retiramos un estímulo agradable (por ejemplo, cuando nos quitan puntos del carnet por cometer una infracción de tráfico).

El refuerzo intermitente

Ahora bien, el refuerzo puede aplicarse de diferentes maneras y siguiendo diversos programas. Un reforzamiento continuo se produce cuando se obtiene la recompensa siempre que se emite la conducta deseada. Por su lado, un reforzamiento intermitente tiene lugar cuando recibimos la recompensa solo en algunas ocasiones tras haber emitido la conducta, y en otras no.

A simple vista podría parecer que esta dinámica nos haría perder interés. Al fin y al cabo, al ver que no recibimos el premio, podríamos optar por dejar de intentarlo. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: podemos llegar a obsesionarnos y mantenernos repitiendo la conducta con mucho más ímpetu e interés que si siempre recibiésemos el premio. De hecho, el refuerzo intermitente es una de formas más eficaces de mantener un comportamiento a largo plazo.

¿Cómo nos afecta el refuerzo intermitente en el día a día?

En suma, podemos decir que el refuerzo intermitente es el que se entrega de forma inconsistente y ocasional, y es esto lo que lo hace tan adictivo. Un refuerzo continuo, que obtenemos cada vez que emitimos la conducta, suele terminar saturando y perdiendo interés.

Si nos elogian en el trabajo cada día, esas palabras comienzan a sonar vacías y dejan de ser reforzantes. Del mismo modo, si premiamos a un niño con chocolate siempre que recoge su habitación, terminará aborreciéndolo y perderá su efecto.

En cambio, cuando el refuerzo se entrega de forma intermitente genera expectativa, deseo y un cierto grado de ansiedad que nos lleva a esforzarnos y mantenernos alerta para poder volver a conseguir ese ansiado premio que tuvimos y queremos volver a conseguir.

Este tipo de programas de refuerzo están presentes en muchas situaciones cotidianas, pero aquí van algunos ejemplos:

  • Cuando las empresas proponen bonos por resultados e incentivos por ventas para sus trabajadores.
  • Las máquinas tragaperras, que pueden llegar a entregar una ganancia, pero en la mayoría de las ocasiones no lo hacen.
  • Redes sociales, como TikTok, muestran algunos videos muy específicos, llamativos y entretenidos, entre muchos otros que no agradan tanto al usuario.
  • En las relaciones personales también se emplea con frecuencia, sobre todo en la crianza de los menores. Pero también entre adultos; por ejemplo, cuando regalamos palabras de agradecimiento o reconocimiento a nuestros seres queridos.
Hombre sintiendo que siento que no soy lo bastante bueno para mi pareja
Hay relaciones en las que uno de los miembros utiliza el refuerzo intermitente para controlar al otro.

Emplear el refuerzo intermitente puede ser muy útil si se hace de forma sana y consciente. Por ejemplo, puede ayudar a motivar a los empleados, instaurar buenos hábitos en los niños y hacer que otros se sientan valiosos. Sin embargo, también puede causar adicciones y dependencia emocional.

La búsqueda de ese refuerzo que solo se presenta en ocasiones puede llevarnos a dilapidar nuestros ahorros en el juego o a engancharnos a una relación de pareja destructiva. De hecho, aquellos vínculos en los que la otra persona en ocasiones nos “regala la luna” y en otras nos trata con frialdad e indiferencia son especialmente difíciles de abandonar; precisamente por esa expectativa de que el refuerzo volverá en cualquier momento.

Así, es importante y conveniente entender qué dinámicas nos están moviendo y por qué hacemos lo que hacemos. De este modo podremos tomar algo de distancia y decidir lo más conveniente para nosotros.


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  • KendallS. B. (1974Preference for intermittent reinforcementJournal of the Experimental Analysis of Behavior 21:463–73.
  • Skinner, B. F. (2019). The behavior of organisms: An experimental analysis. BF Skinner Foundation.

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