Existencialismo: lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros
Muy probablemente seas consciente del verdadero horror que supuso el genocidio nazi, que se encuadra dentro de un contexto histórico más amplio como fue el de la Segunda Guerra Mundial. Este pasado siglo fue un tiempo convulso, tensionado por numerosos conflictos bélicos y que puso de manifiesto como una crisis social podía verse totalmente reflejada en un individuo y viceversa.
No es de extrañar que en este contexto surgieran movimientos dentro de la psicología enfocados a resaltar el carácter resiliente y espiritual de todos nosotros pese a las dificultades extremas que se puedan estar viviendo como el existencialismo. Es la psicología existencial la que recoge esta inquietud y se empeña en poder explicarla satisfactoriamente. Porque se trata de lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros.
El existencialismo
Si hay algo que diferencia al ser humano de un ser vivo reptiliano o un mamífero es su capacidad para transformar la realidad mucho más allá de sus meras condiciones físicas, para bien y para mal. Intrigados por ello, muchos intelectuales del siglo XIX comenzaron a interesarse por el verdadero sentido de la existencia humana, no como una mera ofrenda al poder divino sino como un fin en sí mismo, denominado existencialismo.
Muchos movimientos vanguardistas dentro de la filosofía y el cine como Dogma 95 han recogido el concepto de Dasein planteado por el existencialismo.
Algunos de los autores interesados por esta corriente que fue gestando la fenomenología fueron Martin Heidegger o Ludwing Binswanger. El primero se interesó por temas como el significado de la vida y de la muerte y planteó el concepto de Dasein o ser en el mundo que se debe entender a través del Daseinanalyse (la proyección de uno mismo en la experiencia).
Los campos de contentración nazi
Esta idea tan poética y abstracta del ser humano logró verse cristalizada en la obra de diversos autores del siglo XX, influenciados por la experiencia de la barbarie y dolor sufridos a causa de la Segunda Guerra Mundial. Uno de los hechos más dramáticos de este período fueron los campos de exterminio nazi.
Los campos de concentración nazi fueron auténticos espacios de tortura y experimentación de un grupo de seres humanos por parte de otros, que en base a su origen étnico o social creían verse con la legitimidad moral y política de exterminar a los individuos que no cumplían con sus criterios de raza aria.
La maldad al servicio del populismo fascista, que proclamaba sin vacilaciones la necesidad imperiosa de provocar sufrimiento y condenar a muerte a millones de seres humanos. Una vez más la humanidad llegaba al trágico punto de basar el triunfo de unos en la humillación absoluta que sufría el resto.
Como nos trate el mundo, no nos trataremos a nosotros mismos
En uno de estos campos de concentración se encontraba Victor Frankl, psiquiatra, neurólogo y creador de la Logoterapia en Psicología. Frankl logró sobrevivir al holocausto y esta experiencia lo marcó profundamente a la hora de formular sus teoría y reflexionar acerca de la naturaleza del ser humano en la obra “El hombre en busca de sentido“.
Victor Frankl explica también la pérdida de significado en la vida o vacío existencial y la llama neurosis noógena, un concecpto muy utilizado dentro de la psicología y que encontramos en numerosos trastornos psicológicos
Explica como cada persona tiene que buscar y encontrar un significado propio a su vida. Frankl a partir de su experiencia, descubre que se puede encontrar significado en el sufrimiento extremo, por ejemplo en la entrega a una tarea o el amor de alguien. La felicidad del hombre depende de su auto-transcendencia y realización, que proviene de la espiritualidad inconsciente presente en toda psiquis humana.
El psicoanálisis existencial de Sartre
Jean Paul Sartre recoge todo este malestar y la reflexión arrojada precedentemente por numerosos existencialistas y elabora una máxima en su teoría: “La existencia precede a la esencia“. Con esto se expresa que es el ser humano, con lo que hace en la vida y de la forma en la que la diseña y la vive, el encargado de crear su propia esencia, ya que esta no viene dada de antemano.
La psicopatología y el sentimiento de vacío de una persona vendrá determinado por su incapacidad de transformar lo que el mundo le ha hecho en un proyecto fundamental existencial, basado en el autoconocimiento y la autocrítica.
En nuestro camino, vamos transformando el dolor y los agravios vitales en pequeños catalizadores para comprender más de nuestra esencia y de nuestra auténtica realización personal. Somos nosotros con nuestros actos, nuestra forma de evolucionar, de transformar el dolor y de dirigirnos a nuestros valores los que sellamos nuestra esencia como ser humanos.
¿Que haces con lo que el mundo ha hecho de ti?
Todos estos enfoque coinciden en que el ser humano es radicalmente libre e indeterminado, por muy adversas que sean las circunstancias tiene capacidad de elegir. Capacidad de elegir afrontar un cambio indeseado como un drama o una oportunidad; o fundirse con el sufrimiento y creer que no se puede escapar de él, lo que provoca que nuestra vida caiga en un vacío existencial.
La psicología del existencialismo nos incita a ser personas libres y a expresar nuestras potencialidades, a autorrealizarnos, a vivir la experiencia inmediata (aquí y ahora) y a oponernos a las clasificaciones diagnósticas que se dan desde grandes corporaciones médicas o tratados de psicopatología.
Para conseguir superar ese vacío existencial y lograr un proyecto de vida con sentido, se pueden utilizar técnicas como las siguientes, muy comunes en la terapia del existencialismo en general y logoterapia en particular:
- El diálogo socrático, que se basa en guiar con preguntas las interpretaciones de nosotros mismos hacia el conocimiento y la asunción de responsabilidades.
- El autodistanciamiento, que sería separarse de las neurosis para aprender a verse a sí mismo más allá del sufrimiento y apelar a la voluntad de sentido para dirigirse a él.
- Modificación de actitudes: desarrollar una disciplina de conductas clave a practicar para modificar actitudes dañinas y ver otras nuevas como motivadores de cambio.
- La Des-reflexión o entrenamiento para no prestar una atención inadecuada a los síntomas ni a sí mismo.
- Intención paradójica o intensificar el síntoma, con lo que cambia su función.
- Confrontación para promover el examen de la propia existencia y de la calidad de las decisiones para conseguir relaciones más realistas, particulares e intensas.
- El compromiso alimentado por la pasión, como es el verdadero modo de estar vivo.
Con la ayuda de estas técnicas y el conocimiento de ellas por parte del terapeuta se logra que la persona tome conciencia del sentido que quiere dar a su vida y que, al mismo tiempo, lo relacione con el motivo real de su existencia que es el que guía todas sus elecciones y la dirección de su camino pese las adversidades.