Ser feliz al 80 por ciento: los riesgos de conformarse
Seguramente en algún momento te han realizado la siguiente pregunta: del 1 al 10, ¿cómo de feliz eres? Generalmente, la respuesta es bastante poco ajustada, y muy influenciada por el estado de ánimo de ese momento. En este mismo sentido, hoy queremos plantearte otra pregunta: si entendemos la escala de felicidad como gradual, ¿con qué grado te conformarías?
Es importante recordar que la felicidad plena no proviene de experimentar una realidad perfecta, de no sufrir nunca decepciones o reveses, de haber alcanzado todos nuestros objetivos. Si fuera así, la felicidad simplemente sería una utopía. Sin embargo, sí es imprescindible que estemos dispuestos a invertir recursos en aquellos proyectos que nos ilusionan.
La comodidad del conformismo
A simple vista, cabría pensar que ser feliz al 80 por ciento es todo un logro, un auténtico privilegio. Vivimos en una sociedad asolada por el estrés, la depresión, las enfermedades físicas, los conflictos interpersonales y las dificultades laborales. Gozar de ese grado de plenitud debería hacernos sentir satisfechos y afortunados. El problema surge cuando la comodidad nos vuelve demasiado conservadores.
Tengo ansiedad, pero no me limita tanto, así que no hago nada. Mi pareja no me llena, no me hace sentir pleno, pero al menos no es abusiva, al menos no estoy solo, así que me conformo. Mi trabajo no aporta significado a mi vida, no me motiva, pero tampoco lo detesto, entonces ¿por qué hacer cambios?
Esta mentalidad es sumamente común, está totalmente extendida. Nos hemos acostumbrado a conformarnos, a no esperar más de la vida, a pensar incluso que no es posible una situación mejor. Sin embargo, la dificultad reside en que ese 80 por ciento de felicidad con el tiempo va decreciendo.
La ansiedad sin abordar deriva en un trastorno serio y empieza incluso a afectar al cuerpo físico. La relación de pareja se deteriora cada vez más, la distancia emocional es cada día más grande. Y ese empleo, sostenido durante años, consume ya tus ilusiones y convierte tu día a día en una rutina monótona y sin sentido.
De pronto, de ser feliz al 80 por ciento, pasas a serlo a un 60, a un 40, ya no alcanzas el aprobado. ¿Qué ha pasado? Es el resultado de conformarse.
Agradece la gota que derramó el vaso
Si hay algo temible para los seres humanos son las grandes crisis, esos momentos de cambio en los que todo lo establecido se derrumba, en los que no nos queda otra que mirar de frente a la realidad y tomar decisiones. Ese día en que un ataque de pánico te hace sentir que vas a morir, esa discusión en la que abres los ojos a lo insostenible de tu vida en pareja o ese despido que te hace replantearte tu futuro laboral.
Son momentos que pagaríamos por no vivir, pero son en realidad la semilla del cambio que necesitamos. De hecho, para muchos terapeutas este es el mejor momento para trabajar con sus clientes, pues las vendas han caído, conformarse ya no es una opción y generar cambios es la única salida.
Ser feliz al 80 por ciento es una situación confortable, lo suficientemente buena para que podamos seguir mirando hacia otro lado. Sin embargo, ¿no crees que mereces el 100 %? Es precisamente esa gran crisis, esa gota que derramó el vaso, la que te da el valor para trabajar por ello.
Halla la felicidad en la autorrealización
Para alcanzar la felicidad plena no necesitas que todo se acomode a tu favor, (algo que, por cierto, no está en tus manos), pero sí necesitas coherencia. Esto es, saber lo que quieres y alinear tus acciones con estos objetivos.
¿Quieres vivir más tranquilo y reducir el estrés? No te cargues de obligaciones, trabaja el perfeccionismo y aprende a delegar. ¿Deseas un compañero de vida que te complemente? No te conformes con amores mediocres por miedo. ¿Te gustaría levantarte cada día con un propósito? Capacítate en lo que te apasiona, no temas cambiar de rumbo, da un paso cada día hacia esa meta.
El camino hacia la autorrealización requiere de perseverancia, de saber ponerse límites a uno mismo para no ceder a la mediocridad, y de fe para recordar que una vida mejor es posible. Probablemente, no verás los resultados tan rápido como te gustaría, habrá momentos en los que desearás volver a ser feliz al 80 por ciento; pero es la coherencia, el mantenerte fiel a ti mismo lo que te hará sentir la tranquilidad, la motivación y la plenitud que antes no encontrabas.
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