Ventajas de las metas a corto plazo
Las metas a corto plazo hacen referencia a los objetivos que nos proponemos cumplir en un plazo próximo. Dicho con otras palabras, son los propósitos que tratamos de alcanzar en los siguientes días.
El hecho de una carencia de este tipo de metas, en favor de las metas a largo plazo, es una de las principales causas de que terminemos inundados por la frustración o la desesperanza. Sentimientos lastrantes que hacen que nos quedemos a medio camino.
Si bien es cierto que una meta a largo plazo puede ser una brújula, una fuente de equilibrio, son las metas a corto plazo las encargadas de aumentar la densidad de reforzadores de los que disfrutamos.
Cumplir metas a corto plazo exige esfuerzos más puntuales y recompensas menos espaciadas. En muchos casos, también te acercan a un propósito final, a tu meta a largo plazo.
“No basta dar pasos que algún día puedan llevar a la meta, sino que cada paso debe ser una meta, sin dejar de ser un paso”.
-Goethe-
Beneficios de las metas diarias
La fijación de metas y la planificación a corto plazo o, dicho con otras palabras, las metas de corto recorrido promueven el progreso de nuestros logros, acercándonos mejor así a nuestra realidad y optimizando la inversión de recursos. En cierto modo, nos motivan a seguir construyendo nuestro camino, nos invita a continuar y no desistir.
Asimismo, en muchas ocasiones, las nuevas metas nacen a partir de las metas que sí hemos alcanzado. Suele ocurrir que no somos del todo conscientes del potencial que tenemos, hacia dónde podemos llegar. Al ir superando pequeñas metas diarias que nos vamos estableciendo, abrimos nuevas posibilidades para nuestro crecimiento personal.
Por lo que, mediante las metas a corto plazo, abrimos el paso hacia nuestro propio autoconocimiento. Comenzamos a descubrir nuestras habilidades y estrategias, a la vez que descubrimos nuestras flaquezas y debilidades. Este camino de autoconocimiento fortalece nuestra autoestima, ya que nos centramos en potenciar nuestro talento.
“Cuando es obvio que las metas no se pueden conseguir, no ajustes las metas; ajusta los pasos para conseguirlas”.
-Confucio-
Cómo ponerse metas a corto plazo
- Establece tu lista de prioridades y selecciona objetivos sencillos, fáciles de alcanzar. Si nos sobrecargamos con metas diarias es posible que acabemos saturados y decidamos desistir. Es mejor establecerse objetivos breves, asequibles y un número bajo de los mismos, que saturarse a pequeñas metas y acabemos cansados.
- Enfoca tus metas hacia el camino que quieres seguir. Es decir, oriéntalas a las metas a largo plazo, hacia tu finalidad. Centrarse en las metas a corto plazo no es un obstáculo para tener presente el propósito a largo plazo. De hecho, tener en cuenta la meta final ayuda a tener claro los objetivos diarios a alcanzar.
- Ponte una fecha límite y concreta para conseguir cada meta. Así, te resultará más fácil llevarlas a cabo. En cierta manera al concretar una fecha te comprometes contigo mismo a alcanzar el resultado.
- Premia tus logros alcanzados. Celebra cada pequeña meta diaria, cada éxito conseguido por pequeño que sea. Valora tu esfuerzo y los pasos que vas dando. De esta forma te sentirás motivado y obtendrás cierta gratificación por cada logro obtenido. Recuerda que la motivación es un elemento clave en el éxito.
- Escribe tus propósitos en papel, tenlas redactadas y colócalas en un lugar accesible. Esto te ayudará a no perder visión acerca de las metas. Te hará recordar tus proyectos y lo que necesitas para lograrlos.
Fijarse metas a corto plazo supone tomar las riendas de tu vida, tú eres el que elige la música con la que bailar. Tú eres el responsable de ti mismo. Asumir la responsabilidad sobre uno mismo y sobre su propio bienestar, según Nathaniel Branden suele ser una señal de autoestima saludable.
“Cuando bailas, tu objetivo no es ir a un lugar determinado de la pista. Es disfrutar cada paso del camino”.
-Wayne Dyer-