¿Conoces estos sorprendentes significados del bostezo?
El bostezo es universal, intemporal y uno de los gestos más cotidianos que hay. En él están involucrados componentes fisiológicos, pero también emocionales y sociales.
Hasta hace poco se le daba un significado simple: indicaba fatiga, apetito o aburrimiento. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que esto no es del todo exacto.
Por su parte, nuestra cultura le ha dado un significado más o menos negativo al bostezo en situaciones sociales. Si estás conversando con alguien y esa persona comienza a bostezar, puedes llegar a pensar que tu compañía está resultando un aburrimiento. Pues bien, se ha descubierto que no es así.
“Mi capricho es el humo, la mujer y el bostezo”
-Gonzalo Escudero-
Por otro lado, habrás notado que los animales también bostezan. Por ejemplo, los perros lo hacen cuando tienen hambre, pero también cuando los mimas. Igual ocurre con los gatos y con otras especies. ¿Qué significado entonces encierran los bostezos?
El bostezo desde el punto de vista fisiológico
La primera explicación que la ciencia le dio al bostezo fue de naturaleza fisiológica. Se estableció que se trataba de un mecanismo para regular la temperatura. El cerebro, igual que el disco duro de un ordenador, se calienta en diversas oportunidades. Llega al punto de ser capaz de quemar un tercio de las calorías que consumimos.
Sin embargo, para poder seguir funcionando, el cerebro necesita enfriarse. El bostezo es un mecanismo idóneo para ello. Al bostezar se incrementa el flujo sanguíneo . Es como si aportáramos una bocanada de aire fresco al cerebro.
Así, desde el punto de vista físico, el bostezo es el refrigerante del cerebro. De este modo, contribuye a que sea más activo y eficiente. De hecho, en momentos de dispersión o falta de concentración, se recomienda bostezar repetidamente para activar la mente.
Como datos curiosos hay que anotar que a más edad, menos bostezos y que los fetos también bostezan en el vientre materno.
Un estudio de la Universidad de Princeton corrobora esta explicación. Según sus pesquisas, al bostezar se desplazan las membranas que protegen los senos nasales. Esto se debe al movimiento de la mandíbula. Con ese movimiento hay un ingreso de aire extra al cerebro.
Por su parte, cuando sentimos mucho cansancio o sueño, nuestro organismo tiende a provocar bostezos excesivos. En este caso, también es una forma de mantenernos activos.
El bostezo desde el punto de vista social
Un aspecto fascinante de los bostezos es que son contagiosos. Sí, contagiosos. Lo usual es que cuando vemos a una persona bostezar, la imitemos. Se trata de un mecanismo automático, que incluso puede haberse activado cuando ha mirado alguna de las imágenes de este artículo.
La doctora Catriona Morrison de la Universidad de Leeds, Inglaterra, comprobó que quien bosteza se siente identificado con el entorno que lo rodea. Por tanto, no es una señal de aburrimiento, sino de empatía. El bostezador está estableciendo vínculos con quienes le rodean en el momento de bostezar. Lo mismo ocurre con quienes se contagian de él.
Se debe anotar que los animales no se contagian el deseo de bostezar entre sí. Esa es una característica exclusivamente humana. También se comprobó que quienes padecen autismo tampoco se sienten influenciados al ver bostezando a otro.
El bostezo emocional y sexual
Se han desarrollado estudios que muestran que hay una relación entre los bostezos y las situaciones de estrés, ansiedad o amenaza.
Por ejemplo, se observó que los lémures bostezaban con mucha frecuencia. Al analizar detalladamente su comportamiento, se comprobó que lo hacían particularmente después de haber eludido a un depredador. Más adelante se verificó que también lo hacían cuando detectaban una amenaza.
Al analizar este comportamiento se extrajeron varias conclusiones. La primera era que el bostezo contribuye a reducir las emociones asociadas al estrés. Al bostezar, los lémures se tranquilizan. Así mismo, se verificó que el bostezo ante un peligro o amenaza contribuye a agudizar los sentidos y poner el cerebro en estado de alerta.
Las conclusiones derivadas del estudio a los lémures también aplican para el ser humano. Se ha detectado que los deportistas, por ejemplo, suelen tener muchos bostezos justo antes de una competencia importante.
También se ha observado el mismo comportamiento en soldados y militares, antes y después de misiones arriesgadas. Por lo tanto, el bostezo es también un mecanismo de protección y de defensa.
Aunque parezca difícil de creer, el bostezo también tiene un significado dentro de la sexualidad. Seguro estás pensando que bostezar no es exactamente una conducta sexy.
Sin embargo, la Universidad Vrije, de Holanda, adelanta actualmente un estudio al respecto. Se ha descubierto que las personas bostezan mucho cuando están planeando tener sexo. No hay conclusiones todavía, pero el nexo está verificado.
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