Wilhelm Reich y su enfoque de la sexualidad
Wilhelm Reich fue otro de esos personajes que escribieron un capítulo interesante del psicoanálisis. También se le considera el precursor de la bioenergética y el creador de una terapia notablemente eficaz. Investigador, escritor y afecto al debate de ideas. También un marxista convencido, que siempre quiso establecer nexos entre sus teorías de la sexualidad y la revolución socialista.
Frente al nombre de Wilhelm Reich hay posiciones divergentes. Mientras que para algunos sus teorías son de gran validez, al menos en los aspectos esenciales, para otros son el fruto de una mente delirante. Quizás en ambas posturas hay algo de razón. Reich tuvo etapas de interesante producción intelectual y otras de conclusiones erráticas y poco sustentadas.
“La salud mental de una persona se puede medir por su potencial orgásmico”.
– Wilhelm Reich-
Como quiera que sea, Wilhelm Reich fue alguien que brilló con luz propia y que dejó una obra muy interesante. Tanto su enfoque de la sexualidad como su postura frente a los mecanismos de defensa han sido retomados parcialmente por los psicólogos y psicoanalistas que le sucedieron.
Los conflictivos orígenes de Wilhelm Reich
Los años de infancia y de adolescencia de Wilhelm Reich fueron bastante azarosos e incluso traumáticos. Nació en un pequeño poblado de imperio austrohúngaro, en marzo de 1897. Su familia era campesina, de origen judío, pero no practicante de la religión. Ya de adulto, Reich escribió un libro llamado Pasión de juventud donde consigna las vivencias de esos primeros años de su vida.
Wilhelm Reich tuvo las primeras relaciones sexuales con las criadas de su casa. Su padre y su madre permanecían en conflicto constante y el joven Reich fue testigo de ello desde que estaba muy pequeño. Su madre se convirtió en la amante de su preceptor y su abuela materna contribuyó secretamente a ese romance. Indignado, Wilhelm le contó todo a su padre y esto suscitó una tremenda disputa familiar.
Cuando Wilhelm Reich tenía 14 años, su madre se suicidó, presumiblemente debido al conflicto asociado a su infidelidad. Más adelante también murió el padre y Wilhelm se alistó como soldado y participó en la Primera Guerra Mundial. Su situación económica era muy precaria y logró estudiar haciendo grandes sacrificios. Así pudo convertirse en médico, neuropsiquiatra y, más adelante, en psicoanalista.
Wilhelm Reich y Freud
Wilhelm Reich y Sigmund Freud se conocieron en 1922, cuando Reich era todavía un estudiante. A Freud le pareció brillante. Reich, por su parte, quedó fascinado con el psicoanálisis. Entró al círculo íntimo de Freud y durante varios años siguió los postulados clásicos de este enfoque.
Poco a poco comenzaron a surgir divergencias. Básicamente, Reich empezó a mostrar desacuerdos con la tesis freudiana de que el ser humano debía reprimir sus deseos sexuales en un punto, renunciando así a la plenitud de sus satisfacciones. Wilhelm creía que esto era una postura conservadora y abogaba por una sexualidad totalmente libre.
Reich postuló la existencia de una energía vital a la que llamó “orgón”, un apócope de las palabras orgasmo y organismo. A su juicio, todos los conflictos del individuo se originaban por no dejar fluir libremente dicha energía. Así mismo, rechazó el método clásico del psicoanálisis de “cura por la palabra”. En lugar de este, planteó una nueva terapia que pretendía “desbloquear” a los individuos por la vía de realizar estímulos musculares. Partía de la idea de que la represión se instalaba en los músculos y de allí debía ser desterrada.
Un final desconcertante
Wilhelm Reich alcanzó notables éxitos con el “análisis caracteriológico” que inventó y con la terapia muscular que adelantó. Tuvo inicialmente una gran acogida cuando intentó ligar sus conceptos acerca de la sexualidad con el marxismo. Señaló que las clases obreras tenían grandes represiones sexuales y que eran estas las que hacían que se comportaran de manera sumisa y servil ante el capital.
Con el tiempo, fue expulsado de los círculos psicoanalíticos y también de los entornos marxistas. Sus tesis tendían a endurecerse y radicalizarse. Esto le llevó a esa gran ruptura con quienes antes lo admiraban. A finales de los años 30 viajó a Estados Unidos, en parte para huir del nazismo que había ordenado quemar todos sus libros.
En Estados Unidos creó un aparato que, supuestamente, recogía la “energía orgónica” y ayudaba a sus pacientes a que esta circulara libremente. De hecho, le presentó este aparato a Einstein, quien descartó su utilidad. Después fue acusado de estafa por la venta de estos aparatos. En 1956 murió en la cárcel, cuando tenía 59 años de edad.
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- Reich, W., & Moratiel, S. (1993). La revolución sexual: para una estructura de carácter autónoma del hombre. Planeta-De Agostini.