Sobekneferu, la primera reina de Egipto
Sobekneferu, también conocida como Neferusobek o “las bellezas de Sobek”, es la primera reina de Egipto que la investigación oficial ha clasificado, fehacientemente, como gobernante del antiguo imperio.
El término aceptado por convenio para referirse a una reina egipcia es mujer-faraón o reina-faraón. Por lo tanto, el vocablo “faraona”, tan extendido y enraizado en el acervo popular, resulta curiosamente no ser una permutación lingüística correcta.
Como toda persona que lidera y abre camino y, especialmente, como toda mujer que asume un rol de otro modo atribuible únicamente al hombre, la historia de vida de Sobekneferu está cargada de sorprendentes y poderosos acontecimientos que nos sirven de fuente de inspiración.
También, una fuerte personalidad, determinación y un robusto intelecto y capacidad táctica fueron necesarios para que esta mujer pudiera gobernar un imperio, tan próspero como complicado; ya que había estado clásicamente en manos de faraones.
Breve historia de la primera reina de Egipto
Sobekneferu fue la última mandataria de la decimosegunda dinastía, encuadrada temporalmente hacia finales del Reino Medio.
Fue la más joven de las hijas de Amenemhat III. Su hermana mayor, Neferuptah, pareció mostrar interés por el poder antes que Sobekneferu y aunque fue destinada a ocupar el trono, falleció antes que su padre sin llegar a heredarlo.
Los egiptólogos atribuyen a esta emperatriz un reino de tres años y diez meses de duración. En ese tiempo, la reina alcanzó logros relativamente importantes relacionados con la arquitectura de su nación: extendió enormemente el complejo funerario de Amenemhat III (conocido hoy día como el Laberinto de Herodoto) y promovió relevantes construcciones en Herakleopolis Magna.
De los registros de su reinado que han perdurado, se extrae que se trataba de una mujer de firme disposición y actitud inquebrantable. Su carácter fuerte, su valentía y, sobre todo, su inteligencia y cuidado del reinado le permitieron pasar a la historia como una de las mandatarias más sobresalientes del Imperio Egipcio.
¿Qué tuvo de especial esta reina?
Algunos de los rasgos más característicos de Sobekneferu fueron su coraje y entrega para resaltar como una honorable y respetada mandataria en un universo de regentes masculinos. Ahora bien, también destacó su gran inconformismo con los cánones de género del momento.
En este sentido, y por más especulación que las representaciones de Sobekneferu vestida con ropajes masculinos hayan generado, la primera reina de Egipto nunca dejó de emplear sufijos femeninos en sus títulos. Algo con lo que no todas las mandatarias egipcias estaban de acuerdo.
En un esfuerzo por normalizar el papel de la mujer en el más alto poder y por equiparar en potestad a los símbolos de feminidad y los de masculinidad, varios son los retratos y estatuas que la muestran con ropas y herramientas de poder (coronas y cetros) altamente inusuales.
En una época en la que, como muchos expertos afirman, el género femenino era, en ocasiones, considerado como motivo de vergüenza, no existe razón para pensar que Sobekneferu quisiera hacérselas pasar por hombre.
Su tendencia a feminizar la simbología aceptada como únicamente masculina quizás fue fruto de sus intentos por apaciguar a los críticos de su reinado. De esta forma, evitaba abandonar el estatus de gobernante femenina.
Durante el Antiguo Egipto, la aspiración de cualquier rey era pasar a la historia como faraón en el más tradicional de los sentidos; algo que necesariamente –por arraigo cultural- implicaba el empleo de ciertos señaladores de masculinidad.
Así, la combinación en sus representaciones públicas de marcadores femeninos y masculinos podría explicarse como un mecanismo para erigirse como un faraón clásico y venerable, pero con la peculiaridad de haber sido mujer.
Si bien la tumba de la primera reina de Egipto confirmada oficialmente está todavía por descubrir, lo que sí podemos reconocer es que fue un ejemplo de fuerza y superación y de lucha por la igualdad de género.
Todos podemos ser primeros reyes, gobernantes de nuestra vida, dirigentes de nuestro destino. Al igual que Sobekneferu, una voluntad irrompible y la capacidad de lucha es todo lo que necesitamos para construir nuestro lugar en la historia del mundo.