4 experimentos sociales que revelan facetas ocultas del ser humano
A lo largo de la historia, se han llevado a cabo una gran cantidad de experimentos sociales que buscan revelar alguna faceta oculta del ser humano o probar que tenemos comportamientos de los cuales no somos realmente conscientes.
Aunque la mayoría de estos experimentos sociales no se hacen con la misma rigurosidad con la que se llevan a cabo los experimentos científicos, sí nos proporcionan conclusiones interesantes con un alto grado de validez. Básicamente muestran que ciertas conductas se repiten insistentemente en individuos diferentes.
Algunos de esos experimentos sociales prueban verdades que a veces intuimos. Otros nos muestran que actuamos de una manera más irracional de lo que creemos. Veamos algunos ejemplos de esas pruebas que se hacen sin mayores pretensiones.
“Ninguna cantidad de experimentación puede probar definitivamente que tengo razón; pero un solo experimento puede probar que estoy equivocado”.
-Albert Einstein-
1. Las noticias nos contagian
Este es uno de los experimentos sociales más interesantes, especialmente porque fue realizado con un número alto de personas: 689.003 en total. Es un experimento de redes sociales, que se hizo en colaboración con Facebook. Consistía en bombardear a los usuarios con noticias negativas durante siete días seguidos.
El resultado fue que durante ese lapso los usuarios comenzaron a hacer comentarios más negativos sobre sus vidas y sobre todo lo que les rodeaba. Parece que las noticias los indujeron a tener un estado de ánimo más pesimista.
Lo interesante es que luego se hizo la prueba inversa con noticias positivas y esta vez los usuarios se mostraron más optimistas y alegres.
2. Uno de los experimentos sociales sobre los prejuicios
Este es uno de los experimentos sociales más reveladores y fue llevado a cabo en Holanda, patrocinado por la cervecería Heineken. Para llevarlo a cabo se tomaron tres parejas de personas que eran completamente opuestas ideológicamente entre sí, pero no lo sabían.
Una de las parejas estaba compuesta por un ambientalista y un consumista acérrimo. La otra pareja se conformó con una feminista radical y un machista declarado. Finalmente, la tercera pareja estaba integrada por un transexual y un hombre de arraigados valores conservadores.
A cada pareja se le pidió que construyeran unas estructuras a partir de unas instrucciones y cooperando entre sí. También se les entregaron unas preguntas que debían hacerse el uno al otro y que no tenían que ver con sus diferencias.
Al final se les preguntó si querían tomarse una cerveza con su compañero para seguir conversando. Todos aceptaron y así se probó que la ideología no tiene por qué ser un problema a la hora de relacionarnos.
3. Un experimento social sobre el desempleo
Este fue un experimento tuvo lugar en Finlandia y en él participaron dos mil personas, todas ellas desempleadas. En realidad, es uno de los experimentos sociales más sencillos, pero también más reveladores. Simplemente a cada uno de los participantes se le dio una suma mensual de 560 euros a cambio de nada.
Tenían derecho a obtener el dinero para sus gastos, pero no estaban obligados a buscar empleo ni a desarrollar ninguna actividad emprendedora. Lo primero que sucedió fue que el nivel de ansiedad bajó notoriamente en todas las personas que formaban parte del experimento.
La mayoría no tardó más de seis meses en conseguir un empleo que le garantizara mejores ingresos o en emprender alguna aventura empresarial para valerse por sí mismo. De igual forma, la tranquilidad permitió que casi todos ellos eligieran labores que les gustaban y que les permitían sentirse mejor.
4. El apoyo a los niños
Este es otro de los experimentos sociales que muestra la importancia que llega a tener el apoyo en la vida de una persona. En este caso el estudio se hizo con niños de escuela primaria y pretendía evaluar el impacto que genera la figura del maestro en su desempeño escolar.
Los niños fueron divididos en dos grupos: uno era el de los niños de ojos claros y el otro el de los niños de ojos oscuros. El primer día, las maestras llenaron de elogios y de privilegios a los niños de ojos claros, mientras se mostraban indiferentes o displicentes con los niños de ojos oscuros. Ambos estaban realizando sus actividades escolares. Al día siguiente, se intercambiaron los papeles.
El resultado fue que, durante cada día, los niños que eran elogiados y tomados en cuenta tuvieron un desempeño notablemente superior a los otros. A su vez, quienes eran ignorados bajaron su nivel visiblemente, hasta el punto de que algunos no fueron capaces de realizar tareas simples. Esto muestra que el reconocimiento y el apoyo inciden decisivamente en el aprendizaje y del desempeño.
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- García-Valdecasas Medina, J. I. (2011). La simulación basada en agentes: una nueva forma de explorar los fenómenos sociales. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS), 136(1), 91-109.