¿Son tus problemas aburridos?

¿Son tus problemas aburridos?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 25 marzo, 2020

¿Crees que tienes problemas aburridos? ¿Notas que tu público pone mala cara cuando hablas? Decía el célebre filósofo francés Voltaire que “el secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo”. ¿Es tu caso? Entonces, tal vez debas replantearte tu manera de relacionarte y comunicarte con los demás.

Son diversos los estudios que se han realizado para conocer cuáles son los temas más aburridos, las formas de comportamiento más cansadas para el interlocutor e incluso cómo identificar a un oyente que está deseando perder de vista a un orador.

El contador de problemas aburridos

El doctor en psicología y neurociencia Mark Leary de la Universidad de Duke realizó años atrás un completo estudio sobre todo aquello que aburre hasta a las piedras mientras escuchas a una persona. Curiosamente, la conclusión principal no establecía la temática como problema básico. No es lo que se dice, es cómo se dice:

  • Según los estudios de Leary, un orador negativo que se queja constantemente de sus problemas y critica en exceso acaba por ser una persona muy aburrida de escuchar.
  • Las temáticas banales, superficiales y triviales en exceso también acaban por resultar problemas aburridos de cara al aforo que escucha al orador.
  • Marcar distancias con tu interlocutor también puede ser fuente de aburrimiento para la persona que escucha, pues la conversación se puede volver monótona y poco entusiasta.
  • Las pausas excesivas, la lentitud al hablar, puntos de vista excesivamente largos en el tiempo y otras técnicas similares son en realidad sinónimo de tedio.
No hablar de uno mismo
  • Una persona excesivamente pasiva, con poco que aportar a una conversación, por fuerza tiene muchas posibilidades de ser aburrida.
  • Hablar constantemente de uno mismo es uno de los problemas más aburridos que existe. Solo si tienes un toque narcisista y puedes lograr que parezca que te preocupas por los demás tendrás opción de ser el alma de la fiesta.
  • Las personas excesivamente serias, incapaces de empatizar, sonreír o parecer simpáticas también suelen ser aburridas para la concurrencia.
  • Las actitudes impostadas de gente que trata de ser graciosa de manera artificial también acaban siendo aburridas. O lo que es peor, terminan por ser irritantes.
  • Por último, el profesor Leary destacó aquellos individuos que interrumpen constantemente, hablan yéndose por las ramas, terminan en lugares comunes y son incapaces de aportar puntos de vista innovadores o atractivos. Este perfil es un claro ejemplo de persona con problemas aburridos.

En definitiva, el profesor Leary trató de demostrar que en realidad no existen personas con problemas aburridos, sino malos comunicadores. El constipado de un perro puede ser un tema apasionante en boca de un buen orador. Sin embargo, un golpe de estado puede ser tedioso si lo cuenta una persona lánguida y pedante.

“Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia”

-Clifton Paul Fadiman-

Cómo identificar al interlocutor aburrido

Ahora bien, ¿somos oradores aburridos?, ¿logramos que la persona más paciente del planeta tenga ganas de ser tragada por la tierra cuando abrimos la boca? Hay una serie de claves para identificar al interlocutor que no soporta nuestra cháchara:

  • Según el profesor de Psicología de la Universidad de California Albert Mehrabian, las palabras son un 7% de la comunicación, el resto es el tono de voz en un 38% y el lenguaje corporal en un 55%. Quiere esto decir que los gestos de un interlocutor nos darán la clave sobre si le estamos aburriendo o no. El nerviosismo, los constantes tics y otros detalles son ejemplo de una audiencia que quiere escapar.
Mirar si nuestro público sonríe
  • Un detalle importante es mirar si nuestro público sonríe. De esta forma se logra un diálogo motivador. También se romperá la barrera entre oyente y hablante. Es importante saber escuchar, dirigirse de forma decidida al interlocutor e interpelarle por su nombre para establecer cercanía.
  • Los toques de reloj son el peor ejemplo de hablante que aburre a su público. Detalles como el bostezo, la mirada constante de la hora o ciertos gestos exagerados son claro ejemplo de que el aforo está cansado de nuestra conversación.

“Una persona aburrida es la que habla cuando deseas que te escuche”

-Ambrose Bierce-

En conclusión, no existen realmente problemas aburridos. Todo está en la capacidad humana para comunicar. Llegar al oyente de forma directa, sincera y empática es la mejor manera de no cansar a nadie. Un problema insignificante puede ser fuente de entretenidos debates siempre que se sepa transmitir.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.