La adicción al ejercicio físico: el deporte como obsesión poco saludable
¿Es posible volverse adictos al ejercicio físico? Todo parece indicar que sí. Cuando hacer ejercicio se convierte en el centro de la vida de una persona y esta pierde el control sobre el resto de áreas de su vida porque “necesita” practicar deporte para sentirse bien, es posible que la adicción al ejercicio físico esté presente.
En estos casos, el deporte suele utilizarse como “vía de escape” de otros problemas. Así, algunas personas al sentirse bien realizándolo, acaban recurriendo a este como un medio para regularse emocionalmente. En otros, el ejercicio físico se realiza por una necesidad de estimulación constante, inseguridad u otros motivos.
Incluso, la adicción al ejercicio físico puede acabar desembocando en vigorexia, un trastorno psicológico que implica una distorsión de la imagen corporal.
A continuación veremos en qué consiste este tipo de adicción, cuáles son sus principales síntomas, causas y consecuencias.
La adicción al ejercicio físico: ¿qué es?
La adicción al ejercicio físico es una adicción comportamental a la práctica del deporte. David González-Cutre, investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Elche, explica que la adicción al ejercicio físico es relativamente reciente. Por ello, aún existen pocos datos al respecto.
Según el González, a raíz de este “nuevo” trastorno han aumentado las lesiones que llegan a atención primaria derivadas de esta práctica. Por otro lado, el investigador señala que la adicción al ejercicio físico puede ser primaria, cuando es el deporte lo que genera la propia adicción, o secundaria, cuando deriva de otro trastorno (por ejemplo un trastorno de la conducta alimentaria).
Por su parte, es pertinente aclarar que este trastorno no se contempla como entidad diagnóstica en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales), aunque se estudia su futura inclusión.
Liberación de endorfinas
Al realizar deporte se liberan grandes cantidades de endorfinas. Esto hace que queramos repetir la acción, porque nos gusta, nos genera bienestar y satisfacción.
Hacer deporte no es malo, al contrario, ¡es muy saludable! Sin embargo, cuando nos volvemos adictos a ello, eso sí puede acabar generando malestar y, por lo tanto, ser nocivo para nosotros.
“Volvernos adictos a algo o alguien implica perder el control sobre dicha situación, y sentir que “necesitamos” eso para vivir o simplemente para estar bien, pero no es real”.
Síntomas de la adicción al ejercicio físico
Cuando una persona se vuelve adicta al ejercicio físico, presenta una serie de síntomas o conductas que lo evidencian. Por ejemplo, la adopción de un estilo de vida muy concreto, con unas rutinas de deporte y ejercicios (y muchas veces también de dietas) muy específicas. Estas rutinas suelen ser obsesivas y exageradas, y la persona que las desarrolla se siente mal si no sigue su “plan establecido”.
A ello, a veces se le suma un consumo descontrolado de proteínas y carbohidratos (sobre todo en los casos de vigorexia), incluso de esteroides (sustancias que estimulan el crecimiento musculo-esquelético y el desarrollo de rasgos sexuales masculinos).
Dicho esto, vemos que la adicción al deporte va acompañada de la obsesión por comer de forma saludable o por seguir dietas para ganar masa o perder masa muscular (dependiendo del caso). En el caso de la vigorexia, insistimos, la obsesión está en ganar masa muscular.
Causas de la adicción al deporte
¿Por qué nos volvemos adictos al deporte? Las causas pueden ser variadas:
- Necesidad de “desconectar” de algún problema (como “vía de escape”).
- Búsqueda de sensaciones para “tapar” alguna otra dificultad.
- Obsesión por el físico.
- Inseguridades.
- Necesidad de estimulación constante (a través de las endorfinas que genera el deporte).
En relación a esto último, sabemos que la práctica de ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas, sustancias relacionadas con procesos de placer y satisfacción. Al realizar mucho deporte, puede que el cuerpo se acabe “acostumbrando” a dichas sensaciones y, por ello, a largo plazo las acabe “necesitando”.
Por otro lado, cuando se liberan las endorfinas se produce una respuesta analgésica, que calma una sensación displacentera y potencia el bienestar. Es por ello que las conductas en las que se liberan endorfinas son más probables que nos generen adicción, como sería el caso del deporte.
Otras explicaciones: refuerzo positivo y activación
Otra hipótesis explicativa de la adicción al ejercicio físico es la que tiene que ver con la activación del sistema nervioso simpático. Según esta hipótesis, las personas que practican ejercicio físico tienden a aumentar el nivel para alcanzar el estado total de activación.
Otra posible explicación tiene relación con el aumento de la temperatura al hacer deporte. En este caso, se genera un estado de relajación y una disminución de la ansiedad o el estrés. Con el tiempo, se quiere volver a sentir esas sensaciones de bienestar, por lo que a la larga estas se convierten en un factor mantenedor de la adicción al deporte.
¿Y la vigorexia?
La adicción al deporte puede acabar desembocando (aunque no siempre) en vigorexia (también conocido como dismorfia muscular o complejo de Adonis). Este trastorno se caracteriza por una obsesión enfermiza por ganar masa muscular y por la percepción de una imagen distorsionada del cuerpo.
Sin embargo, es importante diferenciar la adicción al deporte de la vigorexia. Aunque muchas veces están relacionadas, no son exactamente lo mismo. La vigorexia es un trastorno bastante frecuente entre los culturistas, y muchas veces se utilizan estos conceptos de forma indistinta.
¿Cuándo debemos pedir ayuda profesional?
Es necesario pedir ayuda profesional cuando la práctica de ejercicio físico está interfiriendo en el día a día y se experimenta la sensación de no tener control. Especialmente, cuando existe una gran necesidad de hacer ejercicio para estar bien y si no se realiza, se experimenta un gran malestar y el estado de ánimo se ve afectado.
Cada persona deberá decidir cuándo y cómo pedir ayuda. Lo importante es escuchar lo que el cuerpo y la mente están diciendo, es decir, qué sensaciones se están experimentando.
“La felicidad radica, ante todo, en la salud”.
-Anónimo-
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- Barbero, J.I. (1988). La cultura de consumo, el cuerpo y la educación física. Revista Educación Física y Deporte, 20(1).
- Gadea, S. (2006). La adicción al ejercicio se convierte en enfermedad que combina problemas psicológicos. Director técnico de medicina deportiva y cultura física del IMSS.