El amor es la mejor medicina para los corazones heridos

El amor es la mejor medicina para los corazones heridos
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 31 agosto, 2019

El amor es el sentimiento más profundo, intenso y expansivo que podemos experimentar en nuestro día a día. Mueve a millones de personas en todas las partes del mundo. Nos ayuda a sanar nuestras heridas emocionales y recomponernos después de que nos hagan daño y nuestros corazones heridos queden tocados.

No necesariamente tiene que ser amor de pareja, sino amor en todas sus manifestaciones: amor propio, amor de padres, amor de amigos, etc. Sentirnos reconocidos y aceptados por los demás nos ayuda a reconstruir nuestro corazón y sentirnos acompañados después de que nos hieran.

“Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Sólo mediante el amor y la amistad podemos crear la ilusión momentánea de que no estamos solos”

-Orson Welles-

Una autoestima sólida nos puede ayudar a recuperarnos con mayor facilidad cuando nos hacen daño y nuestro corazón sale perjudicado. El amor propio es una buena medicina para aquellos momentos donde vemos obstáculos en el camino y sanar nuestros corazones heridos. Cuidarnos en vez de torturarnos es una buena receta para estar mejor cuando nos sentimos traicionados por los demás.

¿Qué es el amor y para qué sirve?

Cuando hablamos de amor, no solo hablamos de amor romántico, sino de amor en su conjunto. El amor nos invita a socializar y amplia nuestra capacidad de relacionarnos. Normalmente produce una sensación placentera y de bienestar hacia los demás. Es un sentimiento poderoso que nos ayuda a hacer conexiones profundas con la gente que apreciamos.

“Uno de los propósitos de la vida humana, sin importar quien la controla, es amar a quien sea que esté cerca para ser amado”

-Kurt Vonnegut-

Amigas abrazándose después de mucho tiempo

Permite que podamos desarrollar la empatía, la tolerancia y la compasión en su estado puro. Es una emoción que nos hace sentir tan a gusto que se asemeja a una droga, porque cuando se termina, habitualmente queremos más. El amor, según la neurociencia, es una reacción psicofisiológica que produce nuestro cuerpo segregando neurotransmisores a nivel cerebral como la oxitocina, la vasopresina o la dopamina.

Estas hormonas ayudan a que desarrollemos sensaciones de placer, euforia, satisfacción y plenitud.  A nivel cerebral, se activan áreas específicas que ayudan a vincularnos, promoviendo conductas a nivel social y emocional con las personas que nos rodean.

Los corazones heridos son capaces de recomponerse

A todos nos han roto alguna vez el corazón. Puede ser, desde una pareja que nos hace daño, a un amigo del alma que nos decepciona. La emoción es de tristeza, como si estuviéramos vacíos, sintiendo que nuestro corazón se destruye en mil pedazos y con él la columna vertebral de nuestro equilibrio emocional.

Imagina que tu mejor amigo te deja de llamar porque ha conocido a alguien y ya no tiene tiempo para quedar contigo. ¿Cómo te sentirás? Seguramente traicionado y dolido, sin entender el motivo de su reacción. A pesar del dolor que nos causa el desamor, somos capaces de reconstruir nuestro corazón, igual que el ave fénix que renace de sus cenizas.

Puzzle de corazón

“Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender”

-Françoise Sagan-

Nuestro corazón es capaz de salir fortalecido de la adversidad. Esta característica se llama resiliencia, la capacidad que tenemos de adaptarnos de forma positiva a las circunstancias difíciles que nos encontramos. No importa si la vida nos golpea con fuerza, también podemos aprender de lo doloroso. Solo es cuestión de ver nuestra historia desde otra perspectiva.

El amor propio es el hilo que cose la herida

El amor propio es la base sobre la que empezamos a recuperarnos después de que una relación importante para nosotros quede rota. En este sentido, la capacidad para aceptarnos con nuestro defectos y nuestras virtudes nos permite ser más amorososcompasivos, tanto con nosotros como con los demás.

Por ejemplo, imagina que te aceptas como eres, te sientes a gusto con tu aspecto físico y con tu interior. De esta manera, te será más fácil afrontar una ruptura amorosa. Eso no te quita el dolor de la pérdida, que todos experimentamos cuando hay una persona o situación que se va. Pero al menos tendrás más fuerza para reconstruir tu corazón herido una vez hayas pasado por el duelo. 

Mujer abrazándose

Despedirnos de lo que ya no está en nuestra vida a menudo es difícil porque sentimos mucha tristeza y dolor. Estas emociones nos pueden dar la impresión errónea de que nuestro corazón se va a quedar roto para siempre. Sin embargo, si nos atrevemos a dar paso a este dolor, quedarán cicatrices, pero nuestros corazones heridos se curarán. 

Solo reclaman ayuda las personas valientes

No te sientas inferior si necesitas que alguien te eche una mano, porque es lo más normal del mundo. Cuando estamos en un proceso de duelo, es probable que necesitemos apoyarnos en aquellas personas que más confiamos. Habla con la gente que te rodea y deja que te brinde su apoyo. La gente que te quiere, puede ayudarte a recomponer tu historia, de manera que puedas cerrar definitivamente el capítulo para abrir otro.

Te haces más fuerte cuando no llevas tu dolor solo y puedes compartirlo con aquellas personas en las que confías. Expresar tus heridas hace que tu corazón se llene de cicatrices de orgullo, las que dicen: -Yo he pasado por esta situación difícil y he conseguido superarla. En algunas ocasiones es posible que, si te cuesta llegar a este punto necesites la ayuda de un psicólogo para conseguir una nueva perspectiva de tu vida.

En definitiva, el desamor y los corazones heridos se curan con amor propio y rodeándote de las personas que te importan. Tú corazón al final va a reconstruirse, haciéndose más fuerte. Acepta tu dolor para que la tristeza pueda reconvertirse en ilusión de nuevo. Necesitarás tiempo y con ese tiempo también tendrás que conceder una nueva oportunidad: a ti y a los demás.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.