Trastorno ciclotímico: síntomas, causas y tratamiento
La característica principal del trastorno ciclotímico es una alteración crónica y fluctuante del estado de ánimo. Todos conocemos a alguien del que decimos coloquialmente que cambia a menudo de estado de ánimo, pasando de la tristeza a la alegría en cuestión de pocos días.
Pues bien, estas personas podrían estar sufriendo un trastorno ciclotímico, aunque no necesariamente, por supuesto. El estado de ánimo de una persona con trastorno ciclotímico fluctúa entre estados de “felicidad” exagerada y estados depresivos. Es decir, existe un marcado cambio de humor que la mayoría de las personas no consideraríamos “normal”.
Es importante distinguir el trastorno ciclotímico de un trastorno bipolar. El trastorno bipolar es de mayor gravedad, pues sus síntomas son más severos. En el trastorno ciclotímico nunca llegan a cumplirse los criterios de un episodio depresivo mayor, maníaco o hipomaníaco, según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V).
¿Qué criterios deben cumplirse para diagnosticar un trastorno ciclotímico?
Según el DSM-V, los criterios diagnósticos son los siguientes:
A. Presencia, durante al menos 2 años, de numerosos períodos de síntomas hipomaníacos y numerosos períodos de síntomas depresivos que no cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.
Nota: En los niños y adolescentes la duración debe ser de al menos 1 año.
B. Durante el período de más de 2 años (1 año en niños y adolescentes) la persona no ha dejado de presentar los síntomas del criterio A durante un tiempo superior a los 2 meses.
C. Durante los primeros 2 años de la alteración no se ha presentado ningún episodio depresivo mayor, episodio maníaco o episodio mixto.
Nota: Después de los 2 años iniciales del trastorno ciclotímico (1 año en los niños y adolescentes), puede haber episodios maníacos o mixtos superpuestos al trastorno ciclotímico (en cuyo caso se diagnostican ambos trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar I) o episodios depresivos mayores (en cuyo caso se diagnostican ambos trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar II).
D. Los síntomas del criterio A no se explican mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
E. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de la administración o el consumo de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).
F. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Características diagnósticas
Como dijimos al principio, el trastorno ciclotímico supone una alteración crónica y fluctuante del estado de ánimo. Conlleva numerosos períodos de síntomas hipomaníacos y períodos de síntomas depresivo, diferenciados entre sí. La hipomanía es un término que define estados de ánimo exaltados que no llegan a ser maníacos, pero que sí provocan cuadros de irritabilidad y actitudes compulsivas leves.
Los síntomas de la hipomanía pasan inadvertidos la mayor parte de las veces, primero porque el propio paciente se siente estable (incluso cree tener un “gran día” y estar en “posesión de la razón” frente a los demás) y segundo, porque no siempre provoca un deterioro significativo en su entorno laboral, familiar o social.
Para mayor dificultad en su detección, la hipomanía se confunde a veces con simple “alegría” o una ligera hiperactividad puntual. La manía, por su parte, se define como contrapuesta a la depresión. El paciente se muestra eufórico y exaltado, con un excesivo humor.
Además, en el trastorno ciclotímico los síntomas depresivos son insuficientes en número, gravedad, generalización o duración para cumplir los criterios de un episodio depresivo mayor. Se realiza el diagnóstico de trastorno ciclotímico sólo si no se cumplen los criterios de episodio depresivo mayor, maníaco o hipomaníaco. Esto es muy importante, pues es lo que lo distingue de un trastorno bipolar.
Desarrollo y curso del trastorno ciclotímico
El trastorno ciclotímico comienza normalmente en la adolescencia o edad adulta temprana. A veces se considera que refleja una predisposición temperamental hacia otros trastornos bipolares. El comienzo del trastorno ciclotímico suele ser gradual, y el curso es persistente. Existe un riesgo del 15-50 % de que un paciente con trastorno ciclotímico desarrolle posteriormente un trastorno bipolar.
Si el comienzo de los síntomas hipomaníacos o depresivos se produce en la edad adulta tardía, antes de diagnosticarlo como trastorno ciclotímico será necesario distinguirlo claramente del trastorno bipolar y de los trastornos relacionados debidos a otra afección médica (p. ej., la esclerosis múltiple).
En los niños con trastorno ciclotímico, la edad promedio de inicio son los 6 años y medio. Como hemos visto, el trastorno ciclotímico es algo así como el hermano menor del trastorno bipolar. Existe un marcado cambio de humor, que no se considera normal pero que tampoco llega a ser tan drástico como en el trastorno bipolar.
Referencias bibliográficas
American Psychiatry Association (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
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- Amerikan Psikiyatri Birliği (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.