7 señales de que tu relación de pareja no marcha bien
Una relación de pareja pasa por diferentes fases. Todos quisiéramos que se quedara en el tiempo de las mariposas volando en el estómago, pero no es posible. El enamoramiento, con sus rumores de violines y sus ansias infinitas, es tan solo una etapa.
Después emerge una fase más realista y profunda. Es entonces cuando surgen las desavenencias y conflictos. Nadie está hecho a la medida de nadie y por eso no tardan en manifestarse las diferencias, grandes y pequeñas. Esto ocurre hasta en las parejas más compatibles.
“La distancia no es cuanto nos separemos, la distancia es si no volvemos”.
-Alejandro Sanz-
Si la pareja logra estabilizarse, comienza una nueva etapa en donde el objetivo es construir una vida en común. Ya no estorban las ilusiones de los comienzos ni las pequeñas desilusiones del final del enamoramiento. En el mejor de los casos, la relación de pareja se consolida, pero no para siempre.
Más temprano que tarde aparecerán dificultades de mayor magnitud. Los encuentros y los desencuentros se suceden. La rutina acecha, así como las tentaciones. A veces se logra mantener un equilibrio , pero otras veces comienzan a aparecer señales de decadencia. ¿Sabrías identificarlas si las ves? Aquí van algunas pistas para que lo hagas.
1. Ya no hay cortesía en la relación de pareja
Uno, o los dos involucrados en la relación de pareja dejan de lado los buenos modales. A veces es solamente una falta de atención. En otras ocasiones el tema pasa por la grosería. La cortesía tiene que ver con ese trato especial que se da naturalmente cuando dos personas se aman.
Si la cortesía (consideración hacia el otro) desaparece, puede ser el síntoma de que algo no anda nada bien en tu relación de pareja. Tratarse bien, con consideración, afecto y dulzura es muy importante para mantener el amor. Cuando esto se pierde es señal de que se debe hacer un alto para pensar.
2. Descalificaciones frente a terceros
Cuando una pareja está enamorada, se comporta en público con cierto orgullo. El uno se engríe del otro. Se exaltan mutuamente. Socialmente se presentan como una unidad: ella está con él y él con ella. Son dos y a la vez uno solo frente al mundo.
El paso de los años hace que a veces esto cambie. Es normal. Lo que no es buen síntoma es ver a una pareja en la que el uno no pierde ocasión de descalificar al otro. Algunos son capaces hasta de ridiculizarse mutuamente. Esto, sin duda alguna, es una pésima señal.
3. Las conversaciones son rutinarias
En una relación de pareja la comunicación es un eje fundamental. También, por supuesto, debe existir algún componente de admiración mutua. Eso es lo que lleva a querer saber qué piensa el otro y a compartir lo que siente o piensa uno mismo.
Si no ocurre eso y, en cambio, las conversaciones comienzan a limitarse a temas ordinarios es porque pasa algo. Es indudable que la chispa se está apagando. Si no se comparte la conversación, no se comparte el mundo interior. Esto significa que hay un alejamiento enorme entre los dos.
4. La repartición de culpas
Una relación de pareja va mal si se lleva un pormenorizado registro de las culpas que le corresponden a cada quien. Esto indica que hay conflictos enquistados. Esto también deteriora profundamente el vínculo e impide crecer individualmente y en conjunto.
En estos casos, ni bien alcanza a surgir una discusión cuando cada uno saca la lista de reclamos. Cada quien siente que el culpable de todo es el otro. Se pierde la perspectiva autocrítica y la pareja termina viéndose como la fuente de todos los problemas.
5. Se acaban los planes conjuntos
Muchas veces ocurre sin darnos cuenta. Cada uno comienza a hacer planes cada vez más individuales, tanto referidos al presente, como al futuro. Él se ocupa de su tiempo y de sus aficiones y ella hace lo propio. Han dividido la vida común en compartimentos infranqueables.
Esto solo significa que ninguno aprecia la compañía del otro. Ya no son compañeros. Ahora son dos personas que comparten un espacio común, pero sin sentir atracción mutua. Es una señal muy negativa e implica que el amor está haciendo agua.
6. No comparten tiempo
En la relación de pareja es muy importante que haya tiempos dedicados exclusivamente a los dos. Esto no incluye esos ratos que pasan juntos, pero en compañía de los hijos, de la familia o simplemente por la fuerza de las circunstancias.
Si ya no hay tiempos dedicados a los dos, indudablemente la pareja está avanzando hacia una ruptura. Es como si una persona ya no tuviera un lugar en la vida de la otra. En esas circunstancias, de hecho, suele darse un distanciamiento gradual; además, frente a este distanciamiento cada vez se producen menos intentos por reducirlo.
7. El otro es fuente de sospecha
Cuando la relación de pareja se ha deteriorado, algunos comienzan a convertir al otro en un potencial enemigo. Por eso aparecen toda suerte de sospechas sobre su comportamiento. Implícitamente se le está diciendo que no hay confianza y, por lo tanto, que se espera lo peor de otro.
Todos estos indicios deben tomarse como señal de alarma. Muestran que la relación de pareja pasa por una crisis que está deteriorando la vida de ambos. Si es momento de terminar o no, lo define cada pareja. Más que restaurar el amor de los comienzos, de lo que se trata muchas veces es de avanzar conjuntamente hacia una postura más adulta en la que la pareja puede crecer.
Imágenes cortesía Eugenia Loli