Ansiedad durante el embarazo
La ansiedad durante el embarazo es un fenómeno relativamente común. En primera instancia puede parecer que se trata de una reacción lógica y natural y es que son muchos los cambios e incertidumbres que experimenta la mujer embarazada. Sin embargo, si la ansiedad es elevada, las consecuencias para madre e hijo pueden ser devastadoras.
En los últimos años se ha empezado a tener más en consideración el cuidado del bienestar mental durante el embarazo. Y es que más allá de la salud física y el correcto desarrollo de la gestación, la salud mental y emocional de la madre es de suma importancia.
Así, se han descubierto datos interesantes acerca del origen y las consecuencias de la ansiedad durante el embarazo, así como las intervenciones más apropiadas para abordarla. Te lo explicamos a continuación.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad durante el embarazo?
Las manifestaciones de la ansiedad durante el embarazo no difieren significativamente de las que pueden presentarse en otros trastornos de ansiedad. Esto es, abarcan las tres vertientes principales:
- Cogniciones: aparecen rumiaciones y pensamientos repetitivos que generan ansiedad. Estos suelen girar en torno al parto y la preocupación por el estado de salud del feto; así como el temor a que, al nacer, el niño presente algún tipo de trastorno o discapacidad. Las preocupaciones respecto a la propia imagen corporal de la madre también son frecuentes.
- Síntomas fisiológicos: como consecuencia de la ansiedad pueden aparecer síntomas tales como taquicardia, opresión en el pecho o dificultad para concentrarse. También es común que aparezcan dolores somáticos, especialmente de cabeza y gastrointestinales.
- Conductas: la ansiedad puede llevar a la madre a caer en conductas de hipervigilancia para reasegurarse constantemente de que todo va bien. Son comunes las consultas excesivas al médico y la búsqueda compulsiva de información sobre embarazo y parto que, lejos de tranquilizar y enriquecer, aumenta el malestar.
¿Por qué se origina?
El origen de la ansiedad durante el embarazo es multicausal. En primer lugar, no podemos obviar el importante papel que juegan las hormonas en la alteración del estado de ánimo de la mujer; especialmente durante el primer y tercer trimestre.
Sin embargo, a esta labilidad emocional se suma el hecho de afrontar uno de los mayores retos de la vida. La mujer se encuentra ante una gran transformación de su identidad personal y social. El rol de madre pasará ahora a ocupar un lugar primordial, desplazando a otros y abocándola a asumir una serie de responsabilidades nada desdeñables. El temor a no estar a la altura o a no poder afrontar la maternidad adecuadamente pueden influir en gran medida.
Además, el riesgo de presentar ansiedad durante el embarazo es mucho mayor en aquellas mujeres que ya padecen algún tipo de trastorno ansioso. La gestación únicamente incrementa la inquietud y las preocupaciones. Sin embargo, se siguen perpetuando los mismos patrones de pensamiento y estrategias de afrontamiento poco adaptativas que se venían utilizando con anterioridad.
Consecuencias de la ansiedad durante el embarazo
La ansiedad, por supuesto, reduce significativamente la calidad de vida de la madre y le impide disfrutar del proceso de embarazo. Pero, además, puede tener serias consecuencias para la salud del bebé. Se ha comprobado que cuando la embarazada padece ansiedad el crecimiento del feto es más lento y aumenta el riesgo de parto prematuro.
Madre e hijo están íntimamente conectados, y no solo a nivel físico. El ambiente emocional de la madre es trasladado al bebé, quien percibirá el estado de ansiedad continuado, viéndose afectado por él.
Además, la ansiedad durante el embarazo puede afectar también a la relación de pareja. No solo porque la inquietud que experimenta la madre pueda generar fricciones, sino porque el padre también puede padecer ansiedad durante este periodo, debido al cambio de vida que supone.
Intervenciones prometedoras
El periodo de embarazo presenta ciertas limitaciones respecto al tratamiento de la ansiedad ya que no es posible emplear fármacos para reducirla. Por ello, la psicoterapia se postula como la opción más adecuada.
A este respecto, las principales intervenciones consisten en entrenar a la mujer embarazada en técnicas de relajación; de este modo aprende a regular su activación interna. Los ejercicios de respiración, por su sencillez y eficacia, son una de las mejores alternativas. No obstante, también existen otras opciones como el entrenamiento autógeno o la relajación muscular progresiva.
La musicoterapia también ha evidenciado resultados positivos en la reducción de la ansiedad. Pero, además, ayuda a establecer y fortalecer el vínculo afectivo entre madre e hijo incluso antes del nacimiento.
En cualquier caso, es importante que la ansiedad durante el embarazo reciba la atención que merece y se aplique un tratamiento adecuado. Se trata de un periodo de gran importancia, tanto para la mujer como para el bebé en desarrollo.
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