3 trastornos neurológicos curiosos e interesantes
El cerebro es una estructura orgánica compleja que dirige en buena medida nuestra conducta, pero también el lugar en el que habitan nuestros pensamientos y nuestras emociones. Investigar el sustrato biológico del mismo es esencial para entender el funcionamiento de la cognición. Sin embargo, la complejidad del mismo, junto a dificultades metodológicas dificulta en gran medida la exploración del sistema nervioso. Una manera de conocer mejor su funcionamiento es a través del estudio de los trastornos neurológicos.
Normalmente un daño en las estructuras del SN tiene una consecuencia, más o menos notoria, en nuestro comportamiento. Si asociamos estas consecuencias con las zonas dañadas podemos llegar a localizar multitud de funciones y procesos. Aunque hay que tener cierta precaución, ya que las personas con trastornos neurológicos tienen unas condiciones especiales que pueden sesgar o contaminar las conclusiones en este sentido. Ejemplos de este ruido los podemos ver en sujetos que tienen afectadas varias áreas o que toman medicación con muchos efectos secundarios.
En el presente artículo, vamos a hablar de tres trastornos neurológicos que en cierta manera parecen increíbles. Nos van a ayudar a comprender hasta qué punto cada uno de los procesos cognitivos está mediado por un sustrato biológico. A continuación explicaremos la visión ciega, la heminegligencia visual y los hemisferios escindidos.
Visión ciega
Imaginad que tenemos delante a una persona que recientemente ha tenido un accidente. Además, sabemos que como consecuencia de ese accidente ha sufrido un daño cerebral. Entonces nos informa de que no ve absolutamente nada, que ha perdido la vista. Pero nosotros vemos algo raro, sus ojos nos siguen y por ello seguimos investigando. Cuando le decimos que agarre un objeto, el extiende su mano y alcanza el objeto como si lo viera. Y no solo eso, si le insistimos en que intente adivinar números expuestos en una pantalla, él los acierta con una precisión mucho más alta que lo que sería esperable si lo intentara adivinarlos al azar. ¿Cómo es esto posible?
Tras observar la conducta del paciente, los datos apuntan a que está viendo lo que ocurre a su alrededor, pero su discurso dice que está ciego. ¿Esto significa que nos está mintiendo? La respuesta es no, el problema radica en que el sujeto no es capaz de atender lo que está viendo. De manera inconsciente está procesando todos los estímulos visuales, pero debido a un fallo atencional estos datos no pasan a la conciencia.
Es uno de los trastornos neurológicos más increíbles, ya que las personas que lo padecen constituyen una prueba viviente de que existe procesamiento sin que sea necesaria la intervención de la conciencia.
Heminegligencia visual
La heminegligencia visual es otro de los trastornos neurológicos de carácter atencional, al igual que la visión ciega. Está asociado a un daño en la corteza prefrontal derecha o CPFd. Un aspecto clave para entenderlo es saber que la corteza prefrontal izquierda o CPFi se encarga de procesos atencionales del lado derecho del campo visual; en cambio la corteza prefrontal derecha se encarga de la atención del campo visual izquierdo. Así que un daño en la CPFd dejaría al sujeto sin procesos atencionales en el campo visual izquierdo.
Pero, ¿qué consecuencias tiene el no atender un lado del campo visual? Estos pacientes solo serán conscientes del lado derecho de su visión. En ellos vemos conductas como: comerse solo la mitad derecha del plato, maquillarse solo la mitad de la cara y a la hora de dibujar objetos solo dibujan su lado derecho. Lo más increíble de este trastorno es que los pacientes no son conscientes de tener ningún problema. Su subjeción les muestra una vida normal y coherente.
Además, otro aspecto interesante, es que no solo afecta al campo visual recibido por los ojos, sino también a la imaginación. Si dices a un sujeto que se coloque mentalmente en la plaza de la catedral de Milán y nos describa la escena, solo va a mencionar los elementos de la derecha. En cambio, si acto seguido le decimos que se dé la vuelta, al tener a la izquierda los elementos anteriormente enumerados no será capaz de nombrarlos. Ahora nombraría los elementos que anteriormente no nombró.
Hemisferios escindidos
Por último, vamos con unos de los trastornos neurológicos más curiosos e impresionantes, los hemisferios escindidos. En los casos graves, es necesario realizar una operación llamada comisecturomía. Esta operación supone extraer el cuerpo calloso de un sujeto, el cual es la mayor conexión del cerebro entre los dos hemisferios. Por lo tanto implica una desconexión de la cooperación entre el hemisferio izquierdo y derecho.
Uno de los síntomas más curiosos es el síndrome de la mano inquieta. En el cual parece que la mano izquierda del paciente tiene vida propia y el sujeto no es capaz de informar de la conducta motora de ella. Esto es debido a que el área encargada del movimiento voluntario de la mano izquierda está en el hemisferio derecho, mientras que el lenguaje se encuentra en el izquierdo.
En este trastorno observamos cómo cada uno de los hemisferios realiza una conducta independiente en el sujeto. Hay multitud de anécdotas de pacientes que nos avalan esto. Por ejemplo, un paciente mientras estaba leyendo un libro, su mano izquierda se movió para cerrarlo, debido a que como el hemisferio derecho no sabe leer, se aburría. En otro caso, un paciente intentaba pegar a su cónyuge con la mano izquierda mientras estaba intentando evitarlo con la derecha.