Terapia familiar enfocada en las emociones (TFCE): objetivos y características

¿Tu familia es resiliente o tiene un patrón más bien rígido ante los cambios? El modo en que se aborden las dificultades, las necesidades de cada uno y los cambios marcará el bienestar y la fortaleza familiar, o bien, la disfuncionalidad y la angustia.
Terapia familiar enfocada en las emociones (TFCE): objetivos y características
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 febrero, 2024

¿Has llegado a un punto en el que no sabes cómo hablar con tus hijos? ¿Llevas tiempo arrastrando una relación complicada con tus padres? Los sistemas familiares son, a menudo, tan complejos como caóticos, convirtiéndose en una de las fuentes más comunes de estrés. De hecho, hay quien teme que ciertos vínculos, por su conflictividad y tirantez, puedan estar casi perdidos.

Sin embargo, hay enfoques terapéuticos orientados a evitar esto mismo: la angustia, las discusiones y esos ciclos de interacción negativa que tanto carcomen y aniquilan el afecto. La terapia familiar enfocada en las emociones (TFCE) busca reparar esas fricciones y lazos problemáticos mediante el trabajo de los sentimientos, la empatía y los estilos de apego.

Modificar las relaciones de un sistema familiar en crisis requiere navegar, sobre todo, alrededor de más de un bloqueo emocional. Hay resentimientos, necesidades no atendidas, enfados, soledades y desacuerdos que adquieren la costra de la ira y el desafecto. La labor del terapeuta requiere llegar a esos núcleos dolorosos y aportar estrategias para recuperar la seguridad, la armonía y la pertenencia.

Toda familia que lidie ahora mismo con problemas con sus hijos adolescentes, por ejemplo, se puede ver beneficiada de este tipo de terapia.

Los terapeutas especializados en la terapia familiar centrada en emociones usan la teoría del apego como un mapa para detectar esos patrones desregulados que originan los problemas.

Figuras recortables de la familia representando la terapia centrada en emociones (TFCE)
La terapia familiar centrada en emociones observa los problemas entre padres e hijos a través de la lente del apego.

Terapia familiar enfocada en las emociones (TFCE): ¿en qué consiste?

La terapia familiar centrada en las emociones integra dos enfoques terapéuticos: el humanista y el sistémico. Este marco teórico facilita comprender cómo una familia construye su experiencia y por otro analizar sus patrones de interacción. Debemos pensar que en este tipo de dinámicas entre padres e hijos intervienen múltiples factores capaces de crear equilibrios y también disfuncionalidades.

Esto significa, por ejemplo, que si unos padres buscan ayuda por la conducta desafiante de un hijo, el psicólogo no sitúa la mirada en exclusiva en ese joven problemático. Para comprender todo conflicto familiar, la óptica debe ser global y no reducida. Solo así se logra analizar toda la interacción en ese núcleo de personas que conforman dicho microsistema social, cargado a menudo de problemas que los propios padres no aprecian.

El objetivo de este enfoque terapéutico es ayudar a los hijos a conectarse con sus padres y viceversa. Para ello hay que amortiguar los ciclos de interacción negativos y crear lazos sustentados por la seguridad, la protección, el aprecio y el reconocimiento mutuo por parte de sus miembros. 

Comprendamos ahora esos pilares básicos que sustentan esta terapia.

Cuando los hijos no confían en la disponibilidad emocional de sus progenitores, aparecen buena parte de los problemas en las familias.

Detectar, entender y reprocesar emociones subyacentes

Hay una labor esencial que debe realizar el psicólogo especializado en terapia familiar enfocada en emociones. Los integrantes de dicha estructura familiar deben tomar contacto con sus sensaciones internas, con sus sentimientos y necesidades. Es muy común arrastrar en silencio frustraciones, ansiedades resentimientos, miedos, anhelos, tristezas…

Padres e hijos deben aprender a verbalizar sus emociones. Solo cuando logramos que las personas accedan a esos estados primarios, los entiendan y los procesen, la angustia se atenúa. Y no solo eso. También es decisivo potenciar la empatía entre los miembros de ese sistema familiar en crisis. Comprender y sintonizar con la realidad del otro facilita la comprensión, el diálogo y la cercanía.

Averiguar el estilo de apego que domina dicha estructura familiar

Uno de los objetivos de la terapia familiar enfocada en emociones es obtener información de la calidad del apego entre padres e hijos. Cuando un niño percibe una respuesta distorsionada en sus necesidades de afecto y de validación, aparecen los problemas. La falta de un apego saludable alimenta la comunicación deficiente, los sentimientos de ira de los hijos, la ausencia de empatía de los progenitores, etc.

En una familia hay muchas realidades debajo de las palabras que no se comunican.

¿Qué habilidades se pueden aprender con la terapia familiar centrada en emociones (TFCE)?

Una investigación de la Universidad de la Ciudad de Nueva York indica que este tipo de terapia es idónea para las familias con hijos adolescentes. También hay un gran apoyo empírico en su efectividad a la hora de abordar desde trastornos infantiles, hasta periodos de gran estrés y turbulencia familiar.

Si nos preguntamos ahora qué habilidades podemos aprender de los terapeutas en este tipo de terapia, cabe señalar que son múltiples:

  • Aprenderemos a comunicarnos con nuestros hijos o nuestros padres. Muchos de nosotros podemos ser hábiles para dialogar y llegar acuerdos con amigos o compañeros de trabajo. Sin embargo, en el seno de una familia todo cambia. Y cambia porque hay sentimientos confusos y patrones de reacción negativos que se han cronificado con el tiempo.
  • Como integrantes de un sistema familiar, dejaremos de atribuirnos culpas para empezar a buscar soluciones.
  • Nos habilitaremos en una buena gestión emocional para diluir conflictividades y tender puentes de comprensión.
  • Crearemos patrones de interacción más positivos.
  • Lograremos sentirnos más conectados, comprendidos y seguros. Descubriremos cómo expresar necesidades, cómo dejar de acusarnos los unos a los otros para crear escenarios más nutritivos en empatía y afecto.
Hombre en terapia centrada en emociones (TFCE)
La terapia centrada en emociones logra mejorar la comunicación emocional entre sus miembros.

Las tres etapas de la terapia

La terapia familiar centrada en emociones es una estrategia psicológica efectiva y de corta duración. Por término medio, se obtienen resultados exitosos con un promedio de 4 a 12 sesiones de una hora o dos horas a la semana. Bien es cierto que cada familia presenta sus particularidades, pero es común lograr buenos resultados a través de tres fases muy concretas:

1. Disminución de la angustia familiar

  • El psicólogo identificará los patrones de interacción negativos que dominan a esa familia.
  • Obtendrá información del tipo de apego dominante entre dichos miembros.
  • Se identificarán las emociones que originan esas interacciones problemáticas.
  • Se darán estrategias a la familia para desbloquear esas emociones no gestionadas e iniciar unas interacciones más positivas.

2. Reestructuración de la relación familiar

  • Ayudar a cada miembro a descubrir sus necesidades y exponerlas a sus padres o hijos.
  • Favorecer un estilo de apego saludable entre los miembros de esa unidad familiar.
  • Reestructurar la relación familiar, transmitiendo estrategias para favorecer al apoyo, la comprensión, la atención a las necesidades de cada uno…

3. La consolidación

Una vez se mejora la relación familiar pueden surgir nuevos problemas o desafíos que atender. Sin embargo, esas pequeñas crisis ya se abordan desde una posición más segura. Padres e hijos han aprendido a exponer y hablar de sus emociones y necesidades, por tanto, solo falta consolidar un poco más los patrones positivos.

Para concluir, son muchas las familias que están en riesgo de distanciarse. Hay padres que se dan por vencidos con sus hijos e hijos que se desligan de sus padres. Son realidades tan comunes como tristes. Es interesante saber que existen estrategias muy válidas y enriquecedoras para impedir que esto ocurra.

La terapia centrada en emociones, más que poner la mirada en los problemas, empodera a los integrantes de una familia para que sean capaces de solucionar esos desafíos. Es un enfoque que valida, acompaña y permite florecer en muchos aspectos.


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