7 señales de que estás trabajando demasiado
Si estás trabajando demasiado, quizás no sientas nada extraño durante un buen tiempo. Por lo general, esos excesos no provocan consecuencias graves a corto plazo. Al fin y al cabo, el organismo suele responder de manera muy adecuada a esos periodos en los que se le exige de más.
Sin embargo, como es lógico, todo tiene un límite. Con el paso de los meses, si estás trabajando demasiado, seguro que tu cuerpo y tu mente lo notarán. El problema es que no siempre uno percibe lo que está ocurriendo y esto puede tener consecuencias graves a largo plazo.
La salud física y mental se encuentra estrechamente relacionada con el equilibrio. De este modo, cuando pasas el límite en algún aspecto, alteras el balance y esto termina pasándote una factura. Las siguientes son algunas señales de que estás trabajando demasiado.
1. Sientes que nunca tienes tiempo
Por lo general, todo comienza en algún punto en el que te sientes profundamente comprometido con tu trabajo. A veces porque es difícil de realizar, otras veces porque se trata de una gran oportunidad, o porque tienes miedo de perderlo. También es posible que haya algo en tu vida que no está bien y sientes que al trabajar encuentras un refugio.
A veces sin darte cuenta, comienzas a dedicarle al trabajo más tiempo del que deberías. Asumes compromisos que van más allá de tu función normal, o consigues un nuevo empleo si queda espacio en tu agenda. Muy pronto te das cuenta de que ya no te queda tiempo para nada más.
2. Te has vuelto más irritable
Lo más probable es que si estás trabajando demasiado también te vuelvas más huraño. El exceso de tareas o de obligaciones hace que todo el tiempo tengas algún grado de estrés. Esto, al mismo tiempo, te hace más sensible a los pequeños tropiezos.
El resultado es que podrías volverte una de esas personas que habitualmente está de mal humor. Quizás eso se exprese como perfeccionismo , rigidez o sobreexigencia. Lo cierto es que en el fondo tienes un enfado que no se disipa.
3. No consigues relajarte, señal de que estás trabajando demasiado
La dificultad para relajarte es una de las señales más típicas de que estás trabajando demasiado. Es como si todo el tiempo estuvieras “encendido” o con la atención agudizada. Algo así como estar preparado a toda hora para cualquier cosa que pueda surgir.
El punto es que eso también te ocurre incluso fuera de la jornada laboral. De hecho, es muy probable que llegue a afectar la calidad de tu sueño. O no consigues dormirte con facilidad, o te despiertas con un susurro. Parece como si nunca pudieras “apagarte” por un rato.
4. Sientes cansancio al levantarte
Otra señal evidente de exceso de trabajo. Lo más habitual es que esto se presente tras algunos meses de sobrecarga laboral. También suele suceder que pasa desapercibido para ti, ya que asumes que es normal tener algo de sueño al levantarte.
El paso del tiempo te lleva a descubrir que no importa cuántas horas duermas, siempre que te levantas sientes que aún falta más descanso. Ahí ya no está el cansancio normal de la jornada, sino que tu organismo, y en particular tu sistema nervioso, están en una condición de elevado desgaste
5. Tienes dolores musculares con frecuencia
Esta es otra señal de que estás trabajando demasiado y que es hora de replantear las cosas. Esos excesos empiezan a manifestarse en el organismo y es muy habitual que comiences a sentir dolores musculares, especialmente en el cuello y en la espalda.
También es común que esto se acompañe de problemas digestivos como acidez o indigestiones frecuentes. Así mismo, es posible que entres al club de la gente con migraña o que te vuelvas más propenso a experimentar malestares indeterminados.
6. Hace tiempo que no haces algo divertido
Después de algún tiempo, la palabra “diversión” termina sonándote a un planeta extraño. Si no dedicas parte de tu tiempo a la recreación y al deleite, en definitiva, estás trabajando demasiado.
Si has sacado de tajo esa dimensión de tu vida, estás convirtiendo tu existencia en un espacio unidimensional y plano. Esto no es prueba de gran compromiso y responsabilidad, sino de todo lo contrario.
7. Tu tema de conversación es el trabajo
Así como el trabajo termina ocupando gran parte de tu tiempo, también llegar a invadir tu mente, a veces casi por completo. Si tu único tema de conversación es lo laboral o los temas relacionados con ello, es claro que te estás excediendo.
Si estás trabajando demasiado es probable que haya una razón de fondo para ello. ¿Qué está pasando con tu vida? ¿Por qué terminaste concentrándote solo en lo laboral? Esas son las preguntas que debes formularte y, obviamente, debes tomar una pausa para responderlas.
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- Rivera, C. G. R. (2011). Trabajar en exceso... Vida o desintegración. Mirada: Revista jesuita de espiritualidad y desarrollo humano, 10(37), 34-42.