5 claves para desconectar del trabajo
Desconectar del trabajo no es tarea fácil. Estamos acostumbrados a una rutina diaria, donde se exige nuestro esfuerzo y dedicación durante un período determinado de horas. Nos obligamos a nosotros mismos a hacerlo todo bien, a estar alerta y a tener el móvil y el ordenador a mano siempre que podamos.
A veces ni siquiera nos importa que sea fin de semana o estar de vacaciones. Incluso, sabemos que el estrés al que estamos sometidos todos los días debería quedarse en la oficina, pero por desgracia lo llevamos como si de una mochila se tratase.
Esta situación puede causarnos severos problemas a largo plazo. Somos seres humanos, no máquinas, y necesitamos reposar tanto física como mentalmente. De no ser así, podríamos sufrir dolencias relacionadas con nuestra salud psicológica y emocional.
¿Qué ocurre cuando no podemos desconectar del trabajo?
Consecuencias a nivel social
No saber desconectar del trabajo no solo nos hace daño a nosotros, sino también a nuestros seres queridos. No es agradable estar con alguien que solo sabe estar pendiente del móvil. Nuestro comportamiento provoca que los demás se sientan excluidos y poco valorados, lo que puede crear problemas de pareja, familiares y con amigos.
Además, es de muy mala educación utilizar esta clase de artefactos en reuniones sociales, ya que resulta bastante maleducado y grosero. De la misma forma, hacer lo mismo en casa puede ofender a nuestra pareja, que también necesita nuestra atención.
Consecuencias psicológicas y emocionales
Vivir en un constante estado de agobio es muy perjudicial para nuestra salud mental. Puede causarnos problemas estrés, ansiedad, ataques de pánico y depresión. Estos, a su vez, suelen pagarse con las personas que tenemos más cerca, acrecentando la posibilidad de que afecte, de nuevo, a nuestras relaciones sociales.
También puede acarrearnos trastornos obsesivos que pueden derivar en patologías más graves y que deben ser seguidas por un especialista en materia.
Consecuencias físicas
Cuando no podemos desconectar del trabajo, nuestro cuerpo se resiente. No descansamos bien y somos más propicios a sufrir dolores de cuello y de espalda de forma crónica. Estar continuamente en tensión no solo es perjudicial para nuestro cuerpo y nuestra mente.
Es común sufrir problemas relacionados con el sueño, como el insomnio o los terrores nocturnos. Ambos son muy molestos y requieren de paciencia para solucionarlos.
“No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”
-Charles Darwin-
Cuando no se desconecta del trabajo puede producirse una sobrecarga laboral más allá de lo necesario. El trabajo va donde vayamos nosotros. Entre las consecuencias físicas , la OMS destaca:
- Cardiopatías.
- Trastornos digestivos.
- Aumento de la tensión arterial.
- Dolor de cabeza.
- Trastornos músculo-esqueléticos.
5 claves para desconectar del trabajo
Si te has dado cuenta de que eres incapaz de desconectar del trabajo y quieres hacer algo al respecto, estás de enhorabuena. La única forma de que los consejos funcionen es que la persona que los reciba esté dispuesta a llevarlos a cabo.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que desconectar no nos hace irresponsables. De hecho, nos permite rendir más cuando realmente estamos haciendo nuestras labores, resultando así más productivos. Una vez fuera del horario de trabajo, cada uno es libre de invertir su tiempo en lo que desee.
Reúnete con tus seres queridos
No importa donde. Ya sea en la casa de alguien, en un bar o en un restaurante, procura mantenerte unido a aquellos que te importan. Interésate por sus vidas, charla con ellos de cualquier tema que se te ocurra (y que no tenga que ver con tu trabajo) y diviértete.
También puedes relacionarte con tus compañeros de trabajo fuera del horario laboral. Posiblemente se sientan igual que tú y quieran desconectar tomando una copa y hablando de temas más triviales.
Apúntate a alguna actividad placentera
Todos tenemos en mente actividades que no llevamos a cabo por diferentes factores. La falta de tiempo, el estrés o el qué dirán suelen ser las causas más comunes. Olvídate de todo eso y apúntate a aquello que llevas tiempo deseando hacer. Saca unas horas a la semana para ti. Será bueno para tu mente, tu autoestima y te permitirá conocer a personas nuevas con los mismos gustos que tú.
Entre estas actividades podemos incluir el mindfulness. Se trata de una técnica que nos ayudará a desconectar del trabajo ya que permite disfrutar del momento presente. Esto es, cuando estemos en el trabajo, estaremos en el trabajo; pero cuando estemos en casa, no tendremos la cabeza en el trabajo.
Como afirma Jack Kornfield, doctor en psicología y maestro en meditación: “el mindfulness nos invita a regresar al ahora, el momento presente, en lugar de obsesionarnos pensando en un pasado que ya no existe o fantasear sobre un futuro que aún no ha llegado”.
Planea uno o un par de viajes al año
Planea uno o dos viajes al año a lugares en los que nunca has estado. Establece rutas; consulta mapas, documentales y vídeos al respecto o plantéate si quieres ir a relajarte o a buscar aventuras.
Sea como sea, te mantendrá lo suficientemente animado como para que tu mente se centre en algo más allá del trabajo. Viajar siempre es una forma maravillosa de cambiar el chip.
Procura desengancharte de las redes sociales
Trata de usar lo menos posible el móvil y, por ende, las redes sociales. Exceptuando motivos excepcionales, Facebook, Twitter e Instagram solo causan problemas de dependencia. Dedícales menos tiempo a ellas y más a ti mismo y a la gente de tu alrededor.
Lee un buen libro o ve una buena película
La lectura y el cine son formas muy útiles de entretenimiento que, además, nos permiten evadirnos a otros mundos. Durante el tiempo que realizamos estas actividades nuestra mente se olvida de lo demás. Algunos libros y películas también nos ayudan a crecer como personas y a culturizarnos, lo que aporta aún más beneficios.
Escoge aquello que más te apetezca y ponte cómodo. ¡Es el momento de relajarse y de no pensar en nada más que en ti!