Teoría Z del liderazgo de William Ouchi
La teoría Z del liderazgo fue acuñada en la década de los 80, coincidiendo con el auge económico de muchas empresas asiáticas. Fue el profesor William Ouchi, un estadounidense de origen japonés, quien desarrolló esta teoría con una idea muy concreta. Quería enfatizar la necesidad de crear una nueva cultura empresarial en la que el empleado se sintiera realizado en la propia organización.
Esa realización personal partía siempre de unas buenas relaciones entre los propios trabajadores y los estamentos superiores. Esto implicaba, básicamente, crear otro tipo de filosofía en la que los directivos fueran partícipes de las dinámicas laborales. Trabajar en unos mismos propósitos y desarrollar adecuados mecanismos de formación y promoción serían algunos de esos elementos definitorios.
Actualmente, sabemos que compañías como IBM, Procter & Gamble y Hewlett-Packard son organizaciones Z. Las políticas que las definen son muy diferentes del resto del mercado empresarial. Son entornos de trabajo en los que los empleados se sienten integrados, motivados y evidencian vínculos muy positivos entre todo el equipo humano que conforma dichas organizaciones.
La teoría Z promueve el trabajo en equipo, la confianza y la toma de decisiones colectivas. De ese modo, una empresa elevará su productividad y los empleados se sentirán más satisfechos y motivados.
¿En qué consiste la teoría Z del liderazgo?
Lo primero que puede llamar la atención de la teoría Z del liderazgo es la letra que la designa. Tiene una explicación. Fue en 1983 cuando el profesor William Ouchi publicó un estudio comparativo de las prácticas de gestión estadounidenses y japonesas. Quiso ir un poco más allá de las aportaciones dadas por el empresario Douglas McGregor en los años 40.
McGregor, clave en la gestión de recursos humanos, acuñó las teorías X e Y para definir los dos tipos de organización más comunes. En la teoría X se presupone que el empleado es pesimista y evidencia una aversión innata al trabajo. En cambio, la teoría Y considera al trabajador como el activo más importante de la empresa.
Bien, William Ouchi estableció la teoría Z para enfatizar la idea de que la calidad de una empresa se define por su humanismo a la hora de tratar al empleado. Un buen líder debe promover empleos fijos y una filosofía que garantice el bienestar y la motivación del trabajador. Y esto requiere cuidar y trabajar una serie de aspectos muy concretos. Pasamos a analizarlos.
La clave de éxito del método japonés, según el profesor Ouchi, era la relación que existía entre jefes y empleados.
Toma de decisiones colectivas
En la medida de lo posible, es necesario involucrar a todas las figuras de una organización a la hora de tomar decisiones relevantes. En este caso, la clásica empresa vertical en la que el gerente y los directivos están en la cumbre ostentando el poder, cambia. Se establecen mecanismos de comunicación para que buena parte de las actuaciones y cambios sean consensuados.
Formación continua
La empresa es la encargada de dar formación continuada a toda persona (empleados y directivos incluidos) con el objetivo de mejorar el talento innato de cada figura. Ese mecanismo de capacitación constante es un elemento prioritario.
Empleo estable y a largo plazo
Otro factor de la teoría Z es que todo empleado tenga la percepción y la seguridad, de que su labor es decisiva para los objetivos empresariales. Esto implica que su contrato debe ser fijo. Solo así se desarrolla un auténtico compromiso con la propia organización.
Rotación laboral
Este elemento resulta altamente interesante y práctico. La teoría Z del liderazgo establece que cada trabajador debe tener la oportunidad de descubrir y capacitarse en todas las tareas de la empresa. De ese modo se tiene una conciencia más amplia de cómo funciona ese entorno de trabajo. Además, se obtienen valiosas habilidades.
Las rotaciones laborales son una variable muy común en este tipo de filosofía.
La importancia de la conciliación
Ya en los años 80 el profesor William Ouchi destacó la relevancia de atender la conciliación familiar y laboral. La empresa tiene la obligación de facilitar medidas y estrategias para que cada empleado pueda satisfacer sus necesidades particulares. Ajustar horarios, ofrecer permisos y atender cada particularidad es esencial.
El empleado debe sentirse vinculado al ambiente y los propósitos de la empresa, sentirse incluido y altamente motivado. Solo así podrá dar sentido a su existencia a través de ese trabajo.
Confianza interpersonal
Lo señalábamos al inicio. Un pilar esencial de la teoría Z del liderazgo es favorecer la convivencia, el respeto y la confianza entre todos los miembros de un escenario laboral. El humanismo se entiende como esa capacidad para crear relaciones saludables y armoniosas.
No obstante, William Ouchi, insistía en la necesidad de que esos vínculos fueran más allá de lo meramente formal. Por ello, proponía organizar dinámicas fuera del tiempo de trabajo, como encuentros deportivos y de ocio, etc.
Teoría Z del liderazgo y la necesidad de conocer a cada empleado
El buen líder debe saber cómo dirigirse a cada trabajador. No solo es necesario que conozca sus nombres, debe comprender cómo es cada persona, descubrir su historia, sus necesidades y frustraciones. Tomando contacto con el universo personal de cada empleado, puede no solo mejorar su situación, sino conocer qué deficiencias tiene la empresa y potenciar su compromiso con la misma.
Una teoría inspiradora
La teoría Z de William Ouchi buscaba dar forma a una fuerza laboral altamente comprometida y leal con la empresa. Insistía en que si se creaban las condiciones y filosofía empresarial adecuadas, el trabajador daría siempre lo mejor de sí y permanecería toda su vida en dicha organización.
Bien, como podemos suponer, estos preceptos son difíciles de cumplir y desarrollar en pleno siglo XXI. En un mercado laboral tan fluido y poco estable, no es fácil que un empleado llegue a comprometerse con una empresa en cuerpo, talento y alma. Así, y aunque en la práctica este enfoque no siempre se cumpla, la teoría gusta y resulta inspiradora.
De hecho, hay compañías norteamericanas que siguen esta corriente y que están bien posicionadas en el mercado. Tal vez, necesitemos reformular muchas políticas y mentalidades.
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- Ouchi, William (1981) Teoria Z. como pueden las empresas hacer frente al desafío japonés. Alianza
- Ouchi, William (2009) The Secret of TSL: The Revolutionary Discovery That Raises School Performance. Simon & Schuster
- Ouchi, William & Price, Raymond. (1993). Hierarchies, clans, and Theory Z: A new perspective on organization development.. Organizational Dynamics. 21. 25-44. 10.1016/0090-2616(78)90036-0.