7 claves para envejecer con salud

7 claves para envejecer con salud
María Prieto

Escrito y verificado por la psicóloga María Prieto.

Última actualización: 11 marzo, 2018

Las estadísticas nos dicen que el número de personas con más de 100 años es cada vez mayor. Así, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué podemos hacer para llegar en mejores condiciones a edades más avanzadas? En definitiva, ¿cuáles son las claves para envejecer con salud?

Existen diferentes factores que actúan como claves para dar respuesta a esta pregunta: la herencia genética de cada individuo, los hábitos de vida que adoptamos y el entorno social en el que vivimos.

Siete claves para envejecer con salud

Hoy en día somos mucho más longevos de lo que han sido nuestros antepasados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestra esperanza de vida es cada vez más elevada, a esto contribuyen: los hábitos personales, las condiciones de vida y los avances en la medicina y farmacología.

Personas mayores en bicicleta

La importancia de la genética

Tener unos buenos genes es un factor decisivo si hablamos de nuestra resistencia a contraer enfermedades. Si en nuestra familia no hay antecedentes de enfermedades hereditarias y nuestros ascendientes han fallecido cuando ya eran ancianos, la genética jugará a nuestro favor.

Un buen historial genético incrementa la posibilidad de vivir más años, de tener mejor estructura ósea, de que nuestra piel sea más tersa e incluso de poseer un mayor control emocional que nos empuje a comportarnos de una determinada forma.

No todos nosotros envejecemos a la misma velocidad

La edad biológica no siempre coincide con la cronológica. Por ejemplo, en las reuniones de antiguos alumnos del colegio podemos observar cómo el paso del tiempo ha sido más benévolo con algunos de nuestros compañeros.

El envejecimiento es una experiencia personal en la que influyen factores externos e internos que condicionan nuestra forma de vida y van a marcar nuestra senectud. El resultado se refleja en nuestra apariencia física, pero también en nuestro estado emocional.

Alimentación sana y otras necesidades nutricionales

La alimentación debe ser sana y equilibrada. A menos que nuestro médico de familia nos “prohíba” algún alimento, lo más aconsejable es ingerir comida variada donde abunden las frutas y verduras frescas, hidratos de carbono: cereales, pan, pasta o arroz (mejor integral), productos lácteos y pescados. Menos grasas, dulces y bollería industrial.

Ensalada

Ejercicio físico. ¡Muévete!

Nunca es tarde para comenzar a realizar ejercicio físico y evitar el sedentarismo. La fuerza, flexibilidad y equilibrio son los tres pilares sobre los que se erige nuestra salud: cuidándolos aumentamos la probabilidad de envejecer de una manera más saludable.

El hábito de caminar, bailar o practicar algún deporte específico nos ayuda a mantener el peso corporal adecuado, reduce el riesgo de enfermedades como diabetes o hipertensión, fortalece la autoestima y aumenta la sensación de bienestar personal.

Higiene y aspecto físico

Una adecuada higiene personal es básica para envejecer con salud. La limpieza e hidratación serán los objetivos principales. La ducha diaria, el cuidado del cabello, la higiene bucal y el aspecto de nuestro vestuario afectan de manera directa a la imagen personal.

Cuidar el aspecto físico incrementa la autoestima y refuerza la actitud de autocuidado. No olvidemos que la imagen que mostramos a los demás es nuestra carta de presentación.

Vida social. ¡Fuera de casa!

La jubilación, la marcha de los hijos o el fallecimiento de amigos o familiares pueden llegar a originar una vida solitaria y en muchos casos provocar aislamiento social.

Permanecer activo, apuntarse a cursos o talleres, pertenecer a alguna asociación o acudir a algún centro de reunión, proporciona bienestar, mejora la autoestima y nos ayuda a envejecer con salud.

Personas mayores reunidas al aire libre

Actividad mental

La práctica de juegos de números, crucigramas, test de memoria, etc. son técnicas sencillas que nos ayudan a ejercitar y tonificar nuestro cerebro. La inquietud por seguir aprendiendo, realizar actividades intelectuales o animarse a experimentar nuevos logros hace que nuestras capacidades mentales se mantengan hasta edades muy avanzadas.

De alguna manera, para mantener nuestras capacidades cognitivas en buena forma hay que ejercitarlas como si de un músculo se tratasen.

“Envejecer es como escalar una gran montaña, mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”.

-Ingmar Bergman-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.