Teorías cognitivas de la depresión
Las teorías cognitivas de la depresión comparten un supuesto básico. Postulan que ciertos procesos cognitivos juegan un papel fundamental en el inicio, el curso y la remisión de la depresión. En este plano existen tres tipos de teorías cognitivas: las teorías del procesamiento de información, las teorías cognitivo-sociales y las teorías conductuales-cognitivas.
Concretamente, aquí nos centraremos en las teorías cognitivas de la depresión. Estas teorías se inspiran en el paradigma del procesamiento de información, sin hacer referencia a su alianza con teorías afectivas o conductuales.
Además, estas teorías cognitivas de la depresión se adscriben a la metáfora del hombre como sistema de procesamiento de la información. El individuo construye activamente la realidad mediante la selección, codificación, almacenamiento y recuperación de la información. Las principales teorías cognitivas basadas en este modelo son la teoría cognitiva de Beck y la teoría de la hipótesis de la activación diferencial de Teadsale.
Las teorías cognitivas de la depresión: amplia validación empírica y efectividad
La terapia cognitiva se destaca como uno de los abordajes más difundidos para la depresión. Mérito legítimamente adquirido a través de años de acumular evidencias de su eficacia. No obstante, esto casi nunca se aplica de manera pura. Por el contrario, sus procedimientos se han integrado en el modelo de abordaje que hoy conocemos como cognitivo-conductual.
Sin embargo, la mayor parte de la investigación empírica sobre factores psicológicos de riesgo en la depresión procede de modelos cognitivos. Estos proponen que hay determinados factores de vulnerabilidad (diátesis cognitiva) que, en su interacción con el estrés, aumentan la probabilidad de depresión.
Hay una buena cantidad de literatura sobre la asociación entre factores cognitivos y el estado de ánimo deprimido. La gran dificultad es establecer la relación causal de esos factores con la depresión.
Factores cognitivos como causa de la depresión
Un elemento que sugiere causalidad es el orden temporal de aparición. Los modelos cognitivos de la depresión plantean que los factores de diátesis cognitivos preceden el inicio del trastorno depresivo tanto en factores temporalmente próximos como distantes.
Por ejemplo, la presencia de atribuciones negativas y una autoestima baja son predictoras de un estado de ánimo negativo tras sufrir una situación estresante. Asimismo, hay estudios que han demostrado que los hijos cuya madre ha tenido episodios de depresión tienen una mayor probabilidad de desarrollar estilos cognitivos negativos.
La teoría cognitiva de Beck para la depresión
El modelo de Aaron Beck es el más influyente dentro de las teorías cognitivas de la depresión. Su efectividad fue probada en reiteradas oportunidades, consiguiendo efectos superiores a los tratamientos con psicofármacos. Este modelo propone una cadena de elementos causales.
El primero de los eslabones lo constituirían las experiencias negativas tempranas, como las críticas y el rechazo por parte de los padres. Fruto de esas experiencias, se generarían los esquemas disfuncionales, como el representado por el siguiente condicional: “si no soy amado por todas las personas importantes entonces, no soy valioso”. Estos esquemas latentes y actitudes disfuncionales serían las causas más distantes.
Las causas más próximas serían un acontecimiento crítico del que parten los pensamientos negativos (p. ej., “soy un estúpido”, “no valgo para nada”, etc.). Estos pensamientos reflejan una visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro (la llamada triada cognitiva). Esta triada cognitiva sería el precursor más inmediato de la depresión.
La evidencia acumulada en la investigación en estas dos últimas décadas ha permitido ampliar algunos aspectos del modelo. Se ha intentado conocer mejor el papel del estrés o de las rumiaciones. Desde el modelo cognitivo de la depresión se dice que el paciente deprimido tiene errores sistemáticos de pensamiento. Estos errores lo mantienen en la creencia de que sus conceptos negativos tienen validez incluso a pesar de la evidencia contraria.
Los errores en el procesamiento de la información son: la inferencia arbitraria, la abstracción selectiva, la generalización excesiva, la maximización/ minimización, la personalización y el pensamiento dicotómico.
Hipótesis de la activación diferencial de Teasdale
John Teasdale ha desarrollado una teoría de la depresión, conocida como la “hipótesis de la activación diferencial”. Se basa en la teoría de la depresión de Beck y del modelo de redes asociativas de Bower para explicar las relaciones entre emoción y cognición.
Postula que cada emoción en particular está representada en la memoria por una unidad o nodo específico. A ese nodo están conectados un conjunto de rasgos asociados a esa emoción como son la experiencia subjetiva, las respuestas autonómicas, los términos verbales que la describen y las cogniciones.
En el caso del nodo de la tristeza o depresión, estas últimas cogniciones serían negativas. Cuando un nodo en particular es activado, se experimenta la emoción correspondiente. La activación se propaga a través de las conexiones del nodo para evocar otras manifestaciones de la emoción.
Modelo vulnerabilidad-estrés
La teoría de Teasdale es un modelo de vulnerabilidad-estrés. Asume que el tipo de acontecimientos que provoca una depresión clínica es capaz de producir un estado de ánimo deprimido leve en la mayoría de las personas. Siguiendo el modelo de Bower (1981), Teasdale asume que el inicio de los síntomas depresivos resulta de la activación del nodo de la depresión tras la ocurrencia de un suceso estresante.
Esta activación se propaga a los nodos o constructos cognitivos asociados. Esta actividad cognitiva reactiva a su vez el nodo depresivo a través de un mecanismo de tipo cíclico y se establece un círculo vicioso entre el nodo depresivo y los nodos cognitivos. El estado de depresión inicial se intensificará o mantendrá en el tiempo.
La fuente original de la depresión no importa mucho. El factor crítico que determinaría si un estado de ánimo deprimido inicial se intensifica hasta una depresión clínica es el establecimiento de ese círculo vicioso.