¿Sientes que absorbes las emociones de los demás?
Seguro que alguna vez te has encontrado con un amigo que estaba muy feliz y emocionado con un proyecto y su entusiasmo te embargó tanto que te motivó a poner en acción uno que tenías en mente. Pero, después, tal vez te tropezaste con un antiguo compañero de clase que te comentó lo mal que le va todo y que hace tiempo que ha tirado la toalla. Tras este encuentro, decidiste que era mejor no arriesgarse por si acaso. ¿Te has dado cuenta de que esto puede significar que absorbes las emociones de los demás?
Cuando absorbes las emociones de los demás permites que su estado emocional te influya en cómo te sientes. Si estás rodeado de personas pesimistas, tú también empezarás a serlo. No importa lo bien que esté todo en tu vida o todo lo que hayas logrado. Sufres un contagio emocional que hace que te apropies de una emoción que no es tuya.
El contagio emocional no es lo mismo que la empatía
Si absorbes las emociones de los demás quizás creas que eres demasiado empático y no estás del todo equivocado. Sin embargo, debes saber que hay grandes diferencias entre la empatía y el contagio emocional. Veamos algunas de ellas:
- Empatía: eres capaz de ponerte en el lugar de la otra persona, de tener en cuenta sus sentimientos y de entender su perspectiva sobre lo que está viviendo. Pero esta comprensión no hace que te deshagas de tus propias emociones.
- Contagio emocional: tomas los sentimientos de otra persona como propios. Esto afecta a tu vida y tiene serias consecuencias. Te involucras en un vaivén emocional en el que son las emociones de los demás las que dirigen tu vida.
“Yo puedo entender lo que te está sucediendo, comprenderlo e, incluso, sentirlo. Sin embargo, no debo apropiarme de tus sentimientos, pues hacer esto repercutirá en mí”.
Las neuronas espejo
La capacidad empática surge en las neuronas espejo, algo que mencionó Daniel Goleman en su libro Social Intelligence: the new science of human relationships. Según este autor, en el cerebro de las personas hay un grupo de neuronas que se activan igual cuando realizan una acción que cuando la observan en los demás.
Esta activación es lo que permite que se empatice con otra persona y que se sea capaz de entender lo que está sintiendo. Esto no es nada negativo, es más, ayuda a construir relaciones mucho más saludables. No obstante, se debe tener cuidado y no empezar a absorber las emociones de los demás.
¿Puedo evitar el contagio emocional?
Si te estás haciendo esta pregunta, la respuesta es “sí”. Sin embargo, no es algo sencillo de conseguir. Te has dejado llevar por tu empatía hasta el punto de no saber ponerle límites, por lo que se ha difuminado la frontera que separa tus emociones de las de los demás. Entonces.., ¿qué deberías tener en cuenta?
Intenta rodearte de personas positivas
Este es un primer paso que puede ser muy interesante, porque si absorbes las emociones de los demás, mejor que estas sean positivas. El hecho de que te sientas motivado, con ganas de emprender y de iniciar nuevas actividades es algo fantástico.
Además, elegir a las personas de las que deseas rodearte impedirá ese vaivén emocional que puedes sentir cuando en un día te encuentras con cuatro personas positivas y otras cuatro negativas. Es cierto que no siempre podrás huir de estas últimas, pero si en tu vida hay más personas de las primeras, disfrutarás de un mayor equilibrio.
La empatía te ayuda a comprender lo que sienten los demás para que puedas entender su situación. Esta capacidad te permite ponerte en el lugar del otro, no apropiarte de él.
Reflexiona sobre lo que sientes
Cuando absorbes las emociones de los demás, es importante que reflexiones sobre lo que sientes. ¿Por qué me inunda esa motivación para iniciar mi proyecto cuando otra persona me habla sobre su éxito? ¿Cuál es la razón por la que me pongo triste y decaído cuando un amigo me relata lo mal que le va con su pareja?
Muchas veces ese contagio emocional que experimentas habla mucho de ti. En el caso de la primera pregunta, de lo que deseas hacer pero que aún no has puesto en acción debido a tus inseguridades. En la segunda, tal vez de tus miedos o porque te recuerda a una relación que te dejó un sabor amargo.
Entender tus emociones te permitirá poner esa distancia que te ayudará a evitar absorber las emociones de los demás. Porque no son tuyas, aunque quizás en su momento sí lo fueron. No estás viviendo las mismas experiencias de los demás. Por eso, aunque puedas entenderlas y empatizar con esas personas, no debes hacer tuyos sentimientos que no te corresponden.
El contagio emocional desgasta y produce agotamiento. ¿Alguna vez has sentido que absorbes las emociones de los demás como si fueras una esponja? ¿Has sabido, a día de hoy, cómo ponerle límites?