5 maravillosos monumentos inspirados en el amor
Son muchos los hombres, poderosos o no, que en algún momento decidieron realizar monumentos inspirados en el amor. Así como existen muchas obras dedicadas a los grandes héroes y a las grandes batallas, también las hay en homenaje al amor. A ese profundo y bello sentimiento que de algún modo todos experimentamos.
Muchos de esos monumentos inspirados en el amor son conocidos en todo el mundo. Fascinan por su exquisita belleza y por la gran dedicación que exigieron. Casi todos ellos no solo buscaron dejar un testimonio, sino probar que era posible acercarse a la perfección.
“Hay amores tan bellos que justifican todas las locuras que hacen cometer”.
-Plutarco-
El hecho de levantar una gran construcción indica por parte de estos hombres enamorados la intención de querer realizar algo que trascendiera en el tiempo. Que fuera más allá de la muerte. Y en verdad lo han logrado. Estos son cinco de esos monumentos inspirados en el amor.
1. El Taj Majal uno de los más bellos monumentos inspirados en el amor
El Taj Majal está en Agra (India) y quien lo mandó construir fue el emperador musulmán Shah Jahan. Se trata de uno de los más emblemáticos monumentos inspirados en el amor.
Se cuenta que siendo muy joven, el príncipe conoció a Arjumand y quedó prendado de ella. Aunque tenía otras dos esposas, se casó con ella cinco años después y la nombró “la elegida del palacio”. Ambos se amaban mucho y tuvieron 13 hijos.
En el parto del catorceavo hijo de los dos, ella murió. Desolado, el emperador mandó construir el más fabuloso mausoleo que se podía imaginar. Las piedras preciosas, el mármol y muchos de los adornos fueron llevados desde lejanos puntos del planeta. A día de hoy, allí reposan los restos de ambos.
2. El castillo de coral
El castillo de coral no solo es uno de esos grandes monumentos inspirados en el amor, sino que además está completamente rodeado de misterios. Quien lo construyó fue Edward Leedskalnin, un emigrante de Letonia que se instaló en Estados Unidos.
La edificación está hecha totalmente a partir de piedra de coral y pesa en total 1 100 toneladas. Fue el propio Leedskalnin quien cortó, movió y colocó cada bloque de coral. Lo hacía en las noches, en la más absoluta soledad y lejos de la mirada de los demás.
Este hombre era albañil y un furibundo lector. Su vida cambió cuando conoció en su país natal a Agnes Scuffs. Era diez años menor que él, pero se convirtió en el amor de su vida. Iban a casarse, pero ella lo abandonó poco antes de la boda. Fue entonces cuando Edward decidió emigrar. Construyó el castillo en homenaje a su gran amor, esperando que algún día llegara a habitarlo. Muchos creen que el sitio guarda secretos relacionados con el electromagnetismo.
3. El palacio de Mirabell
El palacio de Mirabell está en Salzburgo, Austria. Fue construido en 1606 por por el Príncipe-Arzobispo Wolf Dietrich Raitenau. Lo hizo en homenaje a su amante, Soledad Alt. En principio, la construcción recibió el nombre de Altenau. Allí vivió momentos inolvidables. Soledad le dio 15 hijos, de los cuales solamente sobrevivieron 5.
En 1612 el Príncipe-Arzobispo Wolf Dietrich Raitenau fue obligado a renunciar a su labor. Luego se le envió a la cárcel y se le mantuvo cautivo hasta el día de su muerte. Más adelante, el arzobispo Franz Anton von Harrach le hizo muchos cambios al palacio. Entre ellos, ponerle el nombre de Mirabell. El lugar se volvió muy famoso y allí muchas veces Mozart realizó conciertos.
4. El beso
El beso es una escultura que se instaló en el llamado “Parque del amor”, en Miraflores, Lima (Perú). El autor de la obra es Víctor Delfín y en el monumento se representa a sí mismo dándose un beso con su gran amor, Ana María. El lugar se ha convertido en un sitio tradicional de encuentro entre los enamorados.
Al lado de la estatua hay un muro donde están plasmadas frases románticas de cientos de personas enamoradas. Algunas de ellas son: “Te desvisto como quien pela una fruta” de Jorge Díaz Herrera y “Me quemo para no ver el sitio vacío de tu cuerpo” de Washington Delgado.
5. El templo de Nefertari
El templo de Nefertari fue construido por orden de Ramses II, en Egipto. Quería obsequiarle a su esposa Nefertari un regalo que la dejara sin aliento. Era su preferida y sentía por ella un amor entrañable. La dedicatoria que está a la entrada lo dice todo: “Una obra perteneciente por toda la eternidad a la gran esposa real Nefertari-Merienmut, por la que brilla el Sol”.
Como vemos, todos estos monumentos están inspirados en el amor y dan testimonio de la fuerza que tiene este sentimiento. Todos ellos fueron hechos u ordenados en símbolo del amor para demostrar de alguna forma la intensidad de este sentimiento.