Volver al trabajo después de una depresión ¿cómo hacerlo?

Volver al trabajo después de una depresión requiere que pasemos antes por una etapa de transición. Prepararnos para el cambio, recuperar rutinas y trabajar nuestros enfoques mentales nos ayudará sin duda a evitar recaídas y a facilitar esa reincorporación.
Volver al trabajo después de una depresión ¿cómo hacerlo?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 21 septiembre, 2019

Volver al trabajo después de una depresión puede no ser un paso fácil. No solo es complicado volver a cumplir con unas rutinas y unos horarios, también está el riesgo de una recaída e incluso el peso del estigma social. Lo queramos o no, todavía hay quien no entiende este tipo de condiciones psicológicas y, lejos de servir de ayuda o apoyo, dificulta el retorno al mundo laboral.

Cuando hablamos de depresión, estrés o de los trastornos de ansiedad, no es común que encontremos información sobre cómo volver a nuestras vidas después de haber estado de baja. Es un tema sin duda tan importante como decisivo puesto que en muchos casos determinará la completa recuperación o el riesgo de recaídas.

Los temores que habitan en la mente de la persona que ha estado cinco, seis meses o un año de baja pueden ser múltiples y a menudo dificultan ese regreso. La sensación de desconexión, las dudas sobre las propias competencias, el temor a ser juzgados o incluso la propia angustia por perder definitivamente el trabajo son obstáculo que complican un poco más la vuelta al trabajo.

Ahora bien, en gran parte de los casos recuperar una rutina, tener contacto social e integrarse en las dinámicas laborales sirven de impulso para rescatar la motivación y la sensación de eficacia. Siempre que la persona lleve a cabo una adecuada transición y cuente con el adecuado apoyo de su entorno, ese regreso podrá ser todo un éxito. No obstante, vamos a enumerar algunas estrategias.

Gran parte de la población sufrirá en algún momento estrés, ansiedad o algún trastorno depresivo que le obligue estar de baja durante un tiempo. Las empresas deberían estar preparadas y contar con mejores recursos para apoyar a esos trabajadores que se incorporan a sus puestos.

Mujer triste y desanimada representando cómo volver al trabajo después de una depresión

Volver al trabajo después de una depresión: 5 claves para lograrlo

Volver al trabajo después de una depresión entraña un reto. Pensemos que una depresión, con las consecuencias que se derivan, no termina cuando el médico nos da el alta, sino cuando volvemos a ser funcionales. Así, esta vuelta a la funcionalidad requiere de muchos pasos que no siempre son sencillos.

Las bajas prolongadas dificultan mucho más el regreso

Un primer aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de volver al trabajo después de una depresión es la duración de la baja del paciente. No es lo mismo haber estado un mes ausente que un año. Así, las bajas por depresión suelen ser extensas, teniendo como duración entre 6 meses o un año. Por norma podemos decir que cuanto más larga sea la baja, más posibilidades hay de que se produzcan complicaciones en el retorno.

Otro factor que debemos tener en cuenta es que habrá casos en que la empresa opte directamente por el despido. Por tanto, en estas situaciones la persona deberá afrontar otro tipo de realidad, que no es otra que la de iniciar la búsqueda de un nuevo empleo.

Trabajar los pensamientos, ideas y actitudes

Las bajas prolongadas suelen alimentar ciertos miedos e inquietudes en las personas a la hora de reincorporarse al trabajo. Las más comunes son las siguientes:

  • Temor a no ser competentes y efectivos en el trabajo.
  • Miedo a ser despedidos por no ser tan productivos como los demás.
  • Sentirse desconectados del ambiente laboral.
  • Temor a quedar agotados, a sentirse desanimados y no poder cumplir con toda la jornada de trabajo.
  • Miedo a ser juzgados u observados.

Estas y otras ideas deben ser trabajadas con el psicólogo. Lo mejor, si es posible, es que la vuelta sea paulatina, de manera que la persona pueda ir ganando en confianza. Además, también es recomendable dejar un pequeño tiempo de transición donde trabajar este tipo de ideas y actitudes para que la reincorporación sea más positiva.

Mujer estresada en el trabajo representando cómo volver al trabajo después de una depresión

Recuperar rutinas, organizar horarios, contactar con compañeros

Volver al trabajo después de una depresión implica, antes de nada, volver a recuperar rutinas. De este modo, algo muy positivo para la persona será trabajar las siguientes dimensiones:

  • Días antes de la reincorporación empezaremos a cuidar nuestros horarios. Nos iremos a dormir temprano y pondremos el despertador a la hora en que deberíamos levantarnos.
  • Organizaremos nuestras tareas, gestionaremos prioridades con el fin de prepararnos para el día de nuestra reincorporación.
  • Podemos también quedar con nuestros compañeros de trabajo para avisarles de nuestra vuelta. De ese modo, nos hacemos también una idea de qué vamos a encontrarnos en el trabajo, poniéndonos al día de los cambios más importantes.

El regreso mejor progresivo, evitemos jornadas completas

Somos conscientes de que esta fórmula no siempre es posible. Sin embargo, lo recomendable a la hora de volver al trabajo después de una depresión es que el regreso sea progresivo. Es decir, lo ideal es iniciarse con una media jornada.

Además, es altamente positivo contar con un círculo de apoyo en el propio entorno laboral, es decir que en la empresa existan profesionales especializados en psicología para facilitar esa incorporación.

Mujer haciendo mindfulness representando cómo volver al trabajo después de una depresión

Actividades para evitar recaídas

Más allá del ámbito laboral, es necesario que las personas lleven a cabo diversas actividades para evitar recaídas en su depresión. Así, se sabe por ejemplo que la práctica del Mindfulness es muy adecuada en estos casos, tal y como nos revela un estudio llevado a cabo por los doctores Stefan Hofmann y Alice Sawyer, de la Universidad de California.

Por otro lado, contar con alguna afición, tener una buena red social en la que apoyarnos y realizar algún deporte son alicientes beneficiosos que alimentan la motivación y nos alejan de ese estado de ánimo negativo que hace de carretera hacia la depresión.

Para concluir, si afrontar una depresión ya es por sí mismo una artesanía psicológica altamente compleja, también lo es reincorporarnos al trabajo después de una baja de larga duración. No obstante, este puerto, de camino de regreso, también se puede subir.


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  • Tennant, C. (2001). Work-related stress and depressive disorders. Journal of Psychosomatic Research. Elsevier Inc. https://doi.org/10.1016/S0022-3999(01)00255-0
  • Hofmann, S. G., Sawyer, A. T., Witt, A. A., & Oh, D. (2010). The Effect of Mindfulness-Based Therapy on Anxiety and Depression: A Meta-Analytic Review. Journal of Consulting and Clinical Psychology78(2), 169–183. https://doi.org/10.1037/a0018555

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