Anarquía relacional: vínculos sin jerarquías ni etiquetas
La anarquía relacional es una corriente de pensamiento que propugna la creación y el mantenimiento de vínculos sin etiquetas ni jerarquías prestablecidas. Esta forma de anarquismo busca desligar las relaciones íntimas de las ideas, compromisos o tradiciones convencionales. Su mayor afán es liberarse de lo dictado o instituido por la sociedad.
Este planteamiento pretende establecer relaciones fuera de las categorías establecidas y basadas únicamente en el acuerdo mutuo de sus componentes. Los anarquistas relacionales siguen un estilo de vida alejado de cualquier tipo de pauta o doctrina impuesta. Pero, ¿es esto realmente viable? ¿Cómo entienden el amor y las relaciones?
Las relaciones de la anarquía relacional
Los partidarios de este pensamiento no distinguen entre relaciones de pareja y las que no lo son. En vez de etiquetarlas, prefieren enmarcar todos sus vínculos íntimos en la idea de “acuerdo mutuo”.
Consideran que el pilar fundamental de todas sus relaciones debe ser la confianza. Solo si tienen la seguridad de que las personas de su alrededor no tienen intención de hacerles daño, pueden mantener relaciones libres y sin ataduras. Únicamente si se genera ese clímax de intimidad y libertad la relación podrá ser satisfactoria. Por el contrario, si esta se intoxica de recelo, suspicacias y dudas, se volverá un tormento.
De ahí que la comunicación sea el principal vehículo para que este vínculo sea adecuado. Actualmente, tendemos a hablar de nuestros sentimientos cuando tenemos algún problema. Pero quienes practican la anarquía relacional abogan por comunicarse constantemente para aumentar ese grado de confianza en el otro.
Amor ilimitado y sin etiquetas
El anarquista relacional considera que el amor es infinito. Por tanto, no se circunscribe ni a una sola persona ni se limita a tener una única forma.
Cada uno es susceptible de entregarlo a tantas personas cuantas desee, sin perjuicios para ninguna de ellas. Se basa en la idea de apreciar cada uno de sus vínculos de forma independiente, sin comparaciones ni rangos entre ellos. Les parece impensable utilizar frases preestablecidas como “amigos con derecho a roce”, “solamente amigos” o “estamos en una relación abierta”.
“El amor es abundante y cada relación es única”.
-Andi Nordgren-
Compromiso basado en el acuerdo mutuo
La anarquía relacional no propugna por la supresión del compromiso. Todo lo contrario. Aboga por él, pero siempre y cuando sean los propios componentes de la pareja quienes creen el acuerdo mutuo. En ese pacto ambos establecen el nivel y el tipo de compromiso que van a tener, según los sentimientos que vayan experimentando.
Este arreglo debe crearse en base a su propio mapa de valores, teniendo presente siempre la naturalidad, el consenso, la comunicación y el deseo sincero de querer al otro. Por eso, en ningún caso tienen cabida las ataduras, jerarquías o normas impuestas desde fuera. No se admiten influencias o condiciones sociales. Los vínculos han de aparecer de forma natural y espontánea.
Rompiendo con lo establecido en la sociedad
La anarquía relacional considera que hoy en día la sociedad impone cómo y a quién amar. Mediante leyes, derechos y obligaciones dicta qué hacer y el comportamiento que han de tener los ciudadanos en todo momento. Esta corriente suprime la idea de que en una relación, cada uno de los miembros tenga derecho sobre el otro.
Por ejemplo, si uno de ellos decide salir con sus amigos y llegar tarde, es impensable que el otro exija explicaciones o implore un “tengo derecho a saber dónde has pasado la noche”. El respeto y la independencia son intocables.
Además, critica que la sociedad indique que la normalidad se encuentra establecida en la heterosexualidad. Por eso, frente a estas imposiciones, clama por amar a cualquier persona, con independencia de su sexo, género, cultura o creencia.
¿Anarquía relacional o poliamor?
Ambas corrientes o prácticas relacionales se pueden confundir, dado que las dos propugnan por mantener vínculos con varias personas tanto a nivela afectivo como sexual. Pero aunque su diferencia es sutil, la anarquía relacional y el poliamor son distintas.
El anarquismo relacional no categoriza, ni encasilla ni clasifica. Cada relación es considerada como única, irrepetible e independiente de las demás. En este caso, el amor no necesita de etiquetas para ser expresado o sentido.
El poliamor sí. De hecho, una de sus formas más comunes es precisamente catalogar una de las relaciones que mantiene como primaria (normalmente el matrimonio). Y el resto, jerarquizarlas como secundarias.
Planteamiento referencia contra la monogamia
La anarquía relacional es considerada por quienes la practican como un estilo de vida. Ellos mismos se definen como libres en el amor y liberados de las estructuras y condiciones impuestas por la sociedad y cultura. Usan su imaginación para crear su propio ideal de relaciones. Las conciben y disponen a su medida.
En este sentido, Andi Nordgren redactó un manifiesto para recoger las bases o principios de esta corriente. Actualmente, este pensamiento se considera una referencia en el activismo relacional para luchar contra la hegemonía tradicional del modelo monógamo de pareja.