5 ejercicios de meditación con visualización
Descansar la mente tiene innumerables beneficios, tanto para nuestra salud física como psicológica. Nos permite restaurar el equilibrio interior desde la escucha interna y la armonía entre el alma y el cuerpo. Pero ¿y si pudiéramos aprovecharnos de sus ventajas a través de nuestra imaginación? En eso consiste la meditación con visualización; una forma creativa de realizar ejercicios mentales para alcanzar el bienestar.
Imaginar es crear, sumergirse en un mundo en el que no se ha estado antes y traspasar límites. Gracias al poder de nuestra imaginación podemos diseñar una realidad por y para nuestros deseos. De ahí que su uso en la meditación sea tan beneficioso. De hecho, la meditación con visualización es empleada por todo tipo de profesionales, desde deportistas hasta diferentes tipos de artistas y grandes empresarios.
“El equilibrio es la última meta”.
-Ricky Lankford-
Para luchar contra la ansiedad
La visualización es una técnica muy empleada para disminuir la ansiedad. En concreto, es una herramienta que se emplea para alcanzar un estado de plena relajación mediante la disminución del arousal o activación fisiológica del organismo que aparece en esos momentos ávidos.
Los siguientes ejercicios de meditación con visualización permiten traer la calma de nuevo y despertar esa sensación de paz que, a veces, tanto necesitamos. Además facilitan la apertura de nuevos retos, oportunidades, sensaciones y futuras alegrías.
Lo primero que debemos hacer es ir a un lugar cómodo, en el que nos sintamos tranquilos y podamos hallar paz en el silencio. Una vez que tengamos ese lugar refugio, tenemos que comenzar a respirar profundamente, inspirando por la nariz y espirando lentamente por la boca. A continuación, podemos aplicar algunos de los siguientes ejercicios.
Colores
La gama cromática ha sido ampliamente estudiada desde la psicología para analizar las percepciones, los comportamientos y las sensaciones que nos suscitan los colores. Por eso, imaginar que nuestro cuerpo está repleto de luz puede ser una buena forma de atraer emociones.
Este ejercicio consiste en respirar profundamente mientras pensamos que estamos rodeados de una luz de un color concreto que va cambiando al blanco, al naranja, al rojo… Además, tenemos que centrarnos en las sensaciones físicas que experimentamos en cada caso. ¿Qué nos hace sentir cada color? Una vez hecho esto, el siguiente paso es imaginarnos que somos una luz que emana tonalidades verdes y que nos encontramos en armonía en total.
Tensión muscular
A menudo, llegamos a casa y notamos que nos duele todo el cuerpo. Para aliviarlo podemos utilizar este ejercicio de meditación con visualización. Se trata de que nos sentemos o tumbemos en el suelo y nos centremos en esa parte de nuestra musculatura en la que notemos mayor tensión.
El siguiente paso consiste en imaginar que en esa zona tenemos un nudo que nos impide movernos con libertad y tenemos que tratar de deshacerlo con la mente. Así, tenemos que mantener nuestra atención en cada lazada de ese nudo mientras respiramos y visualizamos cómo se va deshaciendo. Las hebras se desenredan y al final se desintegran como si se tratasen de una simple capa de arena.
Este ejercicio podemos repetirlo tantas veces como puntos de tensión muscular notemos en nuestro cuerpo.
Recuerdo activo
Hemos tenido un día duro. Nos han pasado demasiadas cosas y no todas agradables. El ejercicio que explicamos a continuación nos ayudará a conectar con ese estado de calma que tanto necesitamos. Para ello, tenemos que cerrar los ojos y realizar una respiración profunda para trasladarnos al principio de nuestro día: cómo hemos dormido, qué hemos desayunado, cómo hemos saludado a nuestra familia… Se trata de revivir todos esos pensamientos y sensaciones como si los estuvieramoss presenciando en ese momento.
Una vez que hemos recreado todo con la mayor viveza posible, debemos focalizar nuestra atención en los momentos dolorosos para liberarlos y facilitar que esa parte del día nos abandone. A continuación, tan solo tenemos que centrarnos en el presente, en el aquí y ahora, para sentirnos relajados.
Burbujas
Este ejercicio de meditación con visualización es uno de los más completos, porque combina dos sentidos: vista y oído. Consiste en imaginar que nos encontramos en un lugar tranquilo, solitario y oscuro. Además, nos envuelve una sensación de paz y a lo lejos, escuchamos un ligero y agradable estallido.
Ese sonido procede de una pequeña pompa que ha explotado a nuestra derecha. Y justo después escuchamos otra a la izquierda. Después encima de nuestra cabeza. Poco a poco, van estallando burbujas a lo largo de todo nuestro cuerpo, con la misma intensidad y delicadeza. Cada vez nos sentimos más y más relajados…
Afrontar lo desconocido
¿Qué hay más allá? ¿Cómo será nuestro futuro? ¿Qué nos deparará la vida dentro de unos años? Para enfrentar esa incertidumbre podemos visualizarnos en una habitación oscura y cerrada ubicada en un bosque. En el exterior sopla el viento y se oyen animales hambrientos… El siguiente paso es cerrar los ojos y centrarnos en la sensación que estamos experimentando. ¿Es miedo? ¿Ansiedad? La retenemos durante unos minutos y poco a poco la liberamos.
Ahora, imaginemos que se abre otra puerta y vemos la salida de esa habitación. Corremos hacia ella y de repente nos encontramos en el bosque con la misma situación. ¿Qué emoción estamos sintiendo? Una vez que la hemos identificado, observamos que un camino se abre ante nosotros. Decidimos transitarlo y escapar y poco a poco sentimos cómo la tensión que sentíamos se va aliviando y se elimina de nuestro cuerpo. Nos encontramos a salvo, en calma y cómodos. Solo nos queda disfrutar de sensación y conectar con ella.
Estos sencillos ejercicios de meditación con visualización se pueden realizar en cualquier momento y lugar. Basta con entrenar nuestra capacidad de concentración y desarrollar nuestras capacidades creativas para sentir esa sensación de alivio que tanto nos hace falta.