Ahora blanco, ahora negro (La inestabilidad emocional)
¿A qué nos referimos cuando hablamos de inestabilidad emocional? Para empezar, que las personas estemos unos días más alegres y otros con el ánimo más decaído entra dentro de la normalidad. Asimismo, los enfados, los malestares puntuales y las tristezas pasajeras son también procesos más que normales. En definitiva, las emociones existen por algo, para conseguir nuestros objetivos, para comunicarnos y para sobrevivir.
El problema surge cuando estas emociones dejan de ser adaptativas. Entonces, las personas que las sienten se dejan llevar de manera excesiva por ellas, llegando a realizar conductas extremas, inadecuadas y que a la larga les traen más de un problema de convivencia.
Así, tal y como nos explica el doctor Matthew Broome, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford en un estudio publicado en el The british Journal of Psychiatry, la inestabilidad emocional afecta a casi un 13% de la población. Es más común en mujeres y están, a su vez, detrás de un 60% de los trastornos depresivos. Veamos más datos a continuación.
“El cerebro emocional responde a un evento más rápidamente que el cerebro racional”.
-Daniel Goleman-
¿Qué es la inestabilidad emocional?
La inestabilidad emocional es una alteración mental que se caracteriza por una variación notable y repentina en los estados emocionales. Por tanto, las personas que la padecen pueden pasar de cero a cien (y viceversa) de forma inmediata y sin un motivo de peso, así como demostrar una intensidad emocional que no corresponde con el contexto.
De esta forma, una persona con esta condición psicológica puede pasar de una alegría desbordante a una tristeza profunda, sin términos medios, sin mesura o equilibrio.
Algo que debemos saber sobre esta realidad psicológica es que es una disfunción psiquiátrica que genera malestar y que la persona no parece no poder controlar. Asimismo, tal y como nos explica un estudio de Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Londres, detrás de estas condiciones suele estar una personalidad que entra dentro del espectro del neuroticismo.
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¿Cómo son las personas con inestabilidad emocional?
Las personas inestables emocionalmente no toleran las frustraciones. Es decir, si algo no va como ellos desean, despliegan una serie de respuestas emocionales y conductuales muy intensas y extremas como la ira, la agresividad (ya sea con uno mismo o con los demás), el consumo de drogas, la promiscuidad…
- Son personas con baja autoestima, pensamiento dicotómico (o es blanco o es negro), problemas de comunicación y pocos recursos para afrontar situaciones difíciles.
- También son muy impulsivas y viscerales. No piensan las consecuencias antes de actuar, por tanto, luego se enfrentan a una problemática mayor, que tampoco saben gestionar.
- Por otro lado, cabe decir que son muy enamoradizos. Idealizan a las personas, lo que les lleva a ser muy dependientes emocionalmente, cambiando de pareja con relativa frecuencia por un razón muy concreta: les cuesta mucho estar solos.
- Suelen experimentar un vacío interior. Todo esto les acarrea muchos problemas en el área social, laboral, familiar…
- Les cuesta ser constante con sus objetivos y metas. Por lo que la persona puede estar motivada por sacar adelante sus proyectos, pero cuando atraviesa una fase depresiva los deja sin terminar.
- Tienen dificultad para separar los problemas, es decir, no saben desligar sus problemas personales de otras áreas de la vida, como los estudios o el trabajo.
- Asimismo, en los casos más extremos se puede perfilar lo que se conoce como labilidad afectiva. En este supuesto estaríamos ya en un espectro psicótico donde aparecen a su vez las alucinaciones.
La inestabilidad emocional tiene tratamiento, aunque es muy importante que la persona inestable esté muy motivada por cambiar y mejorar.
Un aspecto que debemos considerar sobre la inestabilidad emocional es que esta condición no surge de un día para otro. Hablamos de un estilo de personalidad, donde se tienen interiorizados y automatizados los comportamientos aquí reflejados.
No obstante, en la actualidad y en la práctica clínica se disponen de múltiples enfoques y estrategias para dar respuesta a la inestabilidad emocional.
Causas de la inestabilidad emocional
Las causas de esta alteración suelen variar de una persona a otra, ya que intervienen diferentes factores. Sin embargo, las más comunes son:
- Una crianza traumática o caótica, en donde la persona pudo haber sufrido abusos o maltratos.
- Herencia. La mayoría de personas con esta afección tienen familiares directos con algún trastorno de la personalidad o del humor.
Tratamiento
Al tratarse de una alteración psicológica dificil de superar, lo más aconsejable es que la persona que la padece acuda a terapia psicológica. Con respecto a ello, se debe tener en cuenta que existen múltiples enfoques que tratan la inestabilidad emocional, algunos de ellos son la terapia dialéctica conductual, la terapia basada en la mentalización y la terapia de esquemas.
De hecho, habrá casos que requieran también de una respuesta farmacológica, sobre todo con perfiles que presenten trastornos de personalidad, trastornos depresivos, etc.
Lo ideal es que el paciente se informe de las alternativas disponibles y escoja aquella con la que se sienta mas cómodo. Ya que es muy importante la motivación y confianza en el tratamiento.
Por su parte, si la persona ha buscado asistencia psicológica con anterioridad, pero considera que no funcionó, lo menos que debe hacer es rendirse. En estos casos, lo que determina el éxito del tratamiento no es el tipo de terapia, sino la relación de confianza que se establece con el tratante.
Consejos para tratar la inestabilidad emocional
Existe una variedad de estrategias que ayudan a regular las emociones. Algunas técnicas sugeridas en terapia son la siguientes:
Enfriar la mente
Las personas con inestabilidad emocional se acaloran y reaccionan de manera visceral y explosiva, sin pensar. Es necesario aprender a ver los problemas desde una cierta distancia emocional, eso permitirá poder analizarlos y gestionarlos mejor.
Una manera puede ser distanciándose de la situación, entreteniéndose con cualquier actividad que le produzca placer y que sea sana. Salir a pasear con el perro, montar en bici, escuchar música o ver una película a solas hacen que nos entretengamos. Así despejamos nuestra mente y nuestro nivel de ira o de malestar baja considerablemente pasado un tiempo.
Solución de problemas
Ausentarse de la situación y calmar la rabia está muy bien, hace que veamos las cosas desde otro prisma, pero no puede quedarse ahí. Un avance más es abordar la situación problemática. La técnica de solución de problemas es muy fácil de llevar a cabo y nos puede ayudar mucho.
Se trata de generar muchas alternativas de solución que no incluyan ni la autoagresión, ni la agresión hacia los demás, ni otras conductas desadaptativas. Hemos de dejar claro y entender que ninguna es ventajosa al 100%, pues todas tendrán ventajas e inconvenientes.
Una vez tengamos todas las alternativas que se nos han ocurrido, valoramos cada una de ellas con una puntuación y e legimos la que más ventajas tenga y menos inconvenientes. Al escogerla, creamos un plan para afrontar los inconvenientes que puedan surgir de la solución elegida, para que no nos pille fuera de juego y reaccionemos mal ante la frustración.
Lo importante es saber tomar una decisión y no aplazarla, aceptando aquello que no salga como nos gusta.
Diálogo socrático con nosotros mismos
El diálogo socrático es una técnica que consiste en cuestionar la propia forma de pensar. Esta estrategia, guiada por un buen profesional puede dar grandes resultados.
Para llevar a cabo esta técnica, primero tenemos que identificar la situación o problema que nos está produciendo emociones intensas y malestar. Una vez que la hemos identificamos, nos preguntamos qué estamos pensando sobre ella. Pensamientos típicos de estas personas son: “Si ella no me ha llamado es que seguro que se ha olvidado de mí, que no me quiere”.
Tras identificar estos pensamientos dañinos, comenzamos a cuestionarlos. Ayuda mucho escribir nuestras preguntas y respuestas en una libreta. Un ejemplo podría ser: ¿Cómo estoy tan seguro de que no me quiere? ¿Qué otras alternativas podrían haber aparte de la que yo pienso? ¿Estoy sacando conclusiones precipitadas?
Cuando las personas se cuestionan y se responden a sí mismas conforme a la realidad, sus emociones cambian por completo y son más adaptativas y calmadas.
Entrenamiento en asertividad
Las personas con inestabilidad emocional se caracterizan por carecer de adecuadas estrategias para expresar con asertividad pensamientos, emociones y necesidades. Es necesario por tanto un entrenamiento en esta competencia; de este modo, podrán mejorar su autoestima y sus relaciones sociales.
Así, una de las técnicas de asertividad más valiosas es la que nos permite llegar a acuerdos. Esta estrategia se emplea cuando la persona ve violados sus derechos o está frustrada por algo y necesita expresar su malestar de forma adecuada.
Se siguen los siguientes pasos: en primer lugar, valoramos al otro como persona y nos ponemos en su lugar. “Entiendo que no ha sido tu intención”, expresamos la causa de nuestro malestar, pero sin juzgar a la persona. Las personas se equivocan y es necesario diferenciar a las personas de sus comportamientos “Yo me he sentido mal porque, aunque se que has actuado así sin querer….”
Tras expresar nuestro malestar, proponemos una solución para que no vuelva a ocurrir, teniendo en cuenta también las propuestas del otro o sus opiniones. De esta manera negociamos y llegamos a un acuerdo. No hace falta gritar, ni pelear, ni insultar…Esto generaría más problemas y no llegaríamos nunca a la solución.
Simple, pero difícil. Aquí la práctica juega un papel importantísimo si queremos salir de esa prisión emocional. Por último y no menos importante, cabe recordar la importancia de acudir a un buen profesional para recibir un buen diagnóstico y el mejor tratamiento. La inestabilidad emocional responde muy bien a enfoques basados en la reestructuración cognitiva, de ahí que las técnicas basadas en la terapia cognitivo-conductual nos pueden ser de gran ayuda.
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- O'Connor M. Neuroticism and emotional instability in high-grade male defectives. J. Neurol. Neurosurg. Psychiat. 1951; 14: 226-230.
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