"Saltando" el corto que enseñará a los niños a no rendirse jamás
“Saltando” es un corto para ver con tus hijos. Porque crecer es también saltar sobre las dificultades y salir fortalecido a cada paso, a cada brinco, y aunque los niños estén siempre atendidos por nuestra parte, debemos permitirles a su vez esa libertad con la cual, aprender a ser valientes, artífices de sus propios caminos.
“Bounding” (brincar, saltar) es una producción excepcional de la factoría Pixar y, aunque hace ya 13 años de su estreno, el mensaje que nos deja es esencial para cualquier generación, incluso para nosotros mismos, porque no hay nada como volverse niño de nuevo para entender grandes cosas.
“Saltando” nos habla de la necesidad de no dejarse vencer por las adversidades, de la necesidad de confiar en nosotros mismos sintiéndonos hábiles para superarnos, para saltar alto después de la caída y tocar el cielo
Algo en lo que deberíamos reflexionar también es en ser conscientes de lo complejo que puede resultar “ser niño”. La infancia no siempre es sinónimo de felicidad, crecer supone tener que enfrentarse en ocasiones no solo a los cambios propios, sino a contextos complejos en los que los niños tienen que aprender a desarrollar estrategias de “supervivencia” y adaptación.
Es necesario pues animarles a que nunca, nunca dejen de saltar, que su corazón vibre, que su mente sueñe y que sus piernas los lleven ahí donde deseen ir…
“Saltando” un corto donde los ciclos marcan el ritmo
Nuestro protagonista es un rechoncho y vivaz cordero. Tiene como principal don su aptitud para la danza, transmite tal vitalidad y alegría, que contagia con su baile a todas las criaturas de esa soleada pradera. Todo va bien, hasta que en un momento dado, alguien se lo lleva y lo deja desnudo, sin su vestimenta, sin su lana.
La tristeza se cierne entonces sobre él y llegan las lluvias, la noche, el mal tiempo. Nosotros sabemos muy bien que el esquilado sigue ese ciclo, que volverá a crecerle la lana, pero el cordero vive su vergüenza de forma desoladora y ello supone esconderse y huir de todos aquellos que lo ridiculizan por su aspecto físico. Los bailes se han terminado.
- Nuestro cordero, lejos de entender que su cambio es temporal se deja vencer por su aspecto y asume algo puntual como una tragedia permanente.
- También nosotros tendemos a veces a cronificar determinadas dimensiones: una decepción puede volvernos eternamente desconfiados, un rechazo fragmentar nuestra autoestima, y un error puntual, vetar para siempre nuestra capacidad de logro.
- En el caso de los niños es aún más delicado. Nadie les ha explicado que la vida son ciclos, que a veces se cae, que a veces se pierde, que las burlas ajenas jamás definen lo que uno es realmente…
“¿Tú color? ¡Qué importa! Vaya cuestión, eres púrpura, eres gris, beige o marrón, a veces vas mal, a veces mejor, si te sientes fatal mira alrededor…”
-“Saltando” (Pixar, 2003)-
Hay que tocar el cielo, debemos saltar muy alto
Hay que apuntar alto. Si nos encerramos en la cárcel de nuestros propios miedos -en compañía de las inseguridades- y permitimos además ser encadenados por las burlas ajenas, lejos de poder saltar, caeremos en el abismo de la indefensión. No vale la pena, porque en el momento en que perdemos nuestra propia confianza, lo perdemos todo.
Ahora bien, puede que nosotros lo tengamos claro, pero…¿Cómo conseguimos que los niños interioricen aspectos como la superación personal o la resiliencia?
- Cualquier experiencia temprana vivida de forma negativa puede ser una huella permanente en el cerebro de un niño. Queda claro que como padres, nos es imposible protegerlos en cada momento, de ahí, que sea una buena idea que de forma muy temprana les ayudemos a desarrollar la confianza y el conocimiento.
- Actúa como modelo favorecedor en el desarrollo emocional de tu hijo. Transmítele la idea de que nada ni nadie puede poner cadenas a sus pies para impedirle saltar y tocar el cielo.
- Crecer implica pasar épocas de cambios complejos donde no dejar nunca de ser uno mismo: alguien que merece ser feliz, una persona que aprende de las dificultades para dar nuevos pasos con mayor seguridad.
La sabiduría del “conejilope”
Si hay alguien excepcional en este corto es el conejilope, una criatura imponente, sabia y afable, que hace ver a nuestro cordero dos verdades en las que deberíamos reflexionar:
- Nuestro ciclo vital está lleno de imprevistos, de cambios que nos hacen caer y oportunidades que nos obligan a brincar. Nuestra propia disposición es la única que nos permitirá sobrevivir a cada época, y en nuestra mente, se encuentra la llave a cada puerta que la adversidad suele cerrarnos.
- Los cambios nos invitan también a poder aplicar nuevas estrategias para salir fortalecidos y renovados. En nuestro corto, el cordero era un gran bailarín, pero tras la primera “esquilada”, opta por cambiar la danza por los saltos: ahora apunta más alto, ahora toca el cielo…
Te dejamos con el corto esperando que lo disfrutes con tus niños y que lo compartas.
Tú puedes volar, con sólo intentarlo lo puedes lograr, subes y bajas…¡La vida es así!
Saltando (Pixar, 2003)