3 secretos para recordar mejor
Tienes una cita importante o algo que hacer que no se te puede olvidar y debes recordar. Para ello, apuntas tu cita en un papel, post-it, en el calendario, en una agenda, en tú móvil… En algún sitio donde sabes que podrás tenerlo visible para que no se te olvide. Sin embargo, hay citas o cosas por hacer que, aunque las hayas apuntado a conciencia, se olvidan. Esto contrasta con otras informaciones menos relevantes que somos capaces de recordar sin problema. ¿Por qué ocurre este fenómeno?
La fuerza del recuerdo
¿Por qué algunos de estos detalles se hacen fuertes en nuestra memoria, mientras que otros, que habíamos contemplado momentos antes, no lo hacen? Investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania sostienen que, si queremos recordar algo, tenemos que “darle al interruptor” de nuestra memoria. Es decir, fijar esa información con más fuerza en nuestra memoria.
Por lo tanto, cuando ocurre algo en nuestras vidas, es imprescindible que se “encienda” nuestra memoria para que quede retenido en nuestra mente. No por el simple hecho de que algo ocurra vamos a recordarlo durante un tiempo o, incluso por siempre, con tanta facilidad.
Claro está, que esto que indicamos no afecta a un hecho o acontecimiento de nuestra vida, como por ejemplo el día de nuestra boda o cuando nace nuestro hijo, ya que son de por si hechos importantes y únicos que mecánicamente nuestra memoria trata de retener para ser un recuerdo de por vida.
¿Qué activa el “interruptor”?
La emoción, la intensidad, la saliencia de la información y la motivación hacen despertar a nuestro interruptor de la memoria para que grabe al detalle todo este acontecimiento. Al contrario, y por desgracia, en hechos traumáticos como la muerte de un ser muy cercano o un accidente, también ocurre lo mismo.
El estrés, el shock y el miedo hacen despertar y activar al interruptor d nuestra memoria, de manera que se queda en nuestras mentes aquel hecho tan desagradable. Esto es un claro inconveniente en tragedias, ya que querríamos olvidar esto de nuestras vidas, y parece imposible, nos persigue.
Dejando a un lado acontecimientos, desagradables o agradables, cuando ocurre un hecho cotidiano, del día a día, es más propenso que ese recuerdo o detalle pase por alto. Sin embargo, podemos activar nuestra memoria para que algo se nos quede en “la retina”.
Cómo “encender el interruptor de la memoria” para recordar?
¿Por qué, cuando uno va a la tienda a comprar la leche, se olvida de la leche? ¿Hay alguna manera de resolver el misterio de por qué siempre se me olvida dónde acabo de dejar las llaves? ¿Qué se puede hacer para recordar estos detalles? A continuación de mostramos 3 secretos o claves para que nuestra memoria se active cuando queremos:
1. Nuestra memoria es como una cámara de vídeo: debe estar encendida para que grabe
Con un mensaje simple como “esto es lo que vas a necesitar para recordar”, puedes poner tu memoria en el “modo de grabación” y ser más propenso a recordar la información que estás recibiendo.
2. Estar en reposo para recordar
Hay decenas de estudios que nos muestran el sueño como un refuerzo potente de la memoria. Mientras que el cerebro despierto puede almacenar más exitosamente los recuerdos, el cerebro optimiza la consolidación de la memoria cuando dormimos.
Durante el ciclo de sueño de ondas lentas, los recuerdos recogidos durante el día se integran en nuestra memoria a largo plazo para su posterior recuperación.
3. Decir una palabra en voz alta para recordar
Los pequeños aumentos de memoria vienen cuando realmente vocalizamos la palabra que estamos tratando de recordar a modo de señuelo. Decir una palabra en voz alta, de acuerdo con los investigadores, hace que la palabra sea distintiva y seamos más propensos para recordarla.
Como veis, podemos usar sencillas estrategias para potenciar el recuerdo de las cuestiones cotidianas. ¡Esperamos que os sea útil!
