Soltar el peso que no nos deja avanzar
Si hay algo que todos los humanos tenemos es un pasado. En función de cómo haya transcurrido puede constituir una agradable y sólida base o una pesada mochila que cargamos a nuestros hombros. En cualquier caso, la decisión de soltar el peso para poder continuar avanzando es únicamente nuestra.
Cuando los recuerdos reaparecen una y otra vez en nuestra mente de forma intrusiva, cuando el dolor, la culpa y el arrepentimiento nos persiguen allá donde vamos, es momento de actuar. No podemos retroceder en el tiempo pero si tenemos el poder de liberar a nuestro presente de las ataduras de un pasado que ya fue.
¿Qué llevas en tu mochila?
Muchas personas recuerdan el pasado con nostalgia, con gratitud. Desearían poder regresar y revivir aquellos instantes tan agradables. Una infancia tranquila y feliz al lado de su familia, una adolescencia rodeada de amigos y repleta de aventuras. La ilusión del primer amor y las experiencias vividas en la juventud.
Para otras personas, en cambio, echar la vista atrás supone recordar momentos muy dolorosos, decepciones, soledad y heridas que aún no han cerrado. Es evidente que para los primeros su pasado supone un punto de partida seguro, del que aprendieron a confiar, a disfrutar y a desarrollarse sin miedo. Mientras, para los segundos, constituye una fuente de inseguridad, de temores y de dolor emocional.
A pesar de que las cartas repartidas son muy diferentes en ambos casos, la forma en que decidamos jugar con ellas está en nuestra mano independientemente de a qué grupo pertenecemos. Sanar el pasado requiere trabajo interior, toma de conciencia, tiempo y esfuerzo. No obstante, la libertad que se experimenta al soltar el peso es la que nos permite comenzar a desarrollarnos en plenitud.
¿Tu pasado te atenaza?
Para poder hacerlo, es necesario en primer lugar reconocer que el pasado aún ejerce influencia en nuestra vida. Para darnos cuenta podemos tomar como referencia algunas señales:
- El dolor que te produce recordar situaciones del pasado es tan grande que evitas hacerlo.
- Guardas rencor hacia algunas personas por el modo en que se comportaron.
- Sientes que lo que te ocurrió te ha condenado a ser de una determinada manera, te sientes víctima de tus circunstancias.
- Haces o dejas de hacer cosas muy concretas por miedo a repetir situaciones que en el pasado fueron dolorosas. Tu comportamiento no es libre y espontáneo, está regido por el temor a volver a sufrir.
- Con frecuencia recuerdas y hablas del pasado. A pesar de que trates de no hacerlo, las imágenes vuelven a ti.
Soltar el peso te hará libre
Ahora que eres consciente de que estás cargando con un lastre que frena tu avance, es hora de soltarlo. ¿Cómo hacerlo?. En primer lugar es necesario que dejes de evitar el pasado y enfrentes el dolor emocional. Escribir una carta de liberación puede resultar muy terapéutico. En ella, trata de plasmar todas las emociones que no has sido capaz de sacar a lo largo de los años.
Dirígete a todas las personas y situaciones que te hirieron y te influyeron de algún modo. Expresa tu rabia, tu decepción, tu frustración. Habla acerca de cómo desearías que todo hubiese sido y cómo crees que se ha visto afectada tu vida por dichos acontecimientos. Trata de hacerlo sin filtros y sin inhibiciones, no te reprimas, es el momento de liberar todo aquello que llevas guardando durante años.
Dedícale también unas líneas a todos los síntomas, pensamientos y estados emocionales que te han atormentado durante este tiempo. Describe el modo en que te han alejado de tu felicidad, reconoce su papel como alarmas de que necesitabas sanar y déjalos ir. Cuando finalices la carta toma la firme decisión de tomar las riendas de tu vida, de hacerte responsable de todo cuanto te ocurra a partir de ahora. Ya no necesitas culpar al pasado pues tú estás al mando.
Finalmente comienza a trabajar en modificar los hábitos que venían determinados por el pasado. Si antes evitabas el contacto social debido a malas experiencias, comienza a abrirte a los demás. Si solías mostrarte a la defensiva por miedo a ser dañado de nuevo, toma conciencia y baja la guardia. En definitiva hazte consciente del motivo de tus pensamientos, sentimientos y acciones. Cuando la motivación sea un pasado limitante, quítale el poder actuando de forma diferente. Está en tus manos.
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