Acalculia, la incapacidad para comprender los números
Imagina por un momento que no puedes comprender números y cálculos tan sencillos como 2 o 2+2. Esta alteración de las habilidades matemáticas, conocida como acalculia, fue descrita por el neurólogo Salomon Henschen en 1925 y hasta el día de hoy asombra al mundo de la ciencia.
¿Y si te dijéramos que una zona de tu cerebro se encarga de los cálculos matemáticos? Sería algo así como una calculadora integrada ¿Verdad? En este sentido, la acalculia es un déficit que afecta directamente a la capacidad de cálculo a causa de un daño cerebral adquirido.
Los diferentes tipos de acalculia
Las acalculias se dividen en dos grandes grupos según las capacidades alteradas y las zonas dañadas. Por lo general, el hemisferio afectado es el izquierdo, encargado del razonamiento lógico. Igualmente, la clasificación de las acalculias dependerá tanto de la zona del hemisferio izquierdo afectada como del grado en el que las habilidades estén alteradas.
Acalculia primaria
La acalculia primaria es un defecto en las habilidades de cálculo no vinculada a otros trastornos. Los pacientes pierden la capacidad de comprender los conceptos numéricos y por ende combinarlos.
Los principales fallos se ven en la ejecución de operaciones y en cuestiones más abstractas, como el uso y la interpretación de los signos. Las lesiones se asocian al lóbulo frontal del hemisferio izquierdo. Este lóbulo es considerado el director de orquesta en nuestro cerebro, por lo que su alteración conlleva una incapacidad de alternar los conceptos matemáticos. Entonces podemos diferenciar dos síntomas claros de la acalculia primaria:
- Anarimética. Imposibilidad para realizar cálculos aritméticos.
- Asintáctica. Pérdida del sentido computacional.
Acalculia secundaria
La acalculia secundaria consiste en la alteración de las habilidades matemáticas en asociación con otros trastornos neuropsicológicos. Entonces la acalculia secundaria puede derivar de un déficit lingüístico, espacial y de las funciones ejecutivas en general. De manera resumida, podemos agruparlas en las siguientes categorías:
- Acalculia afásica. Los defectos en el cálculo provienen de alteraciones lingüísticas. La incapacidad de comprender y codificar el lenguaje numérico deriva en una incapacidad para poder operar con el mismo.
- Acalculia aléxica. Principalmente vinculada a los problemas de lectura y reconocimiento de los símbolos numéricos. El paciente no puede comprender a través de la lectura.
- Acalculia agráfica. La agrafía es la incapacidad de comunicarse y expresarse a través de la escritura. Dicho trastorno no proviene de la incapacidad de ejecutar el movimiento, sino de la incomprensión del acto de escribir a nivel simbólico. En consecuencia, el paciente es incapaz de escribir números.
- Acalculia frontal. Quizás la más común entre las acalculias. Está estrechamente ligada con trastornos atencionales. Dichos pacientes tienden a perseverar, lo que consiste en repetir los errores de forma sistemática. Esta condición se produce por la incapacidad para identificar los errores y plantear nuevas estrategias de solución.
- Acalculia semántica. Es una dificultad en el manejo de los conceptos de relación. Un ejemplo claro sería la incapacidad de asociar problemas matemáticos con las operaciones necesarias para su solución.
- Acalculia espacial. Sería consecuencia de una lesión en el hemisferio derecho. La dificultad para realizar cálculos aritméticos se asocia con problemas en el procesamiento espacial.
¿Cómo se diagnostica una acalculia primaria?
Lo más importante es observar que los síntomas se expresen tanto de forma oral como escrita. La acalculia primaria consiste en una pérdida del concepto numérico, que en ocasiones se puede confundir con distintos síntomas afásicos. Es necesario comprobar que el déficit se debe a la pérdida del concepto y no a un fallo en la comprensión verbal de las consignas.
¿Por qué los pacientes con lesiones frontales fracasan en tareas numéricas?
En primero lugar, la resolución de tareas numéricas requiere un plan en el que estén integrados diferentes conceptos matemáticos. Para resolver una suma, por ejemplo, es necesario entender el concepto de aditividad. En segundo lugar, la mayoría de problemas matemáticos requieren un razonamiento abstracto. La falta de inhibición en síndromes propios de una lesión frontal, dificulta este proceso al fallar la concentración.
Finalmente, tanto la atención selectiva como la integración secuencial que requieren las operaciones numéricas se ven afectadas por la pobre integración de los estímulos visuales y/o auditivos. Como mencionamos anteriormente, el lóbulo frontal es el director de la orquesta cerebral; si este presenta fallos, será más complicado disponer la información de una manera que favorezca la resolución del problema.
Acalculia y otras afecciones
La acalculia puede verse en sujetos afásicos en tanto se vean afectadas sus capacidades lingüísticas. En la afasia de Broca, por ejemplo, el déficit se manifiesta en la sintaxis aplicada al cálculo. En la acalculia aléxica, por su parte, el déficit se correlaciona con dificultades de lectura.
Un ejemplo más explicativo es la alexia pura, donde las dificultades para la interpretación verbal y literal del lenguaje escrito se evidencian en la interpretación errónea de los números, magnitudes y jerarquías.
Otras formas de detectar acalculia
En la agrafía, la acalculia puede aparecer relacionada con la incapacidad de escribir cantidades. Así, el tipo de acalculia dependerá del tipo de agrafía.
En la afasia de Wernicke, por ejemplo, el paciente presenta errores en la copia de números al dictado. Para saldar ese déficit de comprensión verbal, dichos pacientes suelen inventar los números y asignarles un orden propio.
El abordaje de la acalculia
Lo principal es entender que es un trastorno muy diferente a la discalculia, que consiste en un problema de desarrollo y aprendizaje, y por ende requiere de otras estrategias en la intervención. Por su parte, el diagnóstico de las acalculias suele estar en manos de los neuropsicólogos, quienes emplean diversas pruebas. En las mismas, la persona tiene que realizar operaciones aritméticas mentales, escritas, operaciones sucesivas, interpretación de signos aritméticos y alineación de números en columnas.
El tratamiento de la acalculia primaria dependerá del tipo de lesión y su gravedad. Dado que no puede recuperarse el tejido nervioso perdido, la rehabilitación suele enfocarse en un objetivo: enseñar nuevas estrategias basadas en la neuroplasticidad.
Si bien la recuperación nunca será total, deben otorgarse herramientas que mejoren la adaptación de la persona. Por otro lado, el tratamiento de las acalculias secundarias variará según el trastorno asociado. El avance de la tecnología brinda herramientas informáticas y aplicaciones que son una esperanza para los pacientes.