Sexo tántrico: en qué consiste, beneficios y ejercicios
¿Has oído a hablar alguna vez de este práctica sexual? El sexo tántrico es un concepto que nace del tantra, una experiencia holística de origen hindú que está centrada en el presente. Su intención es tener más conciencia de las sensaciones, lo que aumenta el placer en la intimidad.
En este artículo, te contamos más sobre qué es el sexo tántrico, cuáles son algunos de sus beneficios y cómo podemos ponerlo en práctica, a través de 10 métodos muy sencillos. Los ejercicios seleccionados te pueden ayudar, si quieres empezar a adentrarte en esta práctica milenaria.
¿Qué es el sexo tántrico?
En principio, debemos hablar del tantra o tantrismo. El tantra es una multiplicidad de tradiciones originadas hace cientos de años en el sur asiático. Estas son imposibles de aglitinar en un único sistema, aunque tienen diversas características en común. Su práctica puede ayudar a la persona a tomar conciencia de todo lo que le rodea y siente.
Por ello es una oportunidad para la exploración y el descubrimiento que se traslada al plano sexual. En consecuencia, el sexo tántrico es una práctica similar a un arte, que combina el acto sexual con la espiritualidad, según el libro Exploring Sexuality and Spiruality. Por eso, se diferencia del sexo veloz al que estamos acostumbrados.
A través de este ejercicio, la persona obtiene un mayor sentido de la conciencia de todo aquello que experimenta durante la relación sexual. Por ello, si nos preguntamos qué es el sexo tántrico, tenemos que relacionarlo con la experimentación del placer en estado puro que le aporta el tantra.
«El sexo tántrico nos conecta con el momento presente, con el propio cuerpo y con el del otro, con las sensaciones que experimentamos y compartimos. A través de él, la mente y el cuerpo se fusionan, por lo que la sensación obtenida con el sexo se intensifica.»
Beneficios del sexo tántrico
El sexo tántrico es una experiencia que nos une con nuestra libertad sexual, deseos y pasiones. Nos ayuda a desarrollar los sentidos y a agudizarlos para que podamos disfrutar de relaciones sexuales cada vez más conscientes y placenteras.
Cuando una persona aprende a desarrollarlo, la experiencia sexual se vuelve más intensa y satisfactoria. Es decir, no se trata de un sexo «mejor» o «peor», sino más bien de un sexo más consciente, centrado en el momento y las sensaciones actuales. Otros de sus beneficios son:
- Curar un trauma sexual del pasado.
- Aumentar la sensación de empoderamiento.
- Recuperar o potenciar el deseo erótico y sexual.
- Proporcionar nuevas formas de satisfacción y conexión con el otro.
- Incrementar la confianza y fortalecer el vínculo con nuestra pareja.
- Desarrollar la propia sexualidad y obtener mayor energía o deseo sexual.
10 ejercicios de sexo tántrico
Aunque las prácticas sexuales forman parte del tantra, no lo son todo. Es decir, incluye otros aspectos importantes a la hora de la intimidad. A continuación, señalamos algunos ejercicios de sexo tántrico, desde juegos preliminares hasta posturas sexuales, que te ayudarán a disfrutar un poco más. ¡Toma nota!
1. Contacto visual
El contacto visual forma parte de los ejercicios de sexo tántrico. A través de la mirada, las personas pueden unirse a otros niveles. Cuando dos personas desnudas se miran la una a la otra, el vínculo entre ellas puede aumentar.
Para conseguir esta unión, prueba mirar a tu pareja para descifrar qué siente y qué sientes tú. Es un momento para tomar conciencia y para enfocarse en el momento presente, para valorar la belleza del otro. Es, a su vez, una manera de desnudarte de forma emocional frente al otro.
2. Exploración
Otro interesante ejercicio es el llamado exploración del valle. Para ponerlo en práctica, la persona debe mostrar una actitud de atención plena y receptiva hacia el cuerpo y rostro de su pareja.
Se trata de escuchar y percibir con los cinco sentidos, apreciar los detalles y la sutileza, logrando admiración en la pareja. Fijarse en los detalles del otro, en sus características corporales, puede aumentar la excitación de ambos, ya que uno contempla al otro y el otro se siente deseado.
3. Cambios de ritmo
Las personas estamos acostumbradas a adaptarnos al entorno. En cierto modo, nos habituamos a las cosas, y lo mismo sucede con el sexo y la pareja. Por esto es importante «romper» con esta costumbre, a fin de seguir trabajando en la sorpresa y en la admiración del otro.
Por ello, este ejercicio consiste en ir cambiando los ritmos durante la relación sexual o durante el encuentro íntimo en la pareja. El cambio de ritmos e intensidades puede aumentar la energía de la excitación sexual y ayudar a tener orgasmos más intensos.
4. Conexión con el presente
El sexo tántrico se basa en el presente, en el momento actual por encima de todo. Se trata de una manera de conectar con lo que está ocurriendo y con todas las sensaciones que experimentas. Pretende focalizar la mente y el cuerpo en el encuentro íntimo.
Implica dejar de centrarse en los pensamientos y en las rumiaciones o preocupaciones, y permitir que los pensamientos fluyan. Debes intentar olvidarte de las actividades que tienes que hacer después, al igual que tus problemas.
El presente sagrado del tantrismo implica también abrirse a las nuevas experiencias y prestar atención a todo lo que envuelve a esa persona, es decir, sentir el deseo de estrechar los vínculos con el otro. Aunque pueda parecer abstracto, cuando se empieza a aplicar este ejercicio relacionado con la meditación, con el tiempo y la práctica, acaba surgiendo solo.
5. Meditación
Las prácticas meditativas incluidas en el espacio sexual, como la meditación orgásmica, logran un alivio del estrés y la posibilidad de despejar la mente. Permiten que las personas se encuentren más enfocadas en lo que ocurre, y con mayor excitación sexual.
También, las sensaciones y la sensibilidad aumentan. De esa manera, cada uno está más conectado con su cuerpo y, como resultado, mejora el disfrute sexual. Primero, puedes practicar la meditación individual, para luego hacerla en conjunto. Intenta prestar atención a la energía en la zona genital y al placer que sientes.
Luego, puedes optar por colocarte justo enfrente del otro, desnudo. Emplea la respiración consciente mientras miras a los ojos de tu pareja. El objetivo es, poco a poco, acompasar la respiración con la del otro, hasta sentir que forman una sola entidad.
6. Ambientación
Aunque pueda resultar novedoso, desde hace tiempo existen talleres y encuentros de tantra. En ellos, es usual que jueguen con la ambientación para crear un espacio relajante y acogedor. Esta clase de aspectos pueden lograrse muy fácil con ayuda de una adecuada iluminación y música.
El espacio es clave para una buena experiencia. Para ello, busca que las luces sean cálidas y tenues. De la misma manera, es bueno optar por música ambiental suave que incite a la sensualidad. Un punto no menor es la temperatura del lugar, ni muy elevada ni muy baja.
7. Tiempo
Como mencionamos, estamos acostumbrados a que las relaciones sexuales sean rápidas y con ritmos frenéticos. Incluso parecería que, mientras más veloces sean, mejores son. Sin embargo, para el sexo tántrico no es así.
Su intención está en tomarse el tiempo necesario durante los intercambios sensuales o sexuales. De ese modo, es posible construir la excitación y las emociones que genera la situación. Reserva un momento del día para esta experiencia con tu pareja.
8. Juegos sensoriales
Puede ser difícil dejar a un lado los típicos guiones sexuales, donde un miembro de la pareja suele ser quien inicia el acto sexual, o que este debe finalizar en el momento en que alguno eyacula. Sin embargo, el tantra implica terminar con esas conceptualizaciones.
Déjate llevar por los sentidos y recurre a otro tipo de placeres. Puedes jugar con el aliento, inhalando y compartiéndolo con tu pareja, como un modo de compartir vida. También con los besos, ofreciéndolos de la forma en la que te gusta recibirlos. Otra manera es dar masajes. En todo momento, es importante concentrarse en las sensaciones que producen estos juegos sexuales.
9. Comunicación
La comunicación es fundamental para poder lograr este tipo de relación sexual. Gracias a ella, es posible generar una absoluta paridad entre la pareja. Por ello, debes enseñarle a tu pareja dónde y cómo te gusta que te toquen o besen.
Para eso, es posible recurrir a la propia estimulación. Una vez que enseñas lo que te gusta, tu pareja debe imitarlo. Luego, pueden cambiar los roles. A su vez, es importante intentar respirar de forma calmada y sincronizada durante todo el ejercicio.
10. Posiciones sexuales de sexo tántrico
Después de experimentar con los anteriores ejercicios, llega el momento de la parte más sexual, aunque para practicarlo no es necesario estar desnudo. Hay muchas posiciones que pueden probarse durante el sexo tántrico. Algunas de ellas son las siguientes, como señala un artículo de Sexual and Relationship Therapy.
Yab yum
Esta es una de las posiciones sexuales tántricas más íntimas. Ambos deben estar de frente. Uno debe sentarse con las piernas cruzadas y el otro debe hacerlo encima de su regazo. Luego, quien está arriba abraza el cuerpo de la pareja con las piernas y los brazos.
Kali asana
En este caso, la persona que penetra se acuesta y la que será penetrada se ubica encima. Esta última puede sentarse o colocarse en cuclillas sobre el cuerpo de la pareja, como le resulte más cómodo y placentero.
Shiva sobre Shakti
Esta posición es una modificación de la conocida «postura del misionero», en la que uno de los dos se recuesta, mientras el otro penetra de frente. La diferencia reside en que la persona que está acostada debajo debe alzar sus piernas, hasta apoyarlas sobre los hombros de la pareja.
¿Conocías el sexo tántrico?
Y tú, ¿ya sabías algo sobre él? ¿Lo has practicado alguna vez? Como hemos visto, es una práctica sexual que tiene mucho que ver con algunos elementos de la meditación y con la toma de conciencia de nuestras emociones y sensaciones.
De esa manera, nos permite conectar con el otro a niveles más profundos. Pero, sobre todo, nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a mejorar la calidad de nuestras relaciones sexuales y afectivas.
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