3 ejercicios de entrenamiento mental que te harán más feliz
¿Podemos ser más felices haciendo ejercicios de entrenamiento mental? Hay buenas noticias: ¡Sí! Las últimas dos décadas de investigación en el campo de la psicología positiva han revelado que entrenar nuestros cerebros no solo es posible, sino que hacerlo realmente puede cambiar su funcionalidad al mejorar la plasticidad neuronal, aumentar la materia gris y fortalecer las redes neuronales.
Así, de la misma manera que existen diferentes tipos de ejercicios para estimular diferentes grupos musculares y cualidades físicas, también puedes desarrollar intencionalmente diferentes conjuntos de habilidades que mejoren tu sensación general de bienestar y felicidad.
Pero, ¿por qué es necesario entrenar el cerebro para la felicidad? La respuesta es sencilla. Las imágenes de la corteza cerebral demuestran que el cerebro produce más actividad eléctrica después de los estímulos negativos. Atribuimos las tendencias del cerebro a centrarse en lo negativo, una vez más, a nuestra respuesta de lucha o huida.
Para anular la respuesta de negatividad en los momentos en los que no es adaptativa, podemos entrenar nuestras habilidades mentales. Una de las mejores maneras de hacerlo es a través de ejercicios de pensamiento positivo. Si hacemos que la práctica del pensamiento positivo sea algo habitual, experimentaremos transformaciones positivas en casi todos los ámbitos de la vida.
En este artículo vamos a ver diferentes ejercicios que te ayudarán a entrenar cerebro para la felicidad y el éxito.
Practica la gratitud
Está en la naturaleza humana pensar en lo próximo que va a pasar, en el siguiente reto. Esa ilusión nos impulsa hacia delante, nos da fuerzas para avanzar. Sin embargo, todo eso pierde parte de su poder para hacernos felices cuando nos olvidamos de dar gracias por ello.
Practicar la gratitud tiene un efecto tan poderoso porque es un recordatorio de las cosas que ya tenemos. Además, puede subrayar un mensaje: no necesitamos muchas de las cosas que creemos.
La gratitud se ha relacionado con diferentes beneficios físicos y psicológicos, incluida la felicidad. Así que, ya sea mencionando lo que agradeces durante el desayuno, escribiendo un diario de gratitud antes de acostarte, no olvides dar las gracias a diario. Esto capacita a tu cerebro para centrarse en lo positivo: hace más complicado que lo ignores. Podría ser la forma más simple, pero también más efectiva, para aumentar su bienestar.
Respira conscientemente
La respiración tiene un efecto increíble cuando nos hacemos con el control. En muchos casos, desconocemos el potencial de nuestra respiración como calmante o agente liberador de tensión. La ira, la ansiedad, el miedo, el estrés y la tensión contribuyen casi automáticamente a una respiración superficial.
Todo lo que necesitas son cinco minutos para respirar prestando atención. Ya sea porque estés ansioso, triste, atormentado, dedica cinco minutos varias veces al día para concentrarte en tu respiración. Esto, en sí mismo, es el punto de partida para un ejercicio de meditación.
“La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás”.
-Osho-
Ante todo, sonríe
Muchos estudios muestran que sonreír, ya sea de manera natural o replicando el gesto de manera consciente, produce “felicidad” en el cerebro y el cuerpo. Esto es así porque cuando sonríes, con independencia de cómo, mandas a tu cerebro el mensaje asociado a una sonrisa.
En este sentido, cabe destacar los resultados de un estudio longitudinal de 30 años realizado en la Universidad de California-Berkeley, en el que los investigadores examinaron las sonrisas de los estudiantes en un anuario antiguo y midieron su bienestar y éxito.
Los investigadores revisaron en qué medida eran satisfactorios y duraderos serían sus matrimonios, revisaron su puntuación en una prueba estandarizada de bienestar y analizaron en qué medida eran inspiradores para los demás. Aquellos que sonreían más en su foto del anuario obtuvieron una puntuación más alta en todos los parámetros citados.
En realidad, el ejercicio de sonreír es muy sencillo. Por una parte, date la oportunidad de reír y sonreír a diario viendo cosas que te gustan, visitando a gente que te alegre ver, leyendo cosas divertidas, etc. Por otra, acuérdate de “ponerte” la sonrisa y sacarla de paseo. Sonríe al saludar, da las gracias sonriendo, sonríe como primera medida de contacto con cualquier persona… Es fácil, es divertido y gratificante. Y te hace feliz a ti y al que se encuentre con tu sonrisa.